La discusión sobre el funcionamiento del Sistema Público de Salud de Salta volvió a escalar tras la presentación de la renuncia de Marcelo Nallar, gerente del Hospital Arturo Oñativia, institución especializada en enfermedades endocrino metabólicas.
La dimisión coincide con la decisión del médico de restringir la atención a demanda en la guardia del Hospital desde hace una semana. La instrucción indicaba que cualquiera que fuera hasta el servicio tenía que hacerlo con una derivación anticipada.
El ministro de Salud, Federico Mangione, anunció ayer que tenía previsto rehabilitar la guardia del Hospital para atender demandas espontáneas.
Nallar había tomado la decisión hace una semana. En diálogo con los medios, el gerente afirmó que se trataba de reinstalar una política que ya se desarrollaba antes de la pandemia. Entre los fundamentos, sostuvo que al ser un hospital con personas que sufren de distintas patologías crónicas (que van desde la diabetes hasta personas con tratamientos de diálisis y esperan un trasplante de riñón), peligra que se expandan las infecciones y el empeoramiento de los cuadros.
A ello añadió que es necesario replantear el sistema de salud, dado que “cuando los hospitales están colapsando es porque el primer nivel no funciona… no puede ser que una infección urinaria o una angina sea atendida en una guardia”.
“El comentario molestó muchísimo a los médicos del primer nivel”, respondió Mangione. En diálogo con Radio Nacional, el ministro defendió a quienes trabajan en los Centros de Salud y afirmó que en cada visita que hace de manera sorpresiva puede observar al personal que trabaja. Explicó además que la guardia es para pacientes que tienen patologías acordes a la especialidad del Hospital Oñativia.
Un colapso visible
La situación denunciada por Nallar también repercute en el Hospital Materno Infantil en donde semanas atrás se pidió paciencia y tranquilidad a la población ante las guardias atiborradas por una gran cantidad de infecciones respiratorias. Este pedido fue después de que hubiera ataques verbales por la demora en la atención. Fuentes del Hospital dijeron a este diario que la situación no mejoró.
Otro hecho que dejó al descubierto las falencias en el sistema sanitario fue la muerte de David Corimayo, un fisioterapeuta de Cachi, departamento ubicado en los Valles Calchaquíes, que fue golpeado y llegó al Hospital descompensado. Según la denuncia de su sobrina, una médica recién recibida que lo acompañó en la ambulancia, el Hospital carecía de un vehículo con los insumos básicos necesarios. Corimayo llegó a ser atendido en el Hospital San Bernardo en donde se le diagnosticó muerte cerebral.
“Lo que sí pasa es que tengo que atender a todos. Y ahora se nos subió más del 50 por ciento la gente con obra social”, afirmó Mangione al dar cuenta del incremento de la demanda de atención en el sistema público de salud. Afirmó que en el marco de la Ley 8491, que determina los montos a cobrar por las prestaciones a valores de los impuestos por la obra social provincial, el IPS, se viene calculando la deuda acumulada de las obras sociales. “Vamos a tener instrumento para que nos paguen”, y “estamos sacando cuentas porque empezamos con las cartas documento para empezar a intimar”, avisó.
Esta política se sumará a la restricción del derecho de acceso a la salud pública y gratuita a residentes extranjeros precarios y temporarios, a quienes también a partir de ahora se les cobran las atenciones a valores del IPS. Se suponía que esta acción mejoraría el sistema de salud de la provincia para disponer de más recursos. Pese a los anuncios de compras de ambulancias y otros insumos, los resultados no se evidenciarían en el nivel que la provincia prometía. Mientras, desde Nación ya se hicieron los anuncios para imitar la política instrumentada por el gobierno salteño.
Un kinesiólogo “del Milagro”
Durante las festividades religiosas del Señor y la Virgen del Milagro, que se realizan en septiembre, los fieles caminan kilómetros hasta llegar a la ciudad de Salta en cumplimiento de promesas. En esos tramos, los kinesiólogos ofrecen sus servicios apostándose en distintos tramos del recorrido para poder examinar el estado de salud de los peregrinos.
David Corimayo formaba parte de ese grupo de casi 100 profesionales. En pedido de justicia por lo acontecido sus colegas convocaron a una marcha para mañana a las 20, en la plaza 9 de Julio.
"Recién cuando nos toca tan de cerca vemos el estado deplorable de la Salud Pública”, dijo a Salta/12 Mariana Mendoza, una de estas profesionales.
Recordó que en el caso de David, la ambulancia que lo trasladaba no tenía desfibrilador, el oxígeno perdía y el aspirador no funcionaba “y él lo necesitaba porque se broncoaspiraba”.
Añadió que como profesional de la salud puede ver cómo los pacientes “por ahí vienen a lo privado y se sacrifican para pagarlo porque la Salud Pública no les da respuesta, no les dan turnos, o son maltratados”.