Ya tranquila, Sandy Abu Farha conversa desde Turquía con