La Corte Suprema dejó firme el último martes la condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos para la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El hecho es de extrema gravedad institucional y afecta a la totalidad del sistema democrático. La decisión fue tomada por una Corte reducida a tres miembros y que no tuvo en cuenta numerosos reparos planteados por la Defensa, entre otros, los vicios de procedimiento, la parcialidad y falta de independencia de los jueces, los vínculos de éstos con el macrismo y su obscena aparición en determinados eventos.

El fallo es arbitrario, además de ser pésimo jurídicamente, y pone en duda la legitimidad de ese Poder Judicial. Pero, desde el punto de vista de quienes buscan impedir o retrasar la articulación de un nuevo frente político amplio y diverso en la Argentina, la condena está produciendo un fenómeno inverso al que persiguen: un fortalecimiento de la unidad del espacio nacional, popular y democrático. También se observa una espontánea y masiva movilización en distintos lugares del país que, todo indica, alcanzaría su punto más alto el próximo miércoles.

En la otra vereda, un sector de la Argentina, minoritario pero poderoso, insiste en construir un país sin el protagonismo político y social de los sectores populares, entre ellos las clases medias y, por lo tanto, abandonado en las manos exclusivas del poder económico y mediático concentrado.

A través de un comunicado, desde el Partido Solidario afirmamos que “para lograr ese objetivo, la casta que denuncia a la «casta», se propone eliminar una serie de obstáculos: el Congreso y sus espacios de debate, los intelectuales y los artistas críticos, los sindicalistas que defienden a los trabajadores y trabajadoras, los movimientos sociales que cuestionan el orden injusto, los periodistas que honran su profesión, los dirigentes políticos que se mantienen fieles a la representación de sus bases. Y, junto a todo ello, el mayor obstáculo que buscan suprimir: un liderazgo que sintetiza y le da una dirección común a ese conjunto amplio y diverso de actores movilizados. No quieren que haya una alternativa. De allí el intento de proscripción de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El modelo que defienden es inviable. La solución que pretenden es que no haya otro modelo”.

Mientras, los dos fiscales de la “Causa Vialidad”, Diego Luciani y Sergio Mola, firmaron el mismo martes un pedido de detención inmediata de Cristina Fernández de Kirchner. De este modo, objetaron el plazo de cinco días hábiles concedidos por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2 (TOF 2) para que la expresidenta se presente en Comodoro Py. A algunos sectores no les alcanza con la condena a la ex jefa de Estado. Lo que buscan, además, es agraviarla y humillarla.

La decisión del juez Jorge Gorini, titular del TOF 2, de establecer el término de cinco días para que se presente, es lógica: se trata de alguien que no tiene ninguna predisposición a fugarse y que siempre se ha sometido a las decisiones judiciales. Es la contracara de Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, el operador judicial del macrismo que se fugó a Uruguay. El planteo de los fiscales sólo puede entenderse a partir de la saña con la que tratan a la expresidenta.

En ese escenario, es admirable el temple de Cristina: continúa hablándole a la multitud como una estadista, reuniéndose con dirigentes, estableciendo agendas y dando sugerencias sobre el camino a seguir.

Los representantes de la economía concentrada junto a sectores de la justicia, los medios y la política vienen por todo. Es decir: no sólo por Cristina, además vienen por los derechos de la ciudadanía. En ese marco, la confrontación de modelos se agudiza. Milei no disimula: es muy nítido en lo que se propone hacer. Dice: soy anarcocapitalista, quiero que el Estado desaparezca y que su lugar lo ocupe integralmente el mercado. Quieren la mayor apropiación de riqueza posible.

En rigor, a Cristina no la están condenando por la “Causa Vialidad”, sino por lo que se hizo durante 12 años de gobierno, cuando se modificó ―en la medida de lo permitido por la correlación de fuerzas― la estructura productiva y distributiva, entre muchas otras decisiones que beneficiaron a amplios sectores de la sociedad.

Cuando la ciudadanía entienda que los problemas de los trabajadores del Hospital Garrahan, de los científicos del Conicet, de los yerbateros de Misiones, de las PyMEs que cierran, de las empresas que sufren el ingreso de productos del exterior, entre muchos otros sectores afectados, son todos consecuencia del modelo que se intenta imponer, probablemente estaremos encontrando el camino para ponerle un freno a los planes gubernamentales.

Nosotros no somos electoralistas: no todo se define con el voto. Pero las elecciones son inminentes. El oficialismo tiene preparado un paquete de proyectos de ley para modificar lo que cree que es un obstáculo para seguir avanzando en su proyecto: reformas laborales, impositivas y previsionales, entre otras. Para ello, busca acumular en octubre la mayor cantidad posible de diputados/as y senadores/as. Hasta la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham) ha planteado la necesidad de que las reformas se produzcan en un marco de calidad institucional. De allí que el gobierno necesite leyes porque a “los inversores” no les alcanza con los decretos.

Por la misma razón, nosotros deberíamos conseguir más diputados/as y senadores/as: para impedir esas reformas regresivas del gobierno, e impulsar otras que estén en sintonía con los intereses de los sectores populares, incluidos los sectores medios.

Se han producido en los últimos días avances muy importantes en la búsqueda de construir un espacio de unidad amplio y diverso. La sociedad se sigue movilizando, organizando, librando la batalla cultural. En la unión del pueblo con sus liderazgos está la clave de una Argentina que siempre se rebela encontrando otros caminos. Seguiremos poniendo nuestras mayores y mejores energías junto al resto de los espacios políticos, sociales y sindicales que buscan construir una alternativa a este modelo de ajuste y de exclusión. El miércoles será un día clave: la ciudadanía se volcará a las calles defendiendo a Cristina y cuestionando la legitimidad del fallo.

En el peor de los momentos se comienza a construir el mejor de los momentos. Cuando todo parece caer se multiplican las señales de reconstrucción. “Cuando la noche es más oscura, se viene el día en tu corazón”, canta el Indio Solari.

* Diputado nacional Unión por la Patria y presidente del Partido Solidario.