Era el momento más picante de la represión, que se había extendido hacia la Avenida 9 de Julio, una vez que se habían retirado quienes fueron a marchar pacíficamente. Adentro del Congreso seguían los cruces entre oficialistas y opositores, a puro escándalo. Desde la Casa Rosada, la orden del presidente Mauricio Macri bajó con claridad: “Seguimos adelante”. Con el apoyo de los gobernadores –que prefirieron evitar la conferencia de prensa a la que los había convidado el macrismo para defender la reforma previsional– en Balcarce 50 se mostraban confiados en aprobar el recorte a los jubilados. Para los funcionarios macristas, se jugaba también la definición de quién manda en el país. Por eso, Macri ordenó no detenerse ante nada para aprobar la ley y reforzó con fuerzas federales el operativo policial. 

Como informó este diario, la estrategia del oficialismo para la sesión de ayer comenzó con la convocatoria de trece gobernadores a apoyar la reforma previsional. Originalmente, la idea era que participaran de una conferencia de prensa en el Congreso junto con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y del Interior, Rogelio Frigerio. Hubo un cambio de planes de último momento y los gobernadores decidieron no dar una conferencia de prensa, sino sacarse una foto con los funcionarios. “Vinieron a apoyar al Presidente. Prefirieron hacer foto y gacetilla”, indicaban en la Rosada. La conclusión era obvia: consideraron que volver a exponerse ante las cámaras para defender el recorte a los jubilados era pedir demasiado.

De todas formas, lo hicieron en un escueto comunicado conjunto, en el que expresaron “su respaldo a la reforma previsional” y al bono que negociaron el viernes. No hubo mayores argumentaciones. “El bono ayudó a mucho a destrabar la relación con los gobernadores”, sostenían en la Rosada.

Los que participaron del convite macrista fueron los oficialistas Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes), Horacio Rodríguez Larreta (Ciudad de Buenos Aires), María Eugenia Vidal (Buenos Aires), y los peronistas afines Juan Manuel Urtubey (Salta), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Sergio Casas (La Rioja), Juan Manzur (Tucumán), Domingo Peppo (Chaco), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Mariano Arcioni (Chubut), Hugo Passalacqua (Misiones), además de Alberto Weretilneck (Río Negro). Los acompañaron el radical Mario Negri y la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, junto con el titular de la Cámara baja, Emilio Monzó. Tras la foto de familia, se retiraron sin hacer declaraciones. 

Tanto Peña como Frigerio se quedaron apostados en Diputados, desde donde hicieron un monitoreo in situ de la sesión. También los acompañaron Rodríguez Larreta y Vidal. La presencia en el lugar de varias de las principales figuras de Cambiemos indicaba lo que para el oficialismo se estaba jugando. En una palabra, sostenían que estaba en juego la gobernabilidad. Y cómo seguirá de aquí en más el gobierno de Macri.

Una y otra vez los funcionarios repetían que “un grupo de violentos en la calle” no podía dictarles la política de gobierno. “Fue una locura lo que se vio. Nunca se pensó que podía generarse tanta violencia organizada”, indicó un ministro a este diario. “Vamos a seguir”, era el comando que llegaba, una y otra vez, desde la Rosada.

En concreto, el Presidente dispuso que, además de no levantar la sesión como había ocurrido el jueves pasado, había que reforzar el operativo de la Policía de la Ciudad con fuerzas federales. Por eso, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, envió a la Policía Federal y a la Gendarmería, aunque en un rol de apoyo. 

En la Rosada había nuevamente una evaluación positiva del accionar policial. “La policía sólo contuvo y no reaccionó ante la locura de un grupo de violentos que fueron a romper todo”, era uno de los análisis que pudo recoger este diario y que no parecía tener en cuenta algunas situaciones que se vieron ayer, como la de una persona arrollada por motos policiales, o las que escapaban del subte por los gases lacrimógenos, por mencionar sólo dos. Nada de esto fue tomado en cuenta: para el Gobierno había un único responsable de lo que ocurrió ayer. “Claramente los discursos de la oposición no tuvieron nada que ver con lo que sucedió en la calle”, ironizaban en Balcarce 50.