Albana Fuentes está viviendo un sueño. La actriz y cantante es la protagonista del suceso teatral del año: La Sirenita, y su talentosa performance es reconocida en la calle y en las redes. El espectáculo que se estrenó en el Teatro Gran Rex (Corrientes 857) el pasado 5 de junio ya cosecha más de 62 mil entradas vendidas, y la producción acaba de confirmar tres funciones diarias para los sábados. “Estoy muy agradecida”, comenta sobre su presente la joven intérprete.
El elenco es numeroso. Junto a Albana, que compone a la entrañable e icónica Ariel, se destacan en los roles principales Evelyn Botto, como la villana Úrsula; Osvaldo Laport en el papel de Tritón, el rey del mar y padre de Ariel; José María Listorti, quien encarna al divertido cangrejo Sebastián; Pablo Turturiello en el papel del príncipe Eric; y Valentín Zaninelli como Flounder, el colorido pez que acompaña a la sirenita en todas sus aventuras. Con la dirección general de Ariel Del Mastro, el equipo creativo cuenta tambien con la codirección y puesta en escena de Marcelo Caballero, las coreografías de Analía González y la escenografía de Jorge Ferrari.
“Este es el sueño máximo de mi vida. Es una locura absoluta”, asegura Fuentes, quien fue seleccionada entre poco más de 1.700 aspirantes, en un proceso que comenzó en octubre de 2024, para interpretar a Ariel, la princesa de Disney de cabello rojizo que vive debajo del mar pero que anhela ser parte del mundo de los humanos. En su camarín, y en diálogo con Página/12, la actriz repasa el camino que transitó para conseguir el rol protagónico. “Se había creado una cuenta de Instagram: La Sirenita el show, y un reel decía: `Buscamos a Ariel´. Y fue muy sorpresivo para todo el mundo. Porque cuando estudiás comedia musical, te vas enterando de los rumores de los próximos musicales que vienen, pero de este espectáculo nadie tenía idea. Y me dije: `Me anoto y pruebo´. Yo siempre me anoto a todos los castings que aparecen. Pero había algo de este en particular que me convocaba mucho, porque soy muy fanática de Disney. Y además, de las princesas, Ariel siempre fue mi favorita”.
Por primera vez, Disney autorizó a que el musical original de La Sirenita se hiciera en la Argentina, con una imponente puesta en escena producida por Ozono, MP y Los Rottemberg, el mismo equipo responsable de éxitos anteriores como Matilda y School of Rock. Pero la historia de la sirena fascinada con la vida humana nació mucho tiempo antes, creada por el escritor y poeta danés Hans Christian Andersen. El cuento fue publicado en 1837, y más de un siglo después Disney realizó su propia adaptación animada para la pantalla grande en 1989. Broadway no se quedó atrás y recogió el guante de aquel éxito con una versión musical que estrenó en 2008 en el Lunt-Fontanne Theatre, con libreto de Doug Wright, música de Alan Menken, letras de Howard Ashman y Glenn Slater, y la dirección Francesca Zambello y el protagónico de Sierra Boggess. Posteriormente, el espectáculo se montó también en los Países Bajos, Rusia y Japón. Finalmente, en 2023, y siguiendo la tendencia de Disney de reversionar sus clásicos con la técnica de live-action, se estrenó una nueva película protagonizada por Halle Bailey.
Todo parece indicar que Albana nació para componer a Ariel. Su capacidad de disfrute sobre el escenario y su formación previa lo confirman. Con 25 años, se preparó durante mucho tiempo para esta experiencia. Comenzó sus estudios de comedia musical hace diez años, según revela, y sus primeros pasos sobre tablas los dio como figurante en producciones del Teatro Colón como El Cascanueces y La flauta mágica. En 2024, participó de un workshop de entrenamiento del musical Casi normales, y gracias a eso tuvo su debut actoral con un rol central interpretando a Natalie, la hija de la protagonista. “Tenía muchas ganas de trabajar en La Sirenita. Vengo formándome hace muchos años, y quería empezar a trabajar profesionalmente. Pero sabía que no había una sola chance de que quedara elegida (risas)”.
- ¿Cómo fue la primera audición?
- Primero mandé un video a través de un formulario que estaba en Instagram. Después nos citaron en el teatro el 28 de octubre. Éramos 600 chicas. Y cantamos un pedacito de una canción, y nos marcaron una coreografía para hacer. Después, pusieron música y tuvimos que hacer unos ejercicios actorales de improvisación. Al día siguiente, empezaron a llegar los mails por sí o por no. La gente que conocía me iba contando que no había quedado, y a mí no me llegaba ninguna respuesta. Pensé: “¡Se perdió mi mail!” (risas), pero finalmente me escribieron: “Queremos seguir viéndote”.
