Las mujeres de Estado de furia (estreno el próximo viernes por Max) no están al borde de un ataque de nervios. Directamente se han sumergido en una enorme pileta catártica para nadar en aquello que lleva como título la inminente miniserie española de Felix Sabroso. Ergo, aquí la figura de la "damisela en apuros" obtiene la respuesta contraria al mandato. “Es un retrato de un sistema de decadencia con situaciones muy llevadas al límite”, le dice su creador en entrevista por Página/12.
Todo comienza con una sesión muy new age en la que se habla de un “estado de ofuscación, desorden, caos, desesperación, ira y hasta venganza”. El círculo lo comparten una artista snob (Carmen Marchi), una cocinera mediática (Pilar Castro), la encargada de un local de modas (Candela Peña), una desempleada (Nathalie Poza) que vive con su madre (Marilú Marini) y una actriz olvidada (Cecilia Roth). “Esto no me sirve. Yo entiendo que el mundo está enloqueciendo, pero esta reunión es una prueba de ello”, confiesa la última frente al grupo. Se trata de Victoria Leal, bomba erótica del cine español en los ’70 con ansias de un gran regreso, aunque sus más cercanos busquen exprimirla como a la Norma Desmond de Sunset Boulevard. “Demasiada personalidad para tener éxito”, la define alguien. “Una mala actriz que defendió malas películas y peores directores. Fuimos la libertad de una época, aunque terminamos siendo el alivio de una banda de pajeros”, dirá sobre sí misma.
La propuesta se desentiende de los modismos de la antología y articula los conflictos a partir de una narrativa atenta al caos del "efecto mariposa". Eso sí, los cinco primeros capítulos Estado de ira privilegian una historia -junto con una sugestiva puesta en escena- en la que se interconectan las derivas de sus protagonistas hasta el fondo. ¿Los antagonistas? Esposos, caseros, managers y compañeras de trabajo que desconocen la sororidad. El epílogo de tres episodios, por su parte, funciona como una coda con pases de factura, hiperviolencia, homenajes a Audrey Hepburn y una chance de redención. Así será para Victoria Leal. “Un personaje que empieza a cargar de furia sin saber a dónde mandarla, hasta que aparece el culpable, tan culpable que hasta le vuelve a creer”, dice Roth sobre lo que le atrajo de este rol.
-¿Tuviste en mente a Cecilia Roth a la hora de componer este personaje?
Félix Sabroso:- Obviamente, la primera persona que tuve en la cabeza fue Cecilia. No es fácil encontrar en España a alguien que cuente lo que le sucedió a las actrices españolas. Es muy curioso. Le estuve dando muchas vueltas a la idea hasta que me di cuenta que no iba a haber nadie mejor que ella. Podía entender bien y, a su vez, tomar distancia de esta actriz de cine erótico con las sensaciones que ello conlleva. La cosificación por la industria y espectadores sucedió en todas partes, pero aquí se dio junto al destape tras cuarenta años de dictadura y represión.
-¿Fue fácil el canal con Victoria Leal o, por tener esas conexiones con tu pasado, se hizo complejo?
Cecilia Roth: -Hay varias cosas. Desde la escritura, la estructura y la complejidad de cada una de ellas, la serie es muy atractiva. Se cuenta nuestra época, pero desde un punto de vista contradictorio y con muchas capas. Victoria es alucinante. Conozco a varias de esas actrices en las que uno puede reconocer a Victoria. Franco se muere en el 75 y yo llegué a España un año después. Más allá de eso, me interesaba conectar con muchas de esas Victorias que no fueron solamente actrices del destape. Fueron mujeres sometidas, maltratadas, estafadas. Algunas terminaron muy mal. No todas tuvieron la oportunidad de tener su momento de furia y de venganza.
-Uno pueda encontrar aquí conexiones con Relatos Salvajes, la miniserie Bronca, e incluso con la obra de Almodóvar y hasta 8 mujeres de François Ozon, ¿cómo fue componer este crisol de historias interconectadas y con ecos más allá de su propia trama?
