El estreno de El Eternauta, la serie dirigida por Bruno Stagnaro, recupera la esencia del cómic original de Hector Germán Oesterheld en un contexto actual que desafía los parámetros del diseño de vestuario. Este proyecto, con la participación del reconocido actor Ricardo Darín en el papel de Juan Salvo, ha generado gran expectativa, especialmente por la reinterpretación de un elemento clave de la historieta: la icónica máscara de buceo.
El desafío de Ricardo Darín y su máscara icónica
La creación del traje de Juan Salvo no fue sencilla. Rita De Castro, responsable del diseño de vestuario, compartió los desafíos detrás de la máscara usada por Darín durante el rodaje. Inicialmente, se exploraron opciones que evocaran el aspecto urbano y rudimentario de los años 50, pero la dificultad para que el actor respirara con modelos más fieles al cómic obligó al equipo a improvisar.
"Fue un reto equilibrar la autenticidad con la funcionalidad para el actor", explicó De Castro. La incorporación de un componente futurista fue clave, con líneas curvas y detalles oxidados que sugieren un vínculo con un mundo en decadencia.
El vestuario en tiempos de caos
Las prendas también debían reflejar una narrativa de improvisación. La gamuza, un material retro de cuero de oveja, simbolizó una ruptura con la estética original del cómic. Adquiridas en curtiembres locales, estas piezas fueron adaptadas para encajar en el contexto contemporáneo de la serie.
La producción de más de 500 máscaras reveló la relevancia del trabajo colaborativo en la serie. Durante un taller creativo, cada miembro del equipo diseñó su propia máscara usando materiales cotidianos, lo que añadió realismo a la historia. "Quisimos reflejar esa sensación de urgencia y desesperación, mostrando cómo cualquiera podría enfrentarse a una situación así", detalló De Castro.
La esencia central de la serie
Bruno Stagnaro buscó trasladar las emociones y el estilo del universo de El Eternauta al presente. Los debates sobre la influencia del entorno urbano de Buenos Aires y el papel de la colectividad fueron constantes durante la producción. "Nuestra meta era preservar la esencia de la historia, creando un ambiente donde cada detalle, desde el sonido hasta la ropa, aportara algo significativo", concluyó el director.
El Eternauta no es solo una adaptación de un cómic clásico, sino una apuesta audaz en un momento donde las historias de ciencia ficción adquieren nuevas dimensiones. Con sus elecciones estéticas, la serie conecta tanto con el imaginario cultural argentino como con el espíritu universal de resistencia ante lo desconocido.