Las producciones cinematográficas a menudo enfrentan el desafío de equilibrar la creatividad artística con la sensibilidad cultural. Este es el caso de Las brujas, dirigida por Robert Zemeckis, cuyo intento por reinterpretar la obra de Roald Dahl generó reacciones negativas debido al diseño de uno de sus personajes principales, interpretado por Anne Hathaway. El debate se centró en la caracterización física de las brujas, percibida como ofensiva hacia personas con discapacidades. Hathaway, al conocer el impacto negativo, ofreció una disculpa pública.

La representación en Las brujas

La polémica surgió cuando el público identificó similitudes entre las características físicas de las brujas y ciertas condiciones médicas, en particular la ectrodactilia. Críticos señalaron que estas representaciones reforzaban estereotipos dañinos hacia personas con diferencias en las extremidades. 

En el libro original, las brujas no tenían rasgos asociados a discapacidades específicas. No obstante, el equipo creativo de Robert Zemeckis optó por un diseño que resultó insensible para parte de la audiencia, pasando por alto la importancia de una representación responsable.

Las repercusiones de la polémica

Organizaciones como Lucky Fin Project, dedicada a apoyar a personas con diferencias en las extremidades, lideraron las críticas y promovieron conciencia sobre el tema. Su influencia fue clave para que Anne Hathaway respondiera. A través de su cuenta de Instagram, la actriz reconoció el daño causado e inició un diálogo sobre la responsabilidad en la representación mediática. Este hecho motivó reflexiones en Hollywood sobre el impacto de las decisiones creativas en comunidades vulnerables.

La disculpa de Anne Hathaway

En su declaración, Anne Hathaway expresó arrepentimiento por no haber asociado el diseño del personaje con discapacidades reales. Aunque enfatizó que no hubo intención de ofender, asumió la responsabilidad y se comprometió a actuar con mayor conciencia en proyectos futuros. Su reconocimiento público del error fue valorado como un paso necesario hacia la responsabilidad en una industria donde la representación inclusiva sigue siendo un reto.

Impacto en la percepción del filme

A pesar de las disculpas, el legado de la película quedó afectado. La adaptación de Robert Zemeckis fue criticada no solo por el diseño de personajes, sino también por su falta de éxito al trasladar un clásico infantil a la pantalla. 

En comparación con la versión de 1990, elogiada por su enfoque respetuoso del material original, la nueva entrega tuvo que luchar por recuperar su reputación. Este caso sirve como recordatorio para futuros creadores: modernizar historias exige equilibrar la innovación con el respeto a sensibilidades culturales actualizadas.