Siguieron otras instancias de pruebas y ensayos. “Avanzaban los días y éramos cada vez menos chicas. Y de repente, éramos tres. Y nosotros nos mirábamos como diciendo: `¿Qué hacemos acá?´”. Albana cuenta el proceso con minucioso detalle. Y se sonríe, lagrimea, y vuelve a sonreír recordando el momento en el que supo que era la elegida. Fue en la última convocatoria, interpretando una escena, que leyó en el libreto: “Bienvenida, Albana. Sos Ariel”.
- ¿Y qué sentiste en ese momento?
- Todo. Temblé. Me subieron los calores. Todo (risas). Igual, por suerte, después tuve tiempo de ir procesando las cosas. Tuve todo el verano para hacerme la idea de que por fin había quedado en una audición, algo que nunca me había pasado. Y encima como protagonista en una obra tan increíble como esta, porque hay un nivel de tecnología, de maquinaria y de producción muy grandes.
- Comentaste que Ariel es tu princesa favorita de Disney. ¿Qué te gusta de ella?
- En primer lugar, siento que es la princesa más extraña, porque es una sirena. Y eso, ya en sí mismo, llama la atención de una niña. Pero, sobre todo, lo que me gusta mucho es su tenacidad y que todo el tiempo cuestiona todo y siente curiosidad por saber. Quiere algo, va y lo consigue, sin medir riesgos ni consecuencias.
- No se conforma con lo conocido, sino que quiere conocer otras realidades...
- Totalmente. Y creo que eso tiene mucho que ver conmigo, porque soy muy curiosa y me encanta saber todo. Si me propongo algo, voy y lo hago, aunque no me vaya bien. Siento que coincidimos mucho en ese camino de ver la vida.
- Precisamente, una de las cosas que se cuestiona hoy del rol de las princesas de Disney, sobre todo de las primeras, es que eran dependientes de la figura del príncipe. Pero en este caso, Ariel siente el deseo de conocer el mundo de los humanos desde antes de enamorarse de Eric.
- Claro. Ella se encuentra primero con el mundo de los humanos y ahí conoce a Eric. En él refleja todo ese deseo que ella ya venía manifestando. O sea, no dice: “Dejo mi casa porque me gustó un chico de la superficie”. Ella ya quería dejar el mar, y cuando lo vio entendió que él representaba todo lo que ella quería. Y a Eric le pasa lo mismo. Porque a él le gusta el mar, y ve en ella cosas que le llaman la atención. En el musical eso se ve muy reflejado. Creo que fue a partir de Ariel que las princesas empezaron a cuestionarse un montón de cosas. Con esa película, hubo un quiebre que nos marcó a todos.
- ¿Cómo fue el trabajo de composición del personaje?
- Muy difícil. Empezamos en el verano con clases de baile de un estilo más contemporáneo y urbano, porque yo venía del jazz y del teatro musical y acá necesitaba otro lenguaje. Y después, cuando arrancaron los ensayos, empezamos a construir el personaje, aunque ya lo venía estudiando desde que quedé seleccionada.
- ¿En qué consistió esa investigación? ¿Volviste a mirar las películas?
- Sí, un millón de veces. Las vi todo el verano. Y hasta vi La Sirenita 2 y La Sirenita 3, que es una precuela. No quería copiar una estructura ya hecha. O sea, no quería imitar al dibujito ni tampoco la actuación de Halle Bailey. Además, leí el cuento original de Andersen para saber de dónde venía la historia. Y sumado a ese trabajo de investigación, hicimos clases de teatro con el director, y también tuve muchas charlas con él para identificar el arco narrativo del personaje. Porque le pasa de todo. Ella no es humana, entonces teníamos que ensayar los movimientos para que se entendiera cuándo estamos abajo del agua y cuándo no. Fue un trabajo físico muy intenso. En la obra, tenemos muchos vuelos que simulan los nados, y eso también requiere un entrenamiento. Me encontré con algo que era más difícil de lo que pensaba. Es un trabajo muy exhaustivo pero hermoso y muy satisfactorio. Yo le tengo pánico a las alturas, y me siento orgullosa de estar haciendo cosas que nunca pensé que iba a poder hacer, como estar colgada cincuenta metros por encima del piso y cantando.
- La Sirenita es, sin duda, una apuesta importante. ¿Qué expectativas tenés con este éxito?
- Yo disfruto de cada función. Es un sueño lo que estoy viviendo, y nunca pierdo el foco de que estoy en una posición muy privilegiada porque estuve en el momento y el lugar indicados. Y deseo que la gente que venga a vernos también disfrute con nosotros de este musical porque es una historia mágica.
*La Sirenita se presenta de miércoles a domingos. El jueves 3 de julio a las 20 horas, se realizará una función distendida, con accesibilidad para personas neurodivergentes y con discapacidad visual y/o auditiva. Las entradas se adquieren en tuentrada.com.