El pasado 3 de junio, Dillom volvió a patear el tablero al anunciar su primer recital en un estadio de fútbol, dejando en evidencia el sorprendente estirón artístico que pegó en los últimos tiempos, así como el crecimiento de su masividad. La despedida de la gira de su segundo álbum, el celebrado Por cesárea, sucederá el 11 de septiembre en cancha de Vélez. En el mediodía del viernes 13, el músico respondió a las preguntas de los medios de comunicación acerca de este hito no sólo en su carrera, sino también para una generación de artistas argentinos. Aunque no dio detalles sobre si reincidirá en la puesta en escena conceptual que manejó en las actuaciones de su más reciente disco. Tampoco se supo si habrá invitados. Sólo se conoció que aún están preparando la performance.
De todas formas, no será la primera vez que Dylan León Masa (tal es su verdadero nomre) se pare encima de un tablado en el predio de Liniers. Y es que fue uno de los comensales de Lali en los recitales que la cantante brindó el 24 y 25 de mayo en ese mismo lugar, donde interpretaron el tema “33”. Durante el mano a mano con la prensa, realizado en una antigua factoría del barrio de Nueva Pompeya, devenida hoy en espacio multiusos, el cantante y compositor, sentado en un sillón ubicado sobre un pequeño escenario que recreaba la estética de Por cesárea, revisitó el camino que lo llevó hasta este nuevo punto de inflexión. Como, por ejemplo, los dos Luna Park con los que presentó oficialmente al sucesor de Post mortem (2021), en junio de 2024, lo que se tradujo meses más tarde, en agosto de ese año, en cuatro Movistar Arena.
“Todo tiene su parte buena y su parte mala”, soltó este híbrido entre rapero y rockero ante la consulta de lo que desencadenó, musicalmente y extramusicalmente, este sueño hecho realidad, sobre todo a partir de la salida de su segundo disco. “Es cierto que un sueño convertido en realidad tiene sus riesgos. Hubo un crecimiento enorme en los últimos tiempos, muy exponencial. Sin embargo, la verdad es que lo estoy disfrutando un montón. A nivel general, la felicidad es absoluta. Aunque esto también es una consecuencia del equipo que me rodea, quienes me hacen sentir muy contenido, lo que permite que todo sea más entretenido. Ellos hacen que todas estas cosas, estas polémicas y esta exposición, no tengan tanta importancia. Le restan al ruido que hay alrededor”.
Al respecto, Página/12 le preguntó al artista de 24 años, candidato a ganar el Gardel de Oro el venidero 18 de junio, cómo lidia con el vértigo que generó el fenómeno que construyó. Pese a que ya venía haciendo música previo a la pandemia, su colaboración con el grupo ruso Pussy Riot en el tema “1312”, en 2020, lo puso en el mapa musical a nivel global. “Hice las paces con eso. Tiene sus días buenos y sus días malos. Pero, en comparación con algunos colegas, yo lo llevo muy bien”, enfatizó. “Por suerte, pude entender y ver de primera mano el amor y el cariño que me tiene la gente. Me siento una persona muy querida, más que nada en mi país, por más que también fui puteado. De hecho, antes salía a la calle con máscara o gorra, y ahora, que soy el doble o triple de conocido de lo que era en aquel momento, pude amigarme con eso”.
En cuanto a la decisión de hacer un estadio, Dillom reconoció que es todo un desafío. Y es que se trata de una producción netamente autogestionada. “La independencia le da una épica y una doble alegría para todos nosotros”, manifestó. “No sé si soy el primero en hacer el estadio Vélez de forma independiente. Llegamos a un estadio de fútbol, que es algo impensado. Eso sólo lo hace gente que ocupa un lugar en el mainstream, que tienen grandes maquinarias de la industria atrás. Ver cómo llegamos nosotros a pulmón y con todo este equipo de gente, que le da un amor enorme, es un condimento especial”. Al momento de revelar cómo se prepara para este Vélez, adelantó: “Estoy escabiando menos, tratando de hacer dieta y comiendo más sano. Quiero estar bien físicamente para dar el cien por cien”.
Si bien no se refirió a la confirmación de la condena a Cristina Kirchner, sí dio su punto de vista sobre la fama contestataria y crítica al actual gobierno nacional que se ganó en estos dos últimos años. “Puede que sea un poco síntoma del tiempo que estamos viviendo, con el que muchas veces entré en conflicto y mostré mi desacuerdo”, reflexionó. “Siempre trato de abordarlo desde el humor, pero los políticos no le restan importancia a lo que digo. Me siento seguro cada vez que lo hago, y forma parte de mi persona y de mi personaje arriba del escenario. Aunque la verdad es que estaría bueno cerrar el orto en algún momento”. Antes de despedirse, el músico sorprendió al compartir uno de los sueños que tiene por cumplir: “Tengo ganas de hacer una película de terror. Me encantaría”.