6 – ELIO
(Estados Unidos/2025)
Dirección: Madeline Sharafian, Domee Shi y Adrian Molina
Guion: Julia Cho, Mark Hammer y Mike Jones
Duración: 98 minutos
Con las voces originales de Yonas Kibreab, Zoe Saldaña, Remy Edgerly, Brad Garrett, Jameela Jamil y Shirley Henderson
Estreno en salas
La postergación de la fecha de estreno de una película de un estudio importante siempre enciende la mecha de los rumores. En el caso de Elio, la flamante producción de Pixar, su llegada a las carteleras de todo el mundo había sido anunciada para el 1º de marzo de 2024 y con dirección a cargo de Adrián Molina, quien ya había ocupado una de las dos sillas plegables en Coco. En octubre de 2023, sin embargo, llegó la noticia de que se retrasaría hasta junio de 2025 y que Madeline Sharafian y Domee Shi se sumaban al plantel de directores debido a que Molina participaría en un nuevo proyecto. Si bien la razón oficial fue la huelga simultánea del sindicato de actores y de guionistas que paralizó la industria audiovisual de Estados Unidos durante varios meses de 2023, diversos medios especializados deslizaron la posibilidad de que el motivo de la demora tuviera que ver con varios problemas en el proceso de producción. Viendo el resultado final, es probable que los rumores hayan sido ciertos.
Sean cuales sean los porqués del retraso, lo cierto es que la nueva incursión del estudio del velador saltarín en la ciencia ficción luego de Wall-E (2008) y Lightyear (2022) luce tironeado hacia varios lados, como si le costara definir si quiere ser una fábula espacial o un relato de crecimiento, una historia acerca de identidad y del deseo o una simple aventura más grande que la vida misma. Lo que no quiere decir que sea mala: incluso una película menor de Pixar, con sus excesos discursivos y la ausencia de inspiración, es mejor que buena parte de los estrenos animados. ¿Qué queda de la buena época de la casa del vaquero Woody y la desmemoriada Dory? Básicamente, algunas buenas secuencias (la secuencia de montaje inicial recuerda a la de Up, una aventura de altura) y una mínima capacidad para conseguir ser emotiva sin recurrir a (todos) los lugares más comunes del mainstream más adocenado.
El protagonista se llama Elio Solís, tiene 11 años y ha perdido hace poco a sus padres. A su cargo queda su tía Olga, una militar que trabaja en el programa espacial del gobierno y cuyo sueño de ser astronauta debe dormir el sueño de los justos debido a la responsabilidad que implica cuidar al sobrino. Un sobrino que, sin embargo, heredó de su tía la pasión, aunque en sentido inverso: si ella aspiraba a viajar al espacio, Elio está desesperado por ser abducido por extraterrestres y vivir en otro planeta. Horas y horas dedica a esperar que vengan por él, mientras intenta comunicarse con ellos. No hubiera venido mal un poco más de sustrato para que ese sueño echara raíces más fuertes a la columna vertebral del relato, porque así como está presentado suena más a capricho infantil que a un deseo genuino fruto del desasosiego del duelo.
Lo cierto es que, contra todo pronóstico, termina siendo abducido por una suerte de Congreso, llamado Comuniverso, en el confluye lo mejor de lo mejor de la galaxia. Allí hay criaturas de todo tipo inspiradas en lo que parece ser el mundo marino. Ver si no esa suerte de medusa con poderes telepáticos o el aspecto de foca del malvado Lord Grigon (Brad Garrett), quien busca desesperadamente ser aceptado en la elite de la Vía Láctea. Si no lo hacen, advierte, destrozará todo a su paso. ¿Quién es elegido para negociar? Elio, claro, al que confunden con el líder de la Tierra. Enredo va, enredo viene, el chico termina entablando una amistad con Gordon, el hijo de Grigon, que también tiene una serie de problemas que resolverá con el visitante durante un relato que bebe del espíritu de Star Wars y de Encuentros cercanos del tercer tipo, aunque tiene el piloto automático clavado.