La Corte Suprema de Estados Unidos respaldó este miércoles una ley estatal que prohíbe el acceso de menores a tratamientos de transición de género, un tema que genera polémica en el país. La mitad del territorio del país, 25 estados sobre un total de 50, gobernados por republicanos, ha promulgado leyes que restringen la atención médica para los jóvenes transgénero.
Por seis votos contra tres, el máximo tribunal votó a favor de avalar la ley de Tennessee que prohíbe los tratamientos hormonales, los bloqueadores de la pubertad y la cirugía de transición de género para menores de 18 años.
"El papel de la Corte no es 'juzgar la sabiduría, la equidad o la lógica' (de la ley) sino solo asegurar que la ley no viole las garantías de protección igualitaria", escribió el presidente de la Corte, John Roberts. "No lo hace" porque los temas relacionadas con la política "se dejan, por tanto, de manera apropiada, en manos del pueblo, sus representantes elegidos y el proceso democrático", añadió.
"Tennessee concluyó que existe un debate en curso entre los expertos médicos sobre los riesgos y beneficios asociados con la administración de bloqueadores de la pubertad y hormonas para tratar la disforia de género, el trastorno de identidad de género y la incongruencia de género. La prohibición de la SB1 sobre dichos tratamientos responde directamente a esa incertidumbre", justificó Roberts.
Por su parte, los tres jueces que votaron en contra. Los liberales, Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson, afirmaron que la ley de Tennessee es inconstitucional y pone en riesgo a los jóvenes.
Sotomayor, quien escribió el voto disidente y también lo leyó desde el estrado para enfatizar su fuerte desacuerdo, dijo que el fallo "de hecho crea discriminación médica basada en el sexo" y que en su fallo "la Corte abandona a los niños transgénero y sus familias a caprichos políticos".
(El Tribunal) autoriza, sin pensarlo dos veces, causar daños incalculables a los niños transgénero y a los padres y familias que los aman", agregó Sotomayor.
La Corte Suprema escuchó los alegatos en diciembre. El Departamento de Justicia del entonces presidente, el demócrata Joe Biden, se unió a los opositores a la ley de Tennessee, con el argumento de que viola la cláusula de igualdad de la Constitución por negar a las personas transgénero el acceso a tratamientos médicos que se conceden a otros.
Su sucesor, el republicano Donald Trump, firmó un decreto que restringe los procedimientos de transición de género para menores.
Aunque no existe una ley a nivel nacional en Estados Unidos contra los tratamientos médicos de género para jóvenes transgénero, la orden de Trump puso fin a cualquier respaldo federal para dichos procedimientos.
"Proteger a los menores"
Durante los argumentos orales en diciembre, el fiscal general de Tennessee, Matthew Rice, dijo al tribunal que la ley se aprobó para "proteger a los menores de intervenciones médicas arriesgadas y no probadas" con "consecuencias a menudo irreversibles y que alteran la vida".
Todo comenzó cuando tres adolescentes transgénero de Tennessee, sus padres y una médica que proporciona medicamentos de transición y dirige tratamientos hormonales para adolescentes argumentaron que la prohibición de su estado violaba una garantía constitucional estadounidense de igualdad de protección ante la ley al discriminar sobre la base del sexo. El caso, conocido como Estados Unidos conta Skrmetti, fue la primera vez que el tribunal abordó la atención médica de las personas transgénero.
Chase Strangio, un abogado de la poderosa Unión Americana de Libertades Civiles, que representó a los tres adolescentes transgénero, sus padres y la ginecóloga de Memphis, contraatacó diciendo que la ley de Tennessee ha "eliminado el único tratamiento que alivió años de sufrimiento" para los demandantes.
"Lo que han hecho es imponer una prohibición torpe, anulando el juicio muy cuidadoso de los padres que aman y cuidan a sus hijos y de los médicos que han recomendado el tratamiento", dijo Strangio, el primer abogado abiertamente transgénero en argumentar ante el máximo tribunal.
En su discurso de investidura, Trump sostuvo que su gobierno solo reconocería dos géneros, masculino y femenino, y firmó una orden ejecutiva el 28 de enero que restringe los procedimientos de transición de género para menores.
"A lo largo del país, los profesionales médicos mutilan y esterilizan a un número creciente de niños", se lee en el decreto. "Esta peligrosa tendencia será una mancha en la historia de nuestra Nación, y debe terminar", añade.
Los bloqueadores de la pubertad se han utilizado en adolescentes que contemplan la transición de género para retrasar la aparición de cambios físicos no deseados. Sus defensores sostienen que el proceso puede salvar la vida de los niños que luchan con la disforia de género.