Lis Mondaini, flamante Licenciada en Comunicación Social, se convirtió en la graduada número 100 del programa Regresar de la UNR. Este programa único en el país ofrece un acompañamiento académico y administrativo a aquellas personas que por distintas circunstancias de la vida tuvieron que abandonar sus estudios y construye una red de contención para cumplir el sueño de convertirse en profesional.

Detrás de cada diploma hay trayectorias marcadas por desafíos, pausas obligadas, responsabilidades familiares o laborales, pero también por el deseo de terminar lo que alguna vez se empezó. Cada título alcanzado es mucho más que un logro académico: es una historia de vida que se resignifica y merece ser contada y celebrada.

A Lis desde chica le gustaba dibujar. Le regalaron una computadora y su mamá, docente y publicista, la usó para trabajar en unos proyectos. Cuando se la devolvió habían quedado instalados programas de diseño. Ahí empezó un camino autodidacta que se fue dando naturalmente mientras probaba cómo hacer un afiche o un flyer.

Hizo la secundaria en la Complejo Educativo Dr. Francisco de Gurruchaga, en la modalidad “Expresiva” y cuando terminó, en 2002, entró a la carrera de Comunicación Social de la Universidad Nacional de Rosario. La empezó sin un motivo muy claro, le pareció bueno el plan de estudio y se anotó con una amiga. Le gustó cursarla especialmente cuando llegó a la cátedra de Visual Gráfica ya que se encontró con algo que tenía familiarizado desde chica y fue delineando su perfil por ese lado. Las últimas materias las hizo más espaciadas y terminó en el 2012. Le faltaba la tesis, pero no volvió más a la Facultad.

Mientras estudiaba hizo algunos trabajos particulares como diseñadora. También estuvo en una imprenta y en una gráfica hasta que en su último año de cursado se anotó en una pasantía que le permitió entrar a la Editorial Municipal. Cuando esta finalizó se abrió el Registro Único de Postulantes de la Municipalidad de Rosario y quedó. Desde hace diez años trabaja en esa Editorial.

Con 41 años, un trabajo profesional del que vive, mamá de un nene de 12 y una nena de 7, nunca había sentido el peso de tener que terminar la carrera porque los cambios de la vida fueron priorizando otras metas. Pero cuando escuchó que se abría la convocatoria para el Programa Regresar, se anotó y apenas recibió la respuesta de la Universidad, la posibilidad del título cobró otra dimensión: “Me voy a recibir”.

En la presentación del programa que hizo la UNR conoció a su tutor, Eric Monetti, “una figura fundamental para allanarte el camino”, dice Lis quien considera el rol del tutor como “muy generoso” por la ayuda y el acompañamiento que hace durante el proceso de finalización de la carrera. También reconoce el papel clave de las docentes que dirigieron sus tesis, Mariángeles Camuso y Danisa Monte.

Bajo el título “El diseño editorial como medio expresivo” su trabajo consistió en la descripción del proceso de realización del libro “Fiesta” de Anabel Martín. Como trabajó desde la Editorial Municipal en el diseño de este libro de poesías en 2019, para su tesis recuperó esa experiencia y la relación entre la autora y las editoras. “Es fundamental el vínculo, la conexión con las personas para que el trabajo no sólo salga bien sino que tenga un valor agregado, cobre vida propia”, destaca.

“Fue lindo y ameno todo el proceso hasta la instancia de defensa”, cuenta Lis quien considera que la carrera es muy completa porque promueve competencias en el amplio campo de la comunicación visual, institucional y de medios.

El programa Regresar demuestra que nunca es tarde para volver, que cada recorrido es único y que la Universidad debe seguir abriendo sus puertas a quienes, por distintos motivos, no pudieron terminar sus estudios en el pasado. Nada de esto sería posible sin el compromiso de tutores y docentes, que acompañan con empatía, dedicación y respeto cada paso de este camino.

La UNR es mucho más que una Universidad, es un lugar donde la educación pública cobra sentido pleno, al transformar historias, abrir caminos y demostrar que nunca es tarde para volver a soñar.