El Poder Ejecutivo sigue tratando de mostrarle a los mercados y al FMI que no le tiembla el pulso a la hora de defender el equilibrio de las cuentas públicas, independientemente de los padecimientos que ello genere en la ciudadanía.

Sin embargo, bajo los parámetros del actual modelo, el ajuste y el sacrificio nunca serán suficientes, ya sea porque los ingresos fiscales caen cuando lo hace la actividad económica, ya sea porque se adoptan decisiones deliberadas para eliminar impuestos o reducir sus alícuotas para favorecer a los sectores de mayor patrimonio y más concentrados.