El primer homenaje público al papa Francisco tras su fallecimiento a los 88 años tuvo una ausencia notoria: ningún miembro del Gobierno nacional asistió a la misa oficiada por el arzobispo Jorge García Cuerva en la Catedral Metropolitana. La ceremonia comenzó a las 8.30 de la mañana y fue acompañada por autoridades porteñas, entre ellas el jefe de Gobierno, Jorge Macri. Pero la silla del Ejecutivo nacional quedó vacía, sin ministros ni secretarios.