F.S.: - Yo he intentado alejarme de la idea de que los personajes femeninos condicionaran el contenido. He querido que fuesen mujeres porque su arco y puntura emocional me resultaba más seductora. Hombres en situaciones de acción y extrema ya los hemos visto. Son un género en sí mismo. Quería hacer un retrato más amplio de este momento actual marcado por la furia y la falta de diálogo. Con los intereses creados por fuera de los afectos. Eso era lo esencial. Creo que era más fácil de contar con personajes femeninos. Y a su vez siempre he sentido una gran complicidad con las actrices.
-¿Por qué elegiste este hilo rojo narrativo y no historias unitarias?
F.S.: -En principio lo eran. Luego fui encontrando los enlaces que me parecían verosímiles y tenían una gracia estructural. El recurso también tenía una utilidad narrativa puesto que estas historias suceden de manera simultánea. Estamos en un escenario global en el que actuamos de forma parecida sin ver lo que pasa con el prójimo. Es el espectador quien observa esta acción reacción en cadena.
-Para el público la asimilación entre Victoria Leal con Cecilia Roth resulta una entrada simpática, ¿tuviste en cuenta esa posible identificación?
C.R: -La intención era jugar con los matices y que no se pareciese tanto a mí. Más allá de que sea una actriz que ha vivido esa época y estuvo en una situación más o menos similar a la que podría haber vivido yo.
F.S.: -La verdad es que Cecilia trabajó menos a la actriz y más a la mujer que se construyó en base al dolor y al fracaso. Y allí hay una gran fortaleza. Hay una escena en la que frena un avance en el bar del barrio donde vive con uno que la mira en exceso. Lo hace de una manera muy clara y dura, pero calmada y elegante. Ella se siente agredida por esa mirada, reacciona y ya está. Ahí entiendes a Victoria y su herida.
C.R.: - Yo creo que ni siquiera ella cuál de todas es su herida (risas).
Programados
* Antes del estreno de la cuarta temporada de The Morning Show (17 de septiembre por Apple TV+), Jennifer Aniston ya tiene nuevo proyecto. Será una serie basada en las memorias de la ex niña Disney Jennette McCurdy quien brilló en la serie iCarly y dejó boquiabierta a la industria por las confesiones que hizo en su libro "I'm Glad My Mom Died”. La comedia dramática se centrará en la relación de codependencia entre la adolescente y su madre narcisista, quien se enorgullece de su identidad como "madre de una estrella joven," interpretada por Aniston.
* La comanda de The Bear sigue abierta. La serie de Chris Storer, que aquí se ve por Disney+, fue confirmada para una temporada más. La multipremiada “comedia” acaba de culminar su cuarta temporada con Carmy Berzatto nuevamente en una bisagra emocional. Antes de que se lo vuelva ver entre ollas y sartenes, al actor Jeremy Allen White se lo podrá ver en la piel de Bruce Springsteen. La biopic sobre el músico de Nueva Jersey -Springsteen: Música de ninguna parte- tiene fecha de estreno pautada para octubre en los Estados Unidos.
* Falta cada vez menos para que el asesino serial más querido de la ficción vuelva a estar entre nosotros. El próximo 11 de julio, Paramount+ estrenará Dexter: resurrección. Se trata de la segunda continuación de la emblemática serie protagonizada por Michael C. Hall. La historia se sitúa semanas después de que el tipo recibiera un disparo en el pecho por parte de su propio hijo y despertara de un coma para descubrir que su primogénito ha desaparecido sin dejar rastro. Con Nueva York de fondo, más las actuaciones de Uma Thurman y Peter Dinklage, el killer justiciero que sueña con Argentina está a punto de dar su siguiente paso.
El personaje
Jessica (Megan Stalter) de Demasiado. A esta treintañera neoyorquina le acaban de romepr el corazón. Como cada rincón de la Gran Manzana le trae malos recuerdos, decide aceptar un trabajo del otro lado del Atlántico. En Londres, la chica que sueña con las adaptaciones de Jane Austen conocerá a un músico prototipo del joven tóxico. ¿Qué podría salir mal para esta fanática de las Spice Girls, pergeñada por la autora de Girls y los productores de Un lugar llamado Nothing Hill? Se la podrá ver desde el próximo jueves por Netflix.