"Si alguien les pregunta qué les pasó, ustedes tienen que decir que se golpearon en su casa". Esa fue la indicación que recibieron de sus superiores los marineros voluntarios que participaron en el mismo entrenamiento "antidisturbios" que Brisa Páez, la chica de 21 años que terminó durante dos semanas en coma inducido debido a que los médicos no podían parar las convulsiones que sufría después de la patada voladora que recibió de uno de los ila mayoría dejó en evidencia que habían sufrido lesiones indisimulables, además de que les dijeron que debían mentir al respecto.Página/12