Un pollito recién nacido, con apenas 72 horas de vida, es sacrificado por medio de la trituración o el gaseado cuando se trata de un macho de gallinas ponedoras. La industria de producción de huevos en España acaba con 35 millones de pollitos al año de este modo, lo que equivale a 95.890 al día. A nivel europeo, la cifra anual es de 330 millones de aves, según datos oficiales de la Comisión Europea (CE). Bruselas ha puesto en marcha esta semana un análisis de impacto para modernizar la legislación relativa al bienestar animal en las explotaciones agroganaderas. En el Congreso de los Diputados, el Grupo Plurinacional Sumar presiona al PSOE a través de preguntas parlamentarias para poner fin a la muerte de estas crías y buscar alternativas en el sector avícola. Según ha podido saber Público, también se registrará una proposición no de ley (PNL).

La organización Igualdad Animal forma parte de esta iniciativa. Su gerente de Incidencia Legislativa, Anna Mulà, concreta a este medio que la cifra de los 35 millones es un dato aproximado, ya que no existen registros oficiales. No obstante, se estima que en torno al 50% de los pollitos que nacen son machos, según explicó la Subdirección General de Producciones Ganaderas y Cinegéticas, perteneciente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en una consulta realizada por el grupo Animal Save.

En la misma respuesta, la autoridad afirma que se reponen cerca de 39 millones de pollitos hembra. Fuentes del sector de la producción de huevos también declaran a este medio que "en un año se producen en España unos 35 millones de pollitas para puesta, así que se obtendría un número similar de machos". La convocatoria de datos europea para evaluar el impacto contempla "preocupaciones éticas sobre el sacrificio sistemático de pollitos de un día de vida machos". La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés), advirtió en un dictamen científico publicado en 2019 de que la trituración conlleva diferentes peligros, como "rotación lenta de las cuchillas o los rodillos, sobrecarga y rodillos demasiado anchos". Esto puede tener graves consecuencias para el bienestar de las aves: "No muerte, consciencia, angustia, dolor y miedo", alerta la EFSA.

Las fuentes del sector declaran que "los machos de las razas ponedoras no producen huevos y tampoco desarrollan suficiente carne". Sin embargo, sostienen que "en España no se utiliza la trituración", si bien el Gobierno no ha proporcionado datos públicos al respecto. En su lugar, aseguran que "el método que se emplea es el CO2, que está regulado y permite una muerte indolora". No obstante, el informe de la EFSA indica que existen los mismos riesgos en la trituración como en el gaseado, cuando la exposición es insuficiente o si el equipamiento no tiene la suficiente potencia. De hecho, con este segundo método se añade el peligro de "estrés respiratorio". En este sentido, las fuentes del sector reconocen que la matanza de estos animales "plantea un reto" y aseguran que "el sector ya está trabajando".

Un informe publicado en diciembre de 2022 por el Servicio de Estudios del Parlamento Europeo (EPRS, por sus siglas en inglés) también apunta a que "los pollitos macho se consideran un subproducto en el sector de las gallinas ponedoras". El documento señala que estos animales tampoco son deseables para la industria cárnica, ya que "engordan demasiado despacio y solo producen pequeñas cantidades de carne a la edad de sacrificio". Por este motivo, la matanza suele ser el destino de estos animales apenas nacen.

Fuentes del sector coinciden con la información planteada por el EPRS: "Su crianza no permite obtener piezas que demande el consumidor, como pechuga o muslo". Estos pollitos tienen en España un uso comercial "como alimento de animales de zoológico, reptiles y aves de presa", aunque desde el sector declaran estar "comprometidos con buscar nuevas alternativas viables a largo plazo".

Conocer el sexo antes de nacer

La muerte de pollitos recién nacidos puede evitarse. Existen tecnologías que permiten realizar un sexado in ovo, es decir, durante la incubación. El informe del EPRS menciona empresas internacionales, como la holandesa In Ovo, que inició sus investigaciones en 2011 y en 2020 comenzaron las primeras producciones con su sistema para determinar el sexo de los polluelos.

Por otro lado, la organización animalista Compassion in World Farming galardonó en 2018 a la empresa alemana SELEGGT por desarrollar un método endocrinológico para identificar el sexo de los huevos incubados antes de que el embrión desarrolle la capacidad de sentir dolor. Además, estos huevos pueden convertirse en piensos de alta calidad para animales de granja, según afirma la entidad premiadora y lo recoge también EPRS.

