La sede del Partido Justicialista de Salta, ubicada en la calle Zuviría 938, fue tomada ayer por militantes que exigen el fin de la intervención partidaria. La ocupación comenzó pasadas las 19, en un contexto de creciente tensión dentro del peronismo local, a pocos días de los magros resultados electorales del Frente Justicialista Salteño.

La intervención del PJ salteño fue resuelta el pasado 24 de febrero por el Consejo Nacional del Partido Justicialista, en la primera reunión encabezada por Cristina Fernández de Kirchner como presidenta del cuerpo. En ese encuentro también se dispuso la intervención del PJ de Misiones y la continuidad de la intervención en Jujuy, como parte de una estrategia nacional para “ordenar” al peronismo en un año electoral turbulento. Tres días después, se designó interventores en Salta a Sergio Berni y María Luz Alonso. 

Marcos Vera, referente de Generación Ragone y exdirigente de La Cámpora en la provincia, explicó que el movimiento que tomó la sede partidaria se denomina “Liberación Justicialista” y que busca “abrir las puertas del partido para recuperar su esencia y su militancia”. En diálogo con Salta/12, aseguró que la sede “no está abierta nunca, no se están llevando adelante actividades” y agregó que los responsables de la intervención “utilizaron el partido de manera errónea”, en alusión directa a los referentes locales alineados con los interventores.

En las puertas de la sede partidaria


Uno de los principales puntos de tensión es el diputado nacional por Unión por la Patria Emiliano Estrada, acusado por los manifestantes de haber pactado con sectores afines al presidente Javier Milei y al referente de los libertarios en la provincia Alfredo Olmedo. “Tuvimos una de las peores elecciones de la historia, con interventores que no supieron leer la realidad”, denunció Facundo Guzmán, referente de la agrupación Lealtad y Compromiso, y quien fue recientemente candidato a diputado por el Frente Salta va con Felicidad, obteniendo 6.478 votos, lo que representó el 2,63%. “Estrada, (Verónica) Caliva y (Guido) Giacosa negociaron con el mileísmo y dividieron al peronismo, permitiendo que entren seis diputados y un senador por la derecha en la capital”, dijo Guzmán a este diario.

Por su parte, Guido Giacosa, candidato a senador en los últimos comicios por el Frente Justicialista Salteño, quien obtuvo apenas el 6,53% de los votos, denunció que la toma fue llevada adelante por “grupos de choque del saencismo”, en referencia al gobernador Gustavo Sáenz. “Rompieron la puerta", declaró a Salta/12, y dijo que la toma se la adjudica al grupo de Guzmán, deslegitimando la acción como parte de una protesta interna. También contó que los empleados responsables por la sede realizaron una denuncia penal. En la última sesión de la Cámara Baja varios legisladores oficialistas repudiaron la intervención e incluso el diputado Luis Mendaña (del bloque Justicialista Gustavo Sáenz Conducción) convocó a tomar la sede partidaria. 

Asimismo, la exlegisladora nacional y candidata a diputada por el mismo Frente, Verónica Caliva, aseguró que quienes optaron por la toma de ayer son "empleados" del gobernador Sáenz. Además, los calificó de "personajes nefastos" y "misóginos". Insistió en que se trata de "desestabilizadores de la democracia" y que son "todos agentes" de Sáenz y Milei. "Son ellos los que militan en defensa de Sáenz, quién públicamente tiene pactos con Milei, Olmedo y demás ultraderecha", afirmó.

Militante de la agrupación Lealtad y Compromiso


Sin embargo, para quienes protagonizan la ocupación, se trata de un acto político y militante. Ricardo Gallegos, uno de los voceros del grupo, dijo que "no hay otro punto. No es contra nadie, es contra una decisión autoritaria de una lapicera de Buenos Aires”. Rodeado de jóvenes militantes, Gallegos sostuvo que la intervención “fracasó” y denunció intentos de “comprar voluntades con camiones de mercadería que vienen de Buenos Aires”.

En un documento leído frente a la sede, los militantes exigieron: la renuncia de todos los interventores, el llamado a elecciones con participación de sectores partidarios y extraparditarios, la prohibición de postularse para quienes hayan ocupado cargos dirigenciales, la expulsión de quienes “traicionaron a la patria” —con nombres propios como Estrada, Caliva y (Mónica) Sánchez— y la conformación de una mesa amplia para “un PJ de todos”. Del otro lado, hubo expresiones en las redes sociales reclamando la expulsión de las diputadas nacionales Yolanda Vega y Pamela Caletti y el diputado nacional Pablo Outes, que acompañaron leyes claves para el gobierno de Milei, que se contradicen con los postulados del peronismo. 

“Vinieron a golpear"

Facundo Guzmán denunció además que durante la vigilia, definida por el grupo como pacífica, efectivos de la Policía de Salta actuaron con violencia. “Vinieron a golpear, a reprimir directamente a los compañeros que estábamos en la vereda”, afirmó. Desde el grupo acusaron que los efectivos llegaron con la orden de desalojar una carpa que se puso en las puertas de la sede, lo que terminó con forcejeos y daños.

Estas denuncias llevaron a que se hiciera presente la diputada provincial Laura Cartuccia (del bloque JGSC), quien hasta la intervención del PJ era la secretaria parlamentaria del espacio. La legisladora aseguró que su presencia fue en calidad de mediadora. En un parte de prensa sostuvo que "la acción fue impulsada por militantes que reclaman el respeto por la autonomía del peronismo salteño y una mayor representatividad de las bases". 

La diputada provincial señaló que estuvo presente desde las primeras horas de la jornada, cumpliendo un rol clave como figura mediadora, lo que derivó en "un acuerdo que permitió evitar mayores tensiones", pues se resolvió que tres afiliados (entre ellos Marcos Vera) permanecieran dentro del edificio junto a tres efectivos policiales, garantizando así tanto el derecho a la protesta como la seguridad del inmueble y de los presentes.

Sin embargo, ya avanzada la noche se difundió la novedad de que la Policía había reprimido a quienes estaban en la toma y había detenido a 25 manifestantes, además, dos resultaron heridos. Pero, para completar el cuadro de idas y vueltas que envuelven al partido, luego referentes de los manifestantes desmintieron que los detenidos fueran de sus filas. 


Cartuccia, quien se definió como "una de las voces más firmes en defensa de la institucionalidad del PJ salteño", remarcó la necesidad de reconstruir el partido desde el respeto mutuo, el diálogo y la participación genuina de la militancia. El escrito destacó que "su presencia fue valorada como un gesto de responsabilidad política, en un momento en que el partido atraviesa una de sus crisis más profundas". 

La rama más cercana a Gustavo Sáenz había acordado exigir el fin de la intervención nacional recién este lunes, a las 18, en las puertas del partido. "Todos con Luis Mendaña en la recuperación del PJ", rezaba la invitación a afiliados. Mendaña es actual diputado por La Caldera y era el secretario de actas de la conducción provincial del espacio y el martes último lanzó la convocatoria a tomar la sede partidaria. 

A una semana de las elecciones provinciales, el PJ salteño parece atravesar no solo una crisis de conducción, sino una disputa profunda por su identidad y su futuro. Mientras los resultados del 11 de mayo confirmaron un crecimiento de La Libertad Avanza en el departamento Capital, el distrito más importante de la provincia (35,03% en la categoría senador), secundado por el oficialismo y una caída significativa del peronismo local.