El sector yerbatero atraviesa una crisis inédita. Así lo aseguró por la 750 María Soledad Fracalossi, directora del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), quien, en una metáfora temática, aseguró que la producción yerbatera está “fría”. A lo que se puede agregar, más amarga que nunca.

Desde la desregulación impulsada por el gobierno de Javier Milei, los productores denuncian una caída constante de la actividad y una pérdida de rentabilidad que impacta tanto en la economía regional como en las condiciones laborales.

Fracalossi afirmó que el valor que se paga por la hoja verde cosechada “está muy por debajo de los valores de costo”. Explicó que esto complica a los productores y a la mano de obra, a la que consideró “el principal eslabón que hoy sustenta la producción”.

“Es un momento muy difícil para la actividad. Se sigue importando yerba y desde el decreto de desregulación que nos quitó varias atribuciones venimos en franca caída”, advirtió sobre el decreto 70/2023 y la política impulsada por Federico Sturzenegger.

En este contexto, Fracalossi apuntó contra los sectores concentrados: “Desde nuestro punto de vista, los industriales nunca pierden. Es un mercado de compra bastante atomizado, son pocas y grandes empresas que demandan la materia prima. Muchas veces hay algún acuerdo entre ellas en detrimento del productor”.

Aunque reconoció que la yerba suele ser una actividad cíclica, aseguró que “hoy las condiciones generales son diferentes” y se vive una situación inédita. Señaló que la competencia entre marcas hace que el valor de salida del molino baje, y concluyó: “Eso trae consecuencias en el eslabón más débil, que es el productor”.