En menos de una semana, un par de hechos lamentables enlutaron a la música latinoamericana. El primero de ellos sucedió en la capital mexicana el pasado 5 de abril, durante la realización del Festival AXE Ceremonia, cuando una estructura decorativa cayó junto a uno de los escenarios aplastando a dos fotoperiodistas que trabajaban en el lugar. El otro aconteció en la madrugada del martes en Santo Domingo, donde se desplomó el techo de uno de los boliches top de la ciudad. Matando así a buena parte de sus asistentes, entre los que se encontraban políticos, deportistas, diseñadores de moda, celebridades y una de las grandes estrellas musicales de ese país: Rubby Pérez, quien se encontraba en plena actuación al momento de ceder la edificación.

Al cierre de esta edición, en la catástrofe del club nocturno Jet Set se contabilizaron 189 personas rescatadas con vida y 221 muertos, superando a la cantidad de víctimas fatales de República Cromañón (194) y convirtiendo a lo que era una noche de diversión y música en la mayor tragedia que haya dejado un espectáculo musical. El ministro de Salud, Víctor Atallah, adelantó que “posiblemente haya más muertos” entre los escombros, al tiempo que el director del Centro de Operaciones de Emergencias, Juan Manuel Méndez, dijo este jueves que había concluido el trabajo de rescate. “Pido disculpas, porque cada vez que vemos una persona reclamar por su deudo, por su pariente, nos llenábamos de impotencia al saber que aún había personas atrapadas y que no habíamos podido llegarles", explicó entre lágrimas.

Si bien las autoridades no han revelado las posibles causas del colapso, era de conocimiento público que el edificio de hormigón armado tenía unos 50 años (era la discoteca en actividad más antigua de la capital quisqueyana). Al parecer, no contaba con las medidas de control y mantenimiento necesarias, tanto por parte de los dueños como del ministerio de Obras Públicas, encargado de hacer las inspecciones respectivas. Se cree que la combinación de materiales inadecuados y décadas de deterioro fue la causa del desmoronamiento. Antonio Espaillat, propietario del lugar y conocido empresario local, recurrió a las redes sociales para pronunciarse: “Desde el primer momento, hemos estado colaborando de forma total y transparente con las autoridades”, enfatizó en su comunicado.

Jet Set es un boliche icónico que tiene entre sus atractivos sus “lunes bailables”, dedicados principalmente al merengue: la música más popular del país. El acto estelar de la fecha era el famoso cantante Rubby Pérez (69 años), intérprete de varios clásicos del género, entre los que destacan “Volveré” y “El africano”. Alrededor de las 12:30, una hora luego de que arrancara su show, acompañado por su orquesta, fue cuando se produjo la tragedia. En un video que circula en redes, previo a que cediera el techo, se puede ver cómo frente al escenario había una zona de mesas y detrás de ella la pista de baile. Según los sobrevivientes, durante una alocución del artista comenzaron a caer pedacitos de escombros, seguido por un sonido estremecedor, similar al de un terremoto, y finalmente el colapso.

Nelsy Cruz, gobernadora de la provincia de Monte Cristi, estaba entre los asistentes. Fue ella quien debajo de los escombros alertó sobre la tragedia, a través de su teléfono, al primer mandatario de esa nación, Luis Abinader, aunque luego falleció en el hospital. Tras acudir a la zona del desastre, en la mañana del martes, el dirigente decretó tres días de duelo nacional. Algunas horas antes, en rueda de prensa, la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, se refirió a la muerte de los fotógrafos Berenice Giles Rivera y Miguel Ángel Rojas Hernández. Aparte de confirmar que su gobierno revisará la concesión del predio en el que se llevó a cabo el evento, el Parque Bicentenario de la capital mexicana, subrayó la importancia de que un caso como éste no quede impune.

En tanto los dos jóvenes cubrían el Festival Axe Ceremonia 2025 para el sitio web Mr. Indie, a las 17 hs una estructura decorativa sostenida por una plataforma elevadora, y próxima a uno de los escenarios, cayó sobre ellos, cuando tocaba Meme del Real (el músico de Café Tacvba presentará su proyecto solista este sábado en el Quilmes Rock). Tras el accidente, las víctimas fueron trasladadas a un hospital, donde se confirmó su muerte. Mientras esto sucedía, los organizadores del festival obligaban a periodistas que documentaban el hecho a borrar evidencia fotográfica y a retirarse del lugar. El evento siguió con normalidad, sin que artistas o público supieran lo que pasó, y no fue hasta las 22 hs que se conoció la noticia en el perfil de Instagram del encuentro musical. Pero más tarde se borró el posteo.

Al enterarse de lo ocurrido, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México se apersonó hasta el sitio para dar parte de los hechos y abrir una investigación. Acto seguido, las autoridades de la Alcaldía de Miguel Hidalgo, municipio donde se ubica el Parque Bicentenario, obligaron a los organizadores a cancelar la segunda jornada, a celebrarse el domingo, en la que estaban previstas las actuaciones de artistas del calibre de Massive Attack, Tyler, The Creator, FKA Twigs, y los argentinos Nathy Peluso y Ca7riel y Paco Amoroso. Tras conocer la noticia, la banda inglesa manifestó en sus redes: “Estamos conmocionados y entristecidos por las muertes trágicas y evitables de Berenice y Miguel. Nuestros pensamientos están con sus familias y amigos en este momento tan difícil”.

El resto de la comunidad artística no demoró en mostrar su solidaridad, al tiempo que Frontline Freelance México, organizadora de una vigilia el 7 de abril, exigió que se investigue lo ocurrido, al tiempo que pidió indemnización para sus familias. También dio cuenta de la precarización que padecen los comunicadores jóvenes, sobre todo de medios independientes. No obstante, amén del tenor político que cobró el hecho, la indignación puso el foco en Diego Jiménez, creador de Grupo ECO, productora del festival, quien se había borrado del mapa aludiendo que no entendía la “magnitud de la tragedia”. Como las investigaciones están en curso, pareciera que la negligencia volvió a hacer de las suyas en sendos acontecimientos, al igual que en Cromañón.