Joachim Trier vuelve a impactar en Cannes con su última película, Sentimental Value, una obra que profundiza en las relaciones familiares y el mundo del cine mediante una narrativa elaborada. El director noruego recibió una ovación de 19 minutos tras la proyección en el Grand Théâtre Lumière, consolidando a la cinta como una fuerte candidata para la Palma de Oro.
Argumento central de Sentimental Value
La historia sigue a Nora, interpretada por Renate Reinsve, quien se reencuentra con su padre Gustav (Stellan Skarsgård), un cineasta en declive que intenta relanzar su carrera ofreciéndole un papel en su nuevo proyecto. Nora rechaza la oferta, y el personaje termina en manos de una joven estrella de Hollywood, Elle Fanning, quien queda atrapada en los conflictos familiares.
A través de esta trama, Trier explora con sutileza las tensiones generacionales y las heridas de una familia fracturada por decisiones dolorosas. El uso de recursos cinematográficos permite ahondar en la psicología de los personajes, construyendo una red de emociones que conecta con quienes han vivido la complejidad de las relaciones humanas.
La recepción en Cannes
El Festival de Cannes ha presenciado momentos históricos, pero la proyección de Sentimental Value en su edición 2025 destacó por su impacto. Desde el final de la función hasta los 19 minutos de ovación ininterrumpida, quedó claro que la audiencia se sintió profundamente identificada con la película.
Las lágrimas de Elle Fanning y las reacciones emotivas del elenco reflejaron la conexión generada por la cinta, sugiriendo un proceso de reconciliación no solo para los personajes, sino también para el público al confrontar sus propias experiencias.
Impacto en la industria cinematográfica
El éxito de Sentimental Value podría influir en el panorama del cine. Neon, tras su colaboración previa con Trier y Reinsve en La peor persona del mundo, adquirió los derechos para Norteamérica. Por su parte, Mubi manejará la distribución en otros territorios, reforzando la proyección internacional del filme.
Más allá del aspecto comercial, la película cuestiona y reflexiona sobre el medio cinematográfico. Escenas metatextuales entrelazan una crítica al mundo del cine sin abandonar las emociones esenciales que definen el trabajo de Trier.
El eco de los aplausos en Cannes no solo celebra la calidad de la película, sino también el poder del cine para provocar reflexiones íntimas y diálogos colectivos. La atención ahora se dirige al veredicto del jurado sobre su posible consagración en el festival.