En el barrio porteño de Julio Cortázar, donde lo fantástico y lo cotidiano se encuentran en delicada armonía, Martín Mórtola Oesterheld, productor ejecutivo de El Eternauta, nos recibe en su oficina. Nos relata cómo esta historieta de culto argentina ha dado el salto definitivo al estrellato mundial en la plataforma Netflix. Sin embargo, este logro no fue sencillo y está repleto de anécdotas, desafíos y una historia personal que se entrelaza con su profesión.
Los orígenes del proyecto
La historia de El Eternauta comienza mucho antes de que Netflix decidiera adaptarla. La relación entre Martín y la obra de su abuelo es tanto simbólica como real. Desde joven, tuvo acceso a los guiones originales y las ediciones de la editorial Frontera, fundada por Héctor Germán Oesterheld. Además, adquirir el 85% de los originales del cómic en 2008 representó un hito importante.
El proyecto comenzó a tomar forma concreta cuando la editorial Fantagraphics publicó una edición en inglés, lo que abrió puertas internacionales. Posteriormente, la oportunidad de asociarse con Netflix surgió en Los Ángeles, resultando irresistible la posibilidad de llevar El Eternauta a las pantallas globales.
Un camino lleno de desafíos
El proceso de adaptación no estuvo exento de dificultades. La condición primordial de grabar la serie en Buenos Aires planteó un desafío logístico y artístico. La productora Laura Bruno fue crucial para mantener firme este requisito. Las negociaciones iniciales casi incluyeron a una estrella de Hollywood, Jeremy Renner, pero preservar la autenticidad fue una prioridad para Martín y su equipo. Con Ricardo Darín asumiendo el papel de Juan Salvo, la serie conservó un sabor auténticamente argentino.
La creación implicó un esfuerzo transmedia, combinando elementos nostálgicos y actuales, desde los icónicos autos y edificios de Buenos Aires hasta la resistencia popular marcada en cada esquina. Todos convergieron para contar una historia atemporal que dialoga con el presente del país sudamericano.
Impacto y relevancia
El Eternauta ha resonado más allá de los aspectos técnicos. En Japón, los fanáticos han adoptado personajes de la serie en sus disfraces de carnaval, mientras que frases del cómic original se han convertido en memes en redes sociales. En Times Square, la proyección de anuncios de la serie evidenció su impacto cultural.
Martín, quien comparte no solo un legado sino una visión con su abuelo, destaca cómo los detalles técnicos de producción y la cohesión narrativa rinden homenaje a las raíces auténticas de la historieta. Afirma que la serie retoma temas cruciales de supervivencia y humanidad que siguen vigentes hoy.
Perspectivas para el futuro
El futuro de El Eternauta parece prometedor mientras se prepara el camino para futuras temporadas. Todo el equipo espera expandir más historias del universo Oesterheld, tanto conocidas como desconocidas, manteniendo la esencia cultural inherente a estas narrativas.
Martín también revela que otros proyectos inspirados por las obras de su abuelo están en ciernes, lo que sugiere la posibilidad de adaptar más trabajos icónicos para nuevas generaciones. Por ahora, El Eternauta continúa cautivando audiencias y reviviendo una historia familiar que durante décadas ha tenido un impacto profundo en la cultura y la memoria argentinas.