El viernes 9 de mayo a las 19, la Sala Bioy Casares de la Feria del Libro probablemente  estará repleta de personas de todas las edades, pero se hablará de la vejez y será lo suficientemente estimulante para reflexionar cómo muchas veces se discrimina a los adultos mayores. La vejez es una etapa de la vida que merece ser valorada porque todos quieren vivir mucho, pero parece que nadie quiere ser viejo. Y los viejos son el grupo etario más discriminado. Así lo entiende el prestigioso escritor, médico psiquiatra, psicoanalista e historiador argentino Pacho O'Donnell, autor de numerosos libros, entre ellos, La nueva vejez ¿La mejor edad de nuestras vidas? O'Donnell participará de la charla "Longevidad, un desafío vital", junto a la presidenta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), Mirta Goldstein, Inés Páez de la Torre, con la coordinación de Patricia O'Donnell y la colaboración de Laura Orsi. Se trata de una actividad pensada por APA que dejará sus enseñanzas para combatir el prejuicio social sobre la ancianidad y promover una vida longeva en un mundo donde todo es efímero e instantáneo. 

O'Donnell señala que hay motivos de distinto tipo para pensar por qué los adultos mayores son el grupo más discriminado. "Uno de ellos es que la vejez nos acerca a la muerte. Y es algo que el hombre nunca ha podido elaborar, es inaceptable la idea de que uno nace para morir", precisa el destacado psicoanalista en la entrevista con Página/12. "Otra razón responde más a un tema socioeconómico, y es que en una sociedad de consumo las personas mayores son muy malos consumidores. Ese es un motivo muy importante de descarte. En la televisión no hay avisos de automóviles, de excursiones turísticas o de electrodomésticos sofisticados dirigidos a personas mayores. O sea, se da por sentado que las personas mayores no podemos comprar eso", cuestiona O'Donnell. 

-La incitación al consumo hace que las publicidades revaloricen a la juventud y desechen a la vejez, ¿no?

-Exactamente. A la vejez nos queda la publicidad de los fijadores de dentaduras postizas 

-¿Por qué hay una falsa percepción de que en la vejez no puede haber vitalidad o proyectos?

-Eso tiene que ver con el prejuicio. El prejuicio supone que la vejez es enferma, que los viejos somos enfermos, solitarios, deprimidos, aburridos, improductivos. Y creo que no debe ser así. La vejez puede ser una etapa creativa, dinámica, erótica,  inclusive. Además , no hay que olvidar que, en este momento, la vejez es la etapa más larga de nuestra vida. Es más larga que la infancia, que la adolescencia, que la juventud, tanto más larga que la adultez. O sea que es una etapa que uno realmente tiene que saber qué hacer con esos años. Yo tengo casi 84 años, llevo 20 años de viejo. Es mucho tiempo.

-Se incrementó la expectativa de vida, pero no la valoración de la vejez, ¿no?

-Claro, sí, sí, es así. Creo que la expectativa de vida se ha aumentado, pero aparece el problema de que hay enfermedades fundamentales de los mayores que no se han resuelto, como el Parkinson, o enfermedades degenerativas, cognitivas, que no se han resuelto. O sea que el tema es que, indudablemente, vamos a ser una sociedad de viejos, una sociedad donde cada vez nacen menos niños y cada vez hay más viejos. Lo importante es saber cómo van a estar esos viejos. O sea, es importante que se dé solución a los problemas que trae ha aparejado inevitablemente la edad.

-¿Cómo analiza esa contradicción de que todos quieren vivir muchos años, pero nadie quiere ser viejo?

-Es porque la vejez se vive como una tragedia. En realidad, la vejez es un desafío, como recién decía. Fíjese que hay muchas industrias basadas en la ilusión de no llegar a viejos. O sea, los tratamientos rejuvenecedores, las operaciones plásticas, el Botox, el Metacrilato,, las tinturas, la extirpación de arrugas. Todos esos son mecanismos tendientes a imaginar que uno puede frenar el paso del tiempo y no ser anciano.

-Claro, porque generalmente se suele pensar a la longevidad como una excepción, cuando, en realidad, si se tiene una vida saludable contribuye una mejor vejez...

-Sí, claro, es muy importante eso. Además, hoy hay trabajos científicos que apuntan a la prolongación de la vida. Inclusive, en algunos congresos se habla de la inmortalidad. O sea que se puede llegar a un momento en que sea muy difícil morir, en que la ciencia con el reemplazo de órganos, la inteligencia artificial, los diagnósticos genéticos pueda llegar a prolongar la vida indefinidamente.

- Ahora, ¿no cree que el deseo existe porque existe la muerte? Dolina suele decir que quizás si fuéramos inmortales no tendríamos tanta necesidad de desear porque a la larga seríamos todo lo que quisiéramos.

-Está muy bien. Borges, en su cuento El inmortal dice que si fuéramos inmortales nada nos conmovería, nada sería digno de recalcar. Inclusive hace un chiste cuando dice: "Todos tendríamos tiempo de escribir La Odisea. Efectivamente. O sea, en cierta medida podemos decir que la muerte le da sentido a la vida. Y sobre todo el tener en cuenta que somos temporales, que somos finitos hace que estemos obligados a darle sentido a la vida. Uno no puede pasar por la vida anodinamente o cumpliendo con deseos de otros. Uno tiene que justificar este milagro de estar vivo.

-¿Cuáles son los factores psicológicos, no solo genéticos, que pueden contribuir a la longevidad?

