En juicio abreviado, el joven acusado por el homicidio en exceso de legítima defensa de Matías Ratari, fue condenado a 5 años de prisión y resarcirá económicamente a la familia de la víctima. El hecho ocurrió el 16 de abril de 2016, cuando a las 4.30 de la madrugada Ratari fue parte de un intento de asalto, sin el uso de armas, a un grupo de personas -entre ellos la madre del acusado- que salía de un edificio donde el victimario celebraba su cumpleaños. Al escuchar gritos, Lucas Fernández se asomó desde el balcón y efectuó varias detonaciones de arma de fuego, calibre 9 milímetros. Ratari cayó en la calle, luego de una de una de las al menos tres balas le entrara por la clavícula. "Estoy muy arrepentido por lo que pasó y mal por el dolor de la familia Ratari", dijo el imputado en la audiencia frente a la jueza Patricia Bilotta, ya que una disculpa pública fue parte del acuerdo abreviado. "Lo perdono, a pesar del vacío enorme que nos dejó", respondió el padre de la víctima, querellante en la causa.

El hecho ocurrió hace un año y medio en Cochabamba al 300, durante un presunto intento de robo. "El imputado festejaba su cumpleaños en casa de su novia. Ella bajó con un grupo de gente para abrirles la puerta y esperar un remis, cuando, sin armas, Ratari y otras personas les quisieron robar. Usted sacó su arma de fuego desde el balcón con clara intención de dar muerte y efectuó tres detonaciones: una le dio a Ratari", relató la fiscal Marisol Fabbro, que acusó a Fernández por el delito de "homicidio calificado por el uso de arma de fuego en legítima defensa". Además, recordó que el imputado intentó fugarse a otra provincia y manipular testigos antes de comparecer.

Tras permanecer una semana prófugo, el muchacho que tenía 23 años se entregó a la Justicia. Siempre se excusó con haber "disparado en defensa de un tercero". Mientras estuvo prófugo, Fernández habló: "A mi madre la tenían del cuello: era ella o ellos; por eso tiré para ahuyentarlos", dijo. El disparó, efectuado desde el balcón del tercer piso del edificio, le dio en la clavícula a Ratari, y terminó con su vida minutos después. Desde la clandestinidad, el imputado también dijo que compró el arma porque le robaron "muchas veces".

En los primeros momentos de la investigación, el hecho se dio a conocer como una pelea entre los dos jóvenes que llegaron en moto e intentaron robar a los invitados al cumpleaños, y que uno de ellos le disparó a otro. Sin embargo, con el correr de las horas, la fiscal Fabbro recibió el informe preliminar de autopsia que daba cuenta de que el disparo provino desde arriba.

Como parte del acuerdo abreviado, el acusado continuará detenido el pabellón E de la cárcel de Piñero, donde está "a resguardo". Ayer, en el marco de otro de los puntos del abreviado, manifestó su arrepentimiento. Sollozó cuando la jueza le dio la palabra al padre de la víctima, Luis Ratari, que fue querellante en la causa. "Es un dolor muy duro el que vivimos. Solo sentimos que nos dejó un vacío enorme. Comprendo que se pudo haber equivocado en esa escena, pero yo a mi hijo lo veo todos los domingos en el cementerio. Quiero que esto se termine. No era la forma de pagar un error. Lo disculpo". Al mismo tiempo, el hombre manifestó que en la seccional 4ª, donde le devolvieron la cadena de su hijo, pero "no los dijes de oro que colgaban de ella"; mientras que en su billetera "había menos" dinero. También lamentó la "mala actitud del comisario", que -según expresó- le dijo que su hijo "murió en su ley". Por otro lado, la defensa explicó la forma de pago del resarcimiento del daño.