El mundo de la música lamenta la muerte de Lalo Schifrin, quien dejó una marca imborrable en la historia del cine y la televisión. Compositor y pianista argentino, Schifrin destacó por su habilidad para fusionar géneros como el jazz y la música clásica, creando bandas sonoras memorables que definieron una época en Hollywood. Su talento trascendió décadas y fronteras, convirtiéndolo en una figura respetada tanto en su Argentina natal como a nivel mundial.
Su trayectoria incluye ser el creador de la música característica de Misión: Imposible, tema que sigue inspirando a generaciones de cineastas, así como trabajos más sutiles pero igualmente influyentes en series como Mannix. A lo largo de su vida profesional, recibió seis nominaciones al Oscar y numerosos premios Grammy, evidencia de un talento que superó géneros y formatos, dejando una huella profunda en la industria del entretenimiento.
En el momento de su fallecimiento, Schifrin residía en Beverly Hills, donde pasó las últimas décadas de su vida. Su amor por el jazz, combinado con su sólida formación clásica, le permitió no solo derribar barreras culturales, sino también ser reconocido como uno de los grandes compositores del siglo XX.
Primeros años y formación musical en Argentina
Nacido como Boris Claudio Schifrin en Buenos Aires, en una familia con profunda tradición musical, su padre fue el maestro concertino de la Filarmónica de Buenos Aires. Desde joven, mostró un talento natural y recibió formación clásica en piano y composición. Sin embargo, fue su descubrimiento del jazz estadounidense lo que moldeó su estilo distintivo.
Su pasión por el jazz lo llevó a formar una banda en Buenos Aires, donde empezó a experimentar con diversos estilos. Tras ganar un premio nacional, fue invitado al Conservatorio de París, una experiencia enriquecedora que lo consolidó en el panorama de la música clásica europea y el jazz.
Traslado a Estados Unidos e ingreso a la industria cinematográfica
En 1958, Schifrin se mudó a Nueva York, donde tuvo la oportunidad de unirse al legendario trompetista Dizzy Gillespie. Su colaboración con Gillespie no solo le permitió ganar reconocimiento en la escena del jazz, sino que también fue su trampolín hacia la industria cinematográfica estadounidense.
En Hollywood, su música para televisión y cine se convirtió en sinónimo de innovación, conquistando al público con temas como Cool Hand Luke, Bullitt y, por supuesto, Misión: Imposible. Esta última composición se convirtió en un fenómeno, siendo un tema icónico que define la serie, y su impacto en la cultura popular permanece vigente.
Legado artístico perdurable
El estilo distintivo de Schifrin fusionó elementos de la música clásica, el jazz y la música popular, creando una firma sonora única. A través de su trabajo, logró llevar la música argentina a un escenario global, influenciando a compositores y músicos de todas las generaciones.
Su legado no solo se refleja en sus composiciones, sino también en sus contribuciones a la enseñanza y en su labor como director. Su música para cine y televisión seguirá resonando en la memoria de quienes disfrutaron de su arte, así como en las nuevas generaciones que descubren su obra.