Resulta que Julián Venegas y José Santucho se han puesto de acuerdo en salir a vocear canciones. Un primer disco -Ambulantes (2022)- les llevó por escenarios diversos al encuentro de personas y lugares, con música sobre trabajadores que, como ellos, ofrecen lo suyo mientras caminan los barrios. El dúo Ambulantes vuelve con nuevo disco, cuyo título es una rúbrica: Módico y de Calidad; y lo presentan este sábado a las 21 en el Gran Salón de Plataforma Lavardén (Mendoza 1085). 

“Lo que hicimos con José es ampliar la cantidad de canciones dedicadas a oficios y sus laburantes, pero haciendo hincapié, incluso en el título del disco, en lo que completa el tridente ambulante, y que es el objeto, la manufactura, porque es ésta la que ordena al laburante y al oficio. La escoba hace que el que vende escobas se denomine ‘escobero’; y también que se ordene su oficio, en cuanto a qué otras cosas puede vender: un trapo de piso o los ganchos para la ropa. El objeto es el eje alrededor del cual termina nombrándose al oficio y al laburante que lo practica; de la misma forma, con José sentimos que son las canciones las que terminan dándole nombre a nuestro proyecto: Ambulantes”, comenta Venegas a Rosario/12.

“En un principio éramos dos trabajadores de la canción que se juntaban a hacer un determinado repertorio, pero ahora ya somos el dúo Ambulantes. Y las canciones, de la misma forma que el producto, terminan influyendo en el oficio; en nuestro caso, estas canciones conceptuales terminaron influyendo en el nombre de este grupo y en el criterio artístico, porque ‘módico y de calidad’ refiere a una forma sencilla de hacer canciones, que tratan de ser efectivas, en el sentido de ir derecho a la memoria popular que completa a cada una de ellas”, continúa.

-Hay también algo del orden de lo comunitario, que ustedes celebran con su propuesta.

-Desde el vamos, nos dimos cuenta que ambulantes es una temática muy transversal a nivel generacional y a nivel de origen social; prácticamente, no hay barreras para comprender esta temática, no existen. Es raro encontrarse con una temática que tenga ese nivel de permeabilidad popular. Y te digo una cosa más, me parece que lo que tiene el trabajo de identitario, es que la mayoría de los argentinos y argentinas, y me animo a decir de los trabajadores a nivel continental, son personas que viven de la fuerza de su propio trabajo. Es decir, generalmente, la mayoría no vive de herencias, no vive de alquileres, no vive por ser terratenientes; y tiene una vida laboral que depende principalmente de su propia fuerza de trabajo. Entonces, los ambulantes son como grandes representantes, si se me permite decir, de esa tracción que depende de uno mismo, y que es a pura maña y fuerza. Y que termina siendo espejo de una realidad argentina, regional y latinoamericana.

-Eligieron también canciones de otros autores, me parece algo que refuerza esta misma atención por la comunidad.

-Desde el comienzo, con José echamos mano, en el buen sentido del término, al vasto cancionero popular. Primero, para saber qué repertorio había dedicado a los ambulantes urbanos, que era nuestro principal recorte. Porque sí, hay canciones dedicadas a trabajadores ambulantes, pero más rurales, pero en nuestro caso estábamos interesados por los urbanos. Así fue que nos encontramos con “El grito del canilla” (Jaime Roos y Raúl Castro) en el primer disco, o con “Churrero”, de nuestro compañero Juan Barreto; en este disco tomamos prestadas una canción de Atahualpa Yupanqui -“El vendedor de yuyos”-, que abre un poco el espectro, si bien no es tan citadino, porque el vendedor de yuyos es quizás un poco más rural; y también pedimos prestada “Durazno a cuarenta el ciento”, una milonga de la década del ‘30, de Celedonio Flores y José Razzano. Son canciones que nos gustan y nos parece que están a tono con lo que nosotros venimos diciendo. Nosotros somos cancionistas, somos parte de un oficio que claramente nos precede, y queremos ser parte de esa tradición, queremos seguir transmitiéndola, y hacer canciones de gente que ya estuvo en la temática ambulante.

-Ambulantes visitó varias provincias y públicos, ¿cómo fue esa experiencia?

-La complicidad con el público regional y argentino, y también con el de Uruguay, fue inmediata, porque las canciones traen recuerdos de infancia, del presente, de sus propios niños, de los niños que fueron, de los laburantes que son protagonistas de plazas, calles, barrios, y que siguen estando. Con José tenemos la convicción de que las canciones resuenan en el continente latinoamericano, cada uno con sus particularidades, con sus productos, manufacturas, formas de anunciarse. Eso da una gran riqueza de repertorio, pero en esencia, en la fibra más básica, la temática ambulantes atraviesa todo el continente.

-¿Cómo es hoy el diálogo musical y de trabajo entre vos y José?

-Ahora se está dando una dinámica más de ida y vuelta, que ya había empezado en el primer disco, en el sentido de que a veces José tiene letras, me las pasa, le pongo música y se las devuelvo con algunas observaciones poéticas, él me hace observaciones musicales; entonces, ya empieza a ser un entramado más de a dos, siempre con el criterio de intentar retratar en canciones lo que se observa, e incluso, por más lejanos que sean los mundos, de tratar de ponerse lo más posible en la piel del oficio. Nosotros somos cancionistas, no vendedores de churros o repartidores, pero así y todo podemos intentar buscar espacios y decires en común, que nos permitan interpretar las canciones de una manera bastante singular. De hecho, José trabajó de cartero, y hay una canción que está en el disco en donde se practica, por primera vez, esa posibilidad de sentirse uno identificado con el oficio ambulante y hacer la lectura personal de la práctica del oficio, y cómo esto puede reverberar también en otras cosas de la vida.

Módico y de Calidad fue grabado, mezclado y masterizado en Estudios Penny Lane por Carlos Altolaguirre para BlueRomm Producciones, con asistencia de Renzo Alberá, y fotografías y arte gráfico de Nano Pruzzo.