Mientras cae el consumo y el gobierno
impulsa la apertura de importaciones, un sector clave de la industria
textil lanzó una fuerte advertencia a la Casa Rosada y anunció que se
movilizará en defensa de los puestos de trabajo este miércoles a la
sede del Ministerio de Economía que conduce Luis Caputo, en contra
de la reducción de los aranceles, una medida que podría poner en
riesgo cerca de 150 mil puestos de trabajo.
La movilización fue anunciada por la
Federación de Costureros, Industria y Textil, La Red Textil
Cooperativa y otras organizaciones que forman parte de un entramado
popular que emplea a miles de trabajadores en todo el país.
“El objetivo de la acción es
visibilizar nuestro rechazo a la apertura de importaciones y defender
los puestos de trabajo”, afirmaron en un comunicado.
Melen Vergniaud, presidenta de La Red
Textil, una organización liderada por mujeres donde se agrupan 40
cooperativas de confección de todo el país, declaró que en lo que
va del año ya se han perdido alrededor de 10 mil puestos de trabajo
en el sector textil, y alertó que la situación podría agravarse
producto de la apertura de importaciones y la baja de aranceles.
Según datos oficiales, en el primer
bimestre de 2025 las importaciones de ropa aumentaron más de un 135
por ciento, en comparación con el mismo período del año anterior,
gracias a la baja de aranceles, que cayó del 35 al 20 por ciento.
“El último informe del verano dice
que seis de cada diez máquinas están frenadas”, afirmó Vergniaud
a la AM 750, donde señaló además que se trata de un “sector
precarizado”, y alertó que el Gobierno busca destruir la industria.
“Cuando deja de ser rentable producir
acá porque es más barato traer prendas de afuera, claramente
nuestro sector pierde su objetivo y su lugar como parte de la
industria nacional”, lamentó.
Según precisó, la industria textil
reúne, en toda la cadena productiva, a unos 540 mil puestos de
trabajo.
En un comunicado, las agrupaciones
señalaron que al ataque del Gobierno al sector textil se le debe
sumar además la “crisis agravada por la caída del consumo
interno, la pérdida del poder adquisitivo y la eliminación de
programas de apoyo a la economía social”.
“El golpe final llegó con el anuncio
de la apertura masiva de importaciones. Las políticas de hambre y de
crueldad del gobierno de Milei ponen en riesgo a nuestro sector.
Seguimos sosteniendo nuestros espacios de trabajo como podemos y
exigimos al Gobierno Nacional que proteja la industria nacional”,
reclamaron.