Christian Gálvez es uno de los bajistas más interesantes de la escena del jazz global. Chileno clase 1977, en su extensa trayectoria tocó y grabó con músicos de la talla de Ron Carter, John Patitucci, Billy Cobham, Frank Gambale e Ivan Lins, entre otros, además de impulsar sus propios proyectos y poner a punto una técnica particular que amplía las posibilidades de su bajo eléctrico de seis cuerdas. El viernes 20, en Dolce Natale (Canning, Ezeiza) Gálvez dará inicio a una serie de actuaciones en Buenos Aires, que lo tendrá tocando en trío junto a Quintino Cinalli en batería y Flavio Romero en contrabajo, para presentar el disco The art of Chord Melody. El domingo 22, el trío ofrecerá una función a las 19.30 en Thelonious (Nicaragua 5549) y el viernes 27 en el Club Social de Cañada de Gómez, en Santa Fe. Antes, el sábado 26 a las 12 Gálvez dictará una masterclass sobre iniciación al Chord Melody en Espacio Cultural OM, en Caseros.

“Me une a Christian una larga amistad, que viene del período que viví en Chile. Por entonces hicimos infinidad de grabaciones y conciertos juntos. Este año, por ejemplo, salió el disco de Zudaka Jazz Corp, un proyecto que tiene como invitados a dos leyendas como son Jeff Berlin y Billy Cobham”, comenta Cinalli en charla con Página/12. “En Argentina conservo cariños y amistades de muchos años”, interviene Gálvez y menciona una larga lista de músicos que comienza con Cinalli y se prolonga en Luis Salinas –de quien será invitado los sábados 21 y 28 en el Tasso– y otros nombres importantes de una escena jazzística que frecuenta desde 2000 y no duda en definir como “muy creativa y con una audiencia exigente”.

“Pasan cosas muy similares en el jazz de Chile y Argentina”, continua Gálvez. “Compartimos el amor por el folklore y eso enriquece nuestro lenguaje. Al mismo tiempo, interpretamos desde nuestros lugares el jazz contemporáneo y desde acá, en el cono sur, logramos devolver al resto del mundo un jazz reciclado, que resulta interesante para muchos en distintas partes del mundo, donde nos escuchan con atención y aprenden nuestros ritmos y frases del folklore para renovar su propio jazz”, agrega el bajista, que en estos días en Argentina grabará un disco con el trío junto a Litto Nebbia. "Será un disco muy particular, que se editará en Chile", anticipa Cinalli.

Batería, contrabajo y bajo de seis cuerdas. Una formación distinta, que en la dinámica de tres solistas experimentados asume una dimensión particular. "Con cualquier tipo de formación, el trío es un espacio íntimo, muy dialogante",  asegura Cinalli. "Este repertorio de standars arreglados y adaptados a este particular formato muestra otra  sonoridad, una estética realmente única, donde la búsqueda y expansión qué le dio Christian al bajo quedan claramente reflejadas", agrega el baterista. "Siempre el trío es una conversación. Nadie es tan solista ni tan acompañante. Es el formato que más he explorado en mi carrera y poder hacerlo ahora con el gran Quintino Cinalli en la batería y Flavio Romero en contrabajo, es un placer y un desafío", concluye Gálvez.