“A Milei le molesta la tos, a nosotros el ajuste salvaje; frenémoslo en la Ciudad.” Ayer, en el día de lxs trabajadorxs, frente a la Casa Rosada y acompañada por militancia y juventud universitaria, Lucille “Lula” Levy, candidata a legisladora porteña por el frente electoral Evolución que comanda Martín Lousteau, contrapuso ese movimiento convulsivo y sonoro del aparato respiratorio que desata la ira patológica del Presidente, a la precariedad de la vida que provocó en menos de un año y cuatro meses.
Desde el “Camión de la tos”, una combi colorada simil boina radical, y sus altavoces propalando el “Tosazo”, un remix de estertores de todas las edades e identidades sexogenéricas, Lula reunió a unas 300 personas que también prestaron gargantas para protestar contra las políticas de Javier Milei. El subidón de la movilización de la CGT el miércoles y su lucimiento en el debate de candidatxs a legisladorxs la noche anterior le sirvieron de marco para seguir picanteando con pancartas que decían “Basta de ajuste salvaje”.
Esta contadora pública y licenciada en Administración de Empresas insume sus 29 años como gran estrategia de campaña, habida cuenta, claro, que del otro lado del charco la mayoría de lxs contrincantes son veteranxs post cincuenta y figuritas repetidas. Nacida el 22 de julio de 1995 bajo el signo de Cáncer, se supone que debería estar regida por una personalidad emocional, intuitiva y protectora: algunas de esas cualidades las demostró en la histórica Marcha Federal Universitaria de 2024, cuando presidía el Centro de Estudiantxs de Ciencias Económicas y de la FUBA, y las replica hoy como Consejera Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Su bio versión Wikipedia ensalza algunas iniciativas: la implementación de una Bolsa de empleo universitaria en Ciencias Económicas; actividades de voluntariado y la promoción del Boleto Estudiantil gratuito para estudiantes universitarios en la Ciudad, convertida en ley por la Legislatura porteña a fines de 2023. Uno de sus primeros spots de campaña avisa que Lula no es chica zen ni busca congeniar con momias: “Harta de las mismas caras de siempre”. Señales y consignas de una generación que “no utiliza la candidatura como trampolín ni como coto de caza de la Ciudad”, se enorgullece Lousteau.
Cada vez que periodistas varones le preguntan por su "jefe político”, los corrige con sonrisa helada. “Martín es un referente, no mi jefe político”. Cuando se ponen intensos con el cuestionario machista, Lula les baja el copete enumerando que recorre la calle y los territorios desde su adolescencia, que asiste y acompaña a personas en situación de calle junto con sus compañerxs de la Universidad, que su objetivo es incomodar a los que están “desde siempre” en la Legislatura.
Lo logró el martes en el debate legislativo, donde atendió las chicanas de Horacio Rodríguez Larreta, Alejandro Kim y Leandro Santoro, que aunque no salieron bien parados nunca dejaron de dispararle sonrisas condescendientes. Eran una banda de señores paternalistas observando a una piba “que recién empieza”. Ella ensayó un poco de pedagogía feminista, y les habló de educación, salud mental, alquileres y seguridad. Una pena que no expusiera en esa tribuna sus propuestas en políticas de género, materia que se queda corta en las propuestas de su página oficial.
“La juventud es presente, y lo que hagamos hoy va a determinar ese futuro”, promete Lula. Si las elecciones del 18 de mayo soplan a su favor, prevé monitorear la adecuada implementación de la ESI en las escuelas, habilitar los Centros Integrales de la Mujer (CIM) y la Línea 144 para la toma de denuncias; crear programas de reinserción laboral post maternidad, y articular con el Poder Judicial de Ciudad para que la atención del Centro de Justicia de la Mujer esté disponible las 24 horas. “También proponemos hacer más efectiva la comunicación de las restricciones a los agresores, promover el uso de tobilleras para su monitoreo y que la responsabilidad no recaiga sobre la víctima.”
Durante su exposición en el debate, remarcó el anhelo de "llevar energía joven" a la Legislatura porteña. "Porque es momento de que mi generación tenga más espacio en la política. Es verdad que soy una desconocida, pero creo que al resto lo conocemos demasiado. Van a escuchar muchas nuevas viejas promesas, pero les pido que escuchen a una nueva generación".