El actor Germán Palacios habló este jueves en la 750 sobre El Hombre Inesperado, obra que dirige y protagoniza junto a Inés Estévez en el Teatro Maipo los viernes a las 20:30 y los sábados a las 21 horas.
La obra se centra en una cabina de tren que va de París a Frankfurt, donde dos desconocidos viajan enfrentados. Uno es un escritor consagrado, atravesado por una crisis: el paso del tiempo, la soledad, la muerte y el amor le hacen cuestionar hasta su capacidad para escribir. Frente a él viaja Marta, una mujer conmovida por su obra, que lleva en su cartera la última novela que él escribió. No puede creer que el azar la haya ubicado justo frente a ese hombre al que tanto admira. Su ansiedad la descoloca a tal punto de decidir entre quedarse o bajarse del tren. Mientras el escritor se refugia en su mundo interior, Marta ensaya mil formas de entablar una conversación. Pero a ella nada le parece suficiente, todo le resulta banal.
La autora de la obra es Yasmina Reza. Según contó Palacios, la dramaturga francesa estuvo al tanto de esta versión desde un primer momento: “Le interesa mucho saber qué es lo que uno va a hacer con el material que ella escribió y sobre todo le presta atención a la transcripciones y adaptaciones”, reveló.
El camino hacia este proyecto fue significativo a nivel personal para Palacios. “Cuando leí la obra me enamoré. Tuve un tiempo libre y comencé a estudiarla como actor”, relató. Además, el actor no encontraba con quién compartir escenario, hasta que decidió llamar a Inés Estévez. “Yo les dije que la quería a ella. La llamé por teléfono, ella venía manejando por la Panamericana y me dijo que sí al instante. Hace 20 años que no la veía, se puso a trabajar conmigo y nos reunimos una vez por semana para trabajar con la adaptación”, sostuvo.
Palacios recordó además su proceso de adaptación viviendo en España, a donde fue por trabajo. “Intentamos evitar que se nos pegaran los modismos españoles. Era un poco triste ver cómo muchos argentinos que llevaban apenas quince días allá ya hablaban como locales. Nos resultaba patético, en cierto punto, porque era gente que había salido del país en plena crisis post 2001 y parecía que renegaba de su procedencia”, comentó.
Más allá de vivir en España, lo que el actor más extrañaba era la esencia del ser argentino: “Extrañaba el eco, el fenómeno humano, la afinidad, la calidez, el humor. La velocidad de la comunicación, eso de que somos puro vértigo. Hay algo intransferible en lo argentino que no se repite en ningún otro lugar”, sostuvo.
Por último, consultado por cómo enfrenta el pánico escénico, Palacios reconoce su experiencia como actor veterano: “Ya pasé por esas situaciones. Yo creo que para ser actor hay que ser muy valiente, siempre lo repito. Nos preguntamos a veces ¿por qué me dediqué a esto? Después se supera, y es linda la sensación de sentir que lo pudiste controlar, que no tuviste un ataque de pánico y que saliste a hacer la tarea que tenías que hacer. Lo que pasa es que el teatro es tan mágico, es tan de cada día, es algo vivo. Cada día uno es distinto, el público es distinto, es distinto lo que sucede y eso es maravilloso”, afirmó.