-Bueno, hay un aspecto genético también. Y después, y probablemente, si usted me habla de aspectos psicológicos, una vida equilibrada, una vida con poco estrés y demás seguramente va a mejorar y prolongar la vida. Hay algunos elementos claves para una buena vejez. Uno es tener un buen estado físico. Es muy importante que las personas mayores entrenemos físicamente, hagamos gimnasia, lo que más nos guste: caminar, correr, nadar, andar en bicicleta, bailar, lo que sea. Pero estar en una actividad física con cierto rigor y constancia. Eso aumenta nuestra capacidad inmunológica (la defensa de las enfermedades) y activa el sistema respiratorio, el circulatorio, promueve la secreción de las llamadas hormonas de la felicidad, como la serotonina y la oxitocina. También, de alguna manera, es muy importante ejercitar la mente, no solo el cuerpo, sino también la mente: mantenerse activo, leer, escribir, hacer palabras cruzadas. Después, otro aspecto, además de lo físico, es el tener proyectos. O sea, es muy importante que nuestros recuerdos no superen a los proyectos. Tenemos que tener proyectos de despertarnos todas las mañanas con algo para hacer durante el día. Eso es muy importante, muy significativo. Y tercero, el socializar. La vejez es una cadena de pérdidas, de duelos, que puede llevarnos a la soledad y a la depresión. Es muy importante socializar, estar incluido en algún grupo de actividades que a uno le interesen: el ajedrez, la cocina, el arte, pero algún lugar donde uno tenga espacio, donde a uno le esperen, donde pregunten por qué faltó, si le pasa algo. La socialización es también un elemento muy clave de una vejez mejor y más larga.

-La socialización a veces es difícil de lograr, teniendo en cuenta que muchas veces las familias son abandónicas...

-Sí, es cierto. Y es muy importante que las familias ayuden a la socialización.. Fíjese que en la Argentina hay muchos grupos -gratuitos, además-, en templos, en iglesias, en clubes sociales, donde se desarrollan actividades. Es muy importante que la familia ayude a las personas mayores a incorporarse a estas actividades. O sea que lo que hacen por las personas mayores no sea sacarlas a pasear, de vez en cuando, desganadamente, sino que realmente los ayuden a incorporarse a actividades.

-Y para imaginar otra vejez como la que estamos hablando, ¿cómo se logra vencer el prejuicio social sobre la ancianidad? Usted dio consejos para una vejez saludable, pero ¿cómo se logra que una sociedad deseche ese prejuicio social sobre la ancianidad?

-Es muy difícil porque, ya le digo, el tema de la vejez está íntimamente ligado con el tema de la muerte. Lo que pasa es que es muy importante que los jóvenes o adultos sepan que van a ser viejos también, si tienen suerte van a ser viejos. Y que es muy importante tener una relación interior clara y positiva en relación a la vejez. Hay una novela de Adolfo Bioy Casares, Diario de la guerra del cerdo, donde los jóvenes salen a cazar y a matar viejos. Y él dice: "Los jóvenes mataban al viejo que ellos mismos iban a ser". La vejez es un desafío, no es una tragedia. Es un desafío que tenemos que enfrentar de la mejor manera posible, teniendo claro cuáles son nuestras posibilidades.

-¿Cómo se debe educar para recuperar el placer por el propio cuerpo?

-Es muy interesante porque los seres humanos abandonamos el cuerpo. El cuerpo no nos abandona a nosotros. El cuerpo está ahí. Lo que pasa es que la prescripción social dice algo así como que el cuerpo es cosa de jóvenes. La belleza es joven, la belleza es juvenil. Se supone que los viejos somos feos. Y es muy importante saber que el cuerpo está ahí esperándonos. Mi experiencia personal de haber comenzado a hacer gimnasia intensamente a los sesenta y pico de años me permitió ver que es notable cómo el cuerpo se desarrolla prácticamente como si fuera joven. O sea, está ahí. Se supone que el sexo es cosa de jóvenes. Y no es así. Somos personas sexuadas hasta el último de nuestros días.

-¿Qué lugar le otorga a la creatividad para lograr una mejor vejez?

-Muy importante, porque fíjese que la vejez nos permite hacer aquello que no hemos hecho durante nuestra juventud o nuestra adultez. O sea, pagar las deudas con uno mismo, como yo llamo. Es decir, a lo mejor podemos conocer un lugar que siempre quisimos conocer y nunca fuimos. Quizá podemos escribir el libro que siempre quisimos escribir y nunca escribimos. Quizá podemos estudiar aquello que nos hubiera gustado estudiar y nunca estudiamos. O sea, es una etapa que uno debe aprovecharla creativamente.

-Su cuestionamiento es al viejismo, no a la muerte, ¿verdad?

-Al prejuicio al viejo. El viejismo es el prejuicio al viejo.

-La vida moderna promueve que todo tiene que lograrse ya. ¿Cree que la incitación constante y vertiginosa al logro inmediato hace que se piense que cuanto antes mejor porque el tiempo pasa y en la vejez no se va a poder?

-Claro, es la hípervalorización de lo inmediato, de lo nuevo. Ahí las personas mayores no cabemos mucho en relación a la valorización de lo nuevo. Es un tema muy complicado para las personas mayores relacionadas con las tendencias de la sociedad actual.

-Se me ocurre, por ejemplo, el tema de las redes sociales, que siempre muestran publicidades de jóvenes como si los adultos mayores no las pudieran utilizar.

-Exactamente. Eso atenta contra la historia de la vejez como símbolo de sabiduría. cuando la sabiduría era, de alguna manera, algo acumulativo. Es decir, uno era más sabio porque le habían pasado más cosas, había cometido más errores, había conocido más gente, había estudiado más cosas. Pero actualmente las redes establecen un conocimiento que está dirigido a los jóvenes y muy jóvenes, para los cuales se supone que las personas mayores estamos inhabilitadas. Creo que eso está mal. Estamos perfectamente habilitados. Lo que pasa es que se tienen que tomar el tiempo de enseñarnos.