¿Cómo llega la provincia de Santa Fe a ser una bota? ¿Cómo convivieron en esta región los pueblos nativos con los conquistadores europeos y las milicias criollas? ¿Qué relaciones establecieron las comunidades con el entorno natural en el que vivían? Estas inquietudes guían el libro Santa Fe inédita. Temas de investigación para pensar la enseñanza de su historia escrito por las historiadoras de la UNR Evangelina de los Ríos, María Celeste Forconi, Carolina Piazzi, María Paula Polimene y Romina Zampa.
Dirigido a docentes en ejercicio y en formación, está pensado como disparador para la reflexión sobre los contenidos de ciencias sociales que llegan a las aulas. La particularidad de este material es que se aborda la diversidad cultural y la heterogeneidad de la composición poblacional de Santa Fe de forma distinta a los relatos históricos más tradicionales.
En este sentido transmite que el mapa de la bota llevó un largo proceso de construcción territorial en el que intervinieron una diversidad de agentes no solo europeos sino indígenas y mestizos. Centrar la mirada desde Santa Fe “permite romper con los relatos que ponen el acento en la hegemonía de Buenos Aires como constructor del proceso de nación y ver el papel de otros territorios”, destacan las autoras. Asimismo, expone diferencias entre la historia porteña y la santafesina.
El contenido está estructurado en tres ejes. El primero es “Territorio”, concebido como construcción que trasciende la idea de simple terreno, escenario de procesos sociales. Entiende que la forma física de bota que tiene hoy nuestra provincia no siempre fue así sino que expresa el encadenamiento de muchas acciones humanas que contribuyeron, a lo largo de varios siglos, a delinear sus actuales contornos.
El segundo eje, “Frontera” apunta al abordaje de la diversidad cultural provincial. Recupera las relaciones entre cronistas, gobernantes, colonos, militares, misioneros, empresarios, con poblaciones indígenas. Asimismo se considera otra formulación del término frontera que analiza las relaciones entre humanos y animales, a través de una matriz ambiental de lo social.
El tercer eje “Agentes” adopta un registro “al ras del suelo” que permite analizar los procesos sociales a partir de las prácticas concretas de sus protagonistas. No tiene en cuenta sólo a la elite sino a otras capas sociales que con sus prácticas intervinieron en la construcción de la historia de Santa Fe.
En cada capítulo se muestra “la cocina” de la investigación, cómo hicieron las historiadoras para reconstruir los procesos a partir de diversas fuentes documentales como material de agentes judiciales, de gobierno y militares, registros de cronistas, prensa, cartografía histórica, imágenes y entrevistas.
Lejos de dictar una receta efectiva para investigar historia, las autoras dan cuenta que los caminos no son unilineales, sino sinuosos y, a veces, azarosos. Además, invitan a reflexionar sobre los cambios y continuidades en diferentes situaciones, acercando el pasado y también el presente a los estudiantes a través de la ciencia histórica.
Como anexo final el libro presenta una sección especial titulada “Bitácora de recursos”. Como su nombre lo indica, ofrece un listado con una gran variedad de recursos didácticos que resultan insumos esenciales para la planificación de la tarea docente e incluso facilitan su búsqueda. Los materiales se encuentran disponibles en diferentes formatos, lo que favorece su utilización en el aula, teniendo en cuenta las diversas realidades en materia de infraestructura de las escuelas santafesinas. Textos de divulgación, mapas, imágenes, producciones audiovisuales y documentos históricos, entre otros, conforman un corpus amplio para alentar la creatividad de la docencia santafesina a la hora de acercar contenidos de ciencias sociales a sus estudiantes.
Las investigadoras comparten su trabajo de observación de la historia santafesina y una preocupación porque la producción científica no tiene una divulgación en los niveles educativos y espacios culturales. Por eso el objetivo del libro fue construir un puente entre la investigación y el trabajo en el aula. En este sentido el libro fue sometido a la crítica de docentes y agentes culturales que fue tenida en cuenta antes de publicarse. “Desde el ámbito científico es un compromiso acercarnos más a la sociedad, difundir lo que hacemos y mostrar que tiene una utilidad”, expresó Forconi.
Con esta obra proponen llevar las innovaciones científicas al aula: nuevos temas y enfoques para complejizar la historia política, social, ambiental del territorio santafesino. Discutir el relato lineal y teleológico, incorporar los avances y retrocesos, procesos fallidos, incertidumbres, miedos, conflictos. Es decir, buscan humanizar la enseñanza de la historia reivindicando la acción humana por sobre el simple dato de una fecha y un lugar determinado.
Este trabajo promueve una mirada antropológica para abordar la otredad en el tiempo y en un espacio que es cercano pero que a su vez se vuelve ajeno debido precisamente a esa distancia temporal. La idea es recuperar las transformaciones históricas como producto de las decisiones humanas en distintas circunstancias para motivar análisis y debates que conecten el pasado con el presente de Santa Fe.
Para ello recuperan el paradigma del historiador italiano Carlo Ginzburg, que piensa la construcción del conocimiento a partir de huellas del pasado que se encuentran en las fuentes disponibles, como detectives siguiendo pistas, indicios. “El trabajo en el aula podría ser como el de un detective de ir buscando las pistas que van dejando los agentes de la historia y que nos permiten reconstruir los procesos”, explican.
Publicado hace dos años en papel y recientemente como E-Book por Prohistoria Ediciones, este libro resulta de la concreción de un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva de Santa Fe que llevó por título “Santa Fe investigada/Santa Fe enseñada. Propuestas innovadoras para el abordaje de su historia desde la colonia a principios del siglo XX”, radicado en el Instituto de Investigaciones Socio Históricas Regionales (Conicet-UNR). Las autoras son historiadoras formadas en la Facultad de Humanidades y Artes de la UNR e integrantes del laboratorio CEHISO del ISHIR.