Como el lector ya sabe El eternauta es la serie argentina del momento, de la cual casi todos hablan o comentan algo. No vamos a escapar al comentario. Pero quizás desde otra perspectiva. En una entrevista interesante, se le preguntó a Ricardo Darín, que representa a Juan Salvo, el héroe de la serie, si era posible actuar sólo con los ojos en tanto su personaje está envuelto en una especie de casco con un visor que sólo permite ver sus ojos o su mirada. 

Darín contestó que sí que es posible actuar sólo con los ojos, con sus movimientos, expresiones, enojos, y con todas las miradas posibles, amorosas, odiosas, de preocupación, o de inquietud y estupor. 

Por supuesto que la actuación se realiza con todo el cuerpo aunque esté envuelto por completo por la necesidad de aislarse de la nieve tóxica y mortal. Es más, siempre la vestimenta es especial, siempre el cuerpo está oculto detrás de una vestimenta, se trate del ámbito que se trate. La respuesta de Darín me pareció muy interesante pero quizás la pregunta fue todavía mejor.

Pero además de la mirada y los ojos, también interviene detrás de la máscara la voz de Darin, la mirada y la voz, hechas, fabricadas para la actuación y convertidas en un objeto maleable y profundamente expresivo, que acompaña los distintos momentos de la serie y el recorrido que el actor prosigue. 

Aún en los momentos en que tiene que expresar con la cara la inquietud y la angustia ante cierta pérdida de la razón, cierto temor a una despersonalización cuando se ve expuesto a la posibilidad de ser dominado por el invasor, como es el caso de su hija, en la serie, que cae en una situación casi de no reconocer a sus padres cuando es dominada por ese poder extraño y real, por los efectos que tiene.

Hay en la película otras fantasmagorías que muestran la angustia por lo desconocido, como cuando al llegar al estadio donde se encuentran los escarabajos invasores y los humanos alienados, descubre que lo que gobierna toda la invasión es un ser que llama “la cosa”.

La posición del héroe en la fantasía es la de no retroceder ante lo desconocido, e incluso su determinación por averiguar de qué se trata y pensar qué hacer para liberarse de esa opresión que produce esa consecuencia de anulación. El héroe no se arredra, avanza, no escapa y pone sus recursos y su vida para lograr ese objetivo.

 

*Psicoanalista. Edición de Psicología de Rosario12.