La presión de Sumar al PSOE

La batalla por evitar todos esos millones de muertes tiene una pata española que se libra entre los dos componentes del Gobierno de coalición. Tal y como ha podido saber Público, Sumar registró una serie de preguntas parlamentarias en dos direcciones. La primera, inquirir al Ministerio de Agricultura si sopesa cambiar la legislación española para prohibir la práctica. En caso de que esa primera opción no esté sobre la mesa, pregunta por qué medidas se están estudiando para "alcanzar el mismo objetivo y mejorar en bienestar animal".

Un diputado de Sumar, en conversación con este medio, explica que una vía que en su espacio considerarían también muy positiva es que se subvencionara la tecnología necesaria para que las empresas españolas pudieran detectar in ovo el sexo del embrión con el objetivo de evitar la muerte de los pollitos al nacer. El mismo diputado reconoce que la parte socialista del Gobierno no parece por el momento muy por la labor.

El Gobierno ya emitió una respuesta a dichas preguntas parlamentarias el 5 de junio y Público ha podido consultarla. El Ejecutivo puntualiza que la normativa que se aplica en España en este campo viene "amparada por la Unión Europea" y abunda en que, en los países en los que "se ha establecido una prohibición total de dicha práctica", se ha producido un cierre de incubadoras y se han tenido que terminar comprando pollitas a países limítrofes.

Sumar, en sus preguntas, ya contemplaba esa posibilidad y proponía "medidas de acompañamiento" para la industria. En todo caso, el Gobierno insiste en que "la limitada disponibilidad actual de métodos efectivos de sexado temprano in ovo para promover la destrucción de los huevos antes de la eclosión de los pollitos o de sistemas de producción que permitan la cría rentable de los machos nacidos no impulsan, en la actualidad, un cambio normativo". Y completa, finalmente: "Máxime cuando se está a la espera del resultado del estudio de impacto de la posible futura normativa comunitaria al respecto".

Los animalistas lamentan la respuesta del Gobierno

Anna Mulà lamenta cómo "el Ejecutivo no muestra una voluntad política en avanzar hacia la erradicación de esta práctica" y critica que "tampoco ofrece información sobre qué medidas de acompañamiento o adaptación podrían apoyar a una eventual transición del sector avícola". No obstante, la gerente de Incidencia Legislativa en Igualdad Animal reconoce que la respuesta del Gobierno también "ofrece oportunidades".

La respuesta a Sumar indica, además, que la matanza de pollitos y otros temas vinculados al bienestar animal se tratan habitualmente "en los diferentes foros de coordinación e intercambio de información que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación articula con sus interlocutores", algo que Mulà destaca positivamente. La de Igualdad Animal también enfatiza que "el Gobierno menciona que está pendiente por parte de la Unión Europea de realizar esta evaluación de impacto, la cual podría poner fin a esta práctica".

La modernización del bienestar animal en Europa

"La iniciativa puede abordar las preocupaciones éticas derivadas del sacrificio sistemático de pollitos de un día de vida machos", recoge el texto de la convocatoria. "La apertura de este proceso europeo ha de marcar un paso decisivo y refuerza la necesidad de que el Gobierno se implique y lo apoye activamente", valora Mulà. La animalista defiende que el Ejecutivo español debe impulsar "todas las medidas que permitan una transición justa para el sector avícola, comprometida con el bienestar animal".

El período de recogida de información y evidencias para la evaluación del impacto tendrá lugar hasta el 16 de julio. Con los datos recopilados, la CE trazará una hoja de ruta, a partir de la cual se irán definiendo los posibles objetivos y enfoques de la iniciativa. La siguiente fase consistirá en una consulta pública, cuya duración habitual es de 12 semanas. "La Comisión Europea publica un texto y permite recoger opiniones sobre la propuesta de la nueva legislación", explica Mulà. La tercera y última fase consiste en la tramitación hasta la adopción por parte de la CE de una nueva política de bienestar animal. Su aprobación está prevista para el último trimestre de 2026.

"Este es un proceso histórico", remarca Mulà. "Es una grandísima oportunidad para que la prohibición del sacrificio sea una realidad en todos los países miembros de la Unión Europea". Asimismo, considera "imprescindible que este proceso de modernización legislativa vaya acompañado de medidas económicas y financieras que respalden al sector a adoptar estas tecnologías".

Desde el sector avícola, piden "que las normas se basen en criterios científicos y técnicos sólidos, y que se exijan también a los productos importados". Esto último punto también aparece recogido en la convocatoria de datos de Bruselas como una de las preocupaciones que reflejan la sensibilidad europea manifiesta. "Solo así lograremos avanzar en las condiciones de bienestar animal a nivel global", concluyen fuentes del sector.