“El argentino come carne y vive de espaldas al mar”, con esta frase resumió por la 750 Raúl Cereseto, presidente de la Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera, lo que ocurre en el país con el consumo de pescado, cada vez más hundido y sin repuntes pese a la llegada de Semana Santa.
Según datos del Observatorio de Consumo de la Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera (FULASP), Argentina se posicionó como el país de América Latina que menos pescado consume, con tan solo 5,1 kilos anuales per cápita, muy por debajo de Chile (13 kilos), Brasil (10 kilos) o México (8 kilos).
Este dato es el resultado de una caída del 26 por ciento en el consumo durante los últimos tres años, donde se promediaron los 7 kilos por persona. Y marca una tendencia que no se revirtió pese a la llegada de Semana Santa, en la que históricamente, por motivos religiosos, no se consume carne roja.
De hecho, en el mismo estudio se precisó que durante Semana Santa, solo 3 de cada 10 argentinos consumen pescado pese a que el filet de merluza congelado cuesta hasta un 70 por ciento menos que el corte bovino para milanesa (bola de lomo). El año pasado la tendencia fue similar y las ventas cayeron un 35 por ciento, acercándose a los niveles del Rodrigazo de 1975.
“Argentina consume poco pescado y estas fechas son especiales porque tiende a aumentar exponencialmente el consumo. Este año vemos como una oportunidad para decir de continuar”, señaló Cereseto ante la pregunta de Víctor Hugo Morales.
Y añadió: “Nos encontramos por primera vez con una diferencia muy sustancial (de precios) con la carne. El filet de merluza tiene una brecha más que interesante con la bola de lomo. Está bueno para ponerlo en valor”.
Sin embargo, pese a la crisis y los altos precios, los gustos de los argentinos no van hacia el mar: “El pescado normalmente no le va bien. A la industria le está yendo mal. Hay estudios que dan un estudio de cinco kilos de persona per cápita. El argentino come carne y vive de espaldas al mar”.
En este escenario, Cereseto se expresó autocrítico: “Debo decir como empresario pesquero que recojo el guante y es una materia pendiente que tenemos que trabajar sobre la promoción y la incorporación de la proteína de pescado a la dieta de los argentinos”.
“Hemos empezado a hablar de esta cuestión y a enseñar a cocinar. No se conocen mucho los productos pesqueros argentinos. Tenemos una materia pendiente. Pienso que realmente está sustancialmente más barato que la carne y que es una buena oportunidad frente a la crisis”, finalizó.
El precio del pescado para Semana Santa
En un sondeo, la 750 comparó precios en pescaderías y supermercados. El clásico filet de merluza en las pescaderías cotiza a $12.900 el kilo, mientras el filet de Gatuzo (lomito de atún) se consigue desde $13.500. La opción más cara, como es de esperar, es el salmón rosado, que oscila entre los $31.000 y los $39.000.
En supermercados, el filet de abadejo se consigue a partir de los $15.000 y el lenguado, desde $20.000.