La Agencia de Recaudación de la Provincia de Buenos Aires (ARBA) anunció los controles que se llevarán a cabo en las rutas bonaerenses con el fin de fiscalizar el transporte de granos en plena cosecha gruesa. Son veinte puntos donde constatará la documentación con el fin de, tal como expresaron desde el organismo, la capacidad recaudatoria del Estado sin aumentar la presión sobre quienes cumplen con sus obligaciones.
El mensaje que se expuso desde ARBA apunta a que la vara no sea la misma para quienes cumplen con las normas y quienes no, en un contexto donde se percibe una creciente tendencia en este comportamiento, según detallaron a Buenos Aires/12.
En lo que va de los operativos que comenzaron el lunes, se constató que el 6,1 por ciento de los camiones que transportan cereales están en infracción. Es el doble que el promedio de diciembre, último control sobre la cosecha.
De esta manera, el titular del organismo, Cristian Girard, subrayó que se profundizarán las acciones de control sobre sectores concentrados y habrá “mano de hierro con los evasores de alta capacidad contributiva”.
A partir de información a la que tuvo acceso este medio, los operativos están asentados en, entre otras ubicaciones, Pergamino, Ramallo, Quequén, Guaminí, General Villegas y Pehuajó. Y algunas de las rutas sobre las que se montarán las tareas de ARBA, en conjunto con el Ministerio de Seguridad y de Transporte, son la 3, la 5, la 7, la 8, la 188 y la 226.
La selección de estos puntos radica en estar presente en los principales recorridos de la logística del agro en esta época y los ingresos a los puertos. A su vez, tanto Girard como el organismo remarcaron que los operativos duran las 24 horas, involucran a más de cien agentes y finalizarán a fines de este mes.
“Se trata de un operativo clave para la Agencia porque acompaña uno de los principales circuitos económicos de la Provincia y porque queremos asegurar que cada carga esté correctamente registrada y cuente con el respaldo documental exigido”, explicó Gaspar Spiritoso, subdirector ejecutivo de Acciones Territoriales y Servicios de ARBA.
Un cosa de todos los años
La cosecha gruesa involucra cultivos con ciclos más cortos y con preferencia a climas cálidos. Aquí están, entre otros, la soja, el maíz y el girasol. Precisamente, sobre la soja, cuya área de siembra está mucho más concentrada en el norte y noroeste de la provincia, los números no vienen siendo alentadores. Según un estudio de la Universidad Austral, para esta época suele estar cosechado más del 30 por ciento de la superficie sembrada y, hasta el momento, no supera el 24 por ciento a nivel país. “Es el ritmo más bajo de los últimos once años”, indicaron.
Esta situación, aseguraron desde ARBA, se percibe en el territorio provincial. Más allá de que se esperan buenos rendimientos en general en los cultivos de primera cosecha, sostuvieron que los maíces tardíos y sojas de segunda cosecha “han sido perjudicados por la falta de lluvia durante el mes de enero por lo que se esperan rendimientos menores a los normales”.
La posibilidad de ARBA para comparar datos radica en que este tipo de operativos se llevan a cabo todos los años y no son producto de una coyuntura. Por tomar como ejemplo el año 2024, cuando se fiscalizó la cosecha gruesa entre abril y mayo, se controlaron 3.466 camiones cerealeros. A partir de la tarea, se labraron 65 actas, lo que arrojó un grado de infracción del 1,9 por ciento.
Para diciembre del año pasado llegó el turno de la cosecha fina, que agrupa al trigo, la cebada, la arena y el centeno. En ese momento, se fiscalizaron 946 camiones y se ejecutaron 31 actas. Aquí el nivel de infraccionalidad trepó al 3,3 por ciento.
Si bien son porcentajes bajos, desde el organismo aseguraron que, tras los primeros días de trabajo, se constató un incremento en los promedios de evasión.
En concreto, el despliegue de los trabajos de control apunta a “garantizar la trazabilidad de los productos transportados, evitar irregularidades en las guías de traslado y combatir prácticas evasivas en el circuito comercial vinculado al agro”.
En cada puesto, señalaron desde ARBA, se fiscaliza que los camiones cuenten con la Carta de Porte, el Código de Operaciones de Traslado (COT) y demás documentación respaldatoria que acredite la legalidad del traslado de la mercadería.
“Además de prevenir la evasión, este tipo de fiscalizaciones nos permite monitorear cómo se desarrollan los flujos de comercialización en la Provincia”, destacó Spiritoso. Desde su perspectiva, “es fundamental contar con información precisa para seguir mejorando nuestras herramientas de fiscalización y garantizar equidad tributaria”.