La ciudad de La Plata y sus vecinas de Berisso y Ensenada son, entre otros, puntos de la Provincia de Buenos Aires donde el servicio de agua suele escasear en verano, a veces llegando a niveles desesperantes. A esa situación se suma, además, la fuga del recurso en diversos escapes a lo lago y ancho de la región. Por esa razón, el Gobierno provincial decidió activar un plan para buscar evitar esos problemas.
A través del Ministerio de Infraestructura y la empresa prestadora ABSA, la Provincia pondrá en marcha un plan hídrico que alcanza a los tres distritos que conforman el Gran La Plata con el fin de que, en un plazo de 3 años, se solucionen los problemas de abastecimiento, calidad y fuga del agua en la Región Capital.
El plan de inversión de obras se presentó este jueves en la capital bonaerense con la presencia del presidente de ABSA, Hugo Obed; la directora Provincial de Agua y Cloacas, Graciela Ambrosolio y la directora de Proyectos y Programas de Agua y Cloacas, María Inés Plet, quienes detallaron los avances del plan al momento y las etapas a seguir.
“El recorte de recursos de Nación a la Provincia nos afecta muchísimo. Muchos vecinos, que incluso votaron al presidente actual, están siendo castigados porque hoy podrían tener más y mejores obras, pero no las tienen por esas políticas nacionales. Nosotros vivimos en la región, usamos el servicio y sabemos lo que pasa con él”, marcó Obed, al tiempo que señaló que “la planificación territorial tiene que estar basada en el recurso hídrico”, algo que no ocurre en líneas generales.
Las funcionarias de la cartera que comanda Gabriel Katopodis expusieron las tres etapas de las que consta el plan. La primera comprende la producción y transporte del recurso, como así también mejoras en la red de distribución.
Para llevarla adelante se necesitará una inversión total de 50 millones de dólares. Comprende la construcción de la obra de toma, que ya tiene un 17,8 por ciento de avance y cuenta con financiamiento del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF); además del recambio y reparaciones de cañerías de dos acueductos.
Uno de ellos es el Acueducto Norte, que ya está con el 41 por ciento de avance y concluido para fin de año. Este permitirá eliminar las pérdidas del sistema asegurando la presión requerida del agua a distribuir, alcanzando a unos 34.000 habitantes. El otro es el de Punta Lara, en Ensenada, con un recambio de 4.500 metros de caños.
La obra de toma permitirá captar hasta 36 mil metros cúbicos de agua, beneficiando a 1,5 millones de personas, es decir que duplicaría la capacidad de potabilización. Para esta primera etapa, se prevé una inversión superior a 180 millones de dólares.
La segunda etapa, de conducción y almacenamiento del agua, implicará un desembolso de 50 millones de dólares para transportar el agua tratada y generar también dos puntos que funcionen como cisterna de almacenamiento, que permitirán además resolver problemas hídricos ante situaciones de emergencia.
La tercera, de distribución y conexiones, implica avanzar con el cierre de mallas en la Zona Noroeste y Los Hornos, con un aumento de conexiones para la provisión del servicio asegurando la presión del sistema, alcanzando a uno 273.727 habitantes.
Por su parte, desde ABSA se detalló el Plan de Mejoras en el Servicio Región Capital, que alcanza a 35 mil metros de cañería: 24.815 de ellos de recambio; y las otras 10.890 renovadas. “Es algo que no ha pasado demasiadas veces en más de 20 años”, sostuvo el presidente de la entidad.
En cuanto a las pérdidas, un problema que golpea a los barrios, Obed señaló que con el trabajo de las cuadrillas propias que incorporó la empresa, las fugas pasaron de 4.500 a poco más de 2.000 en la región capital.
En marzo de este año, investigadores de la Facultad de Ingeniería y de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Plata, presentaron un informe en el que describieron que la cobertura de red de agua y cloacas en la capital bonaerense se encuentra por debajo de partidos de similares características en la Provincia.
Entre las principales conclusiones, los investigadores Nicolás Bardella y Joaquín Carrera, enfatizaron que la debilidad en la cobertura mediante red pública ha generado un crecimiento de soluciones individuales, como perforación y sistemas de cámara y pozo.
A ello sumaron que se permitió “homogeneizar” la cobertura para el servicio de agua en todo el territorio, pero como toda solución individual puede ir en contra de una resolución global y consistente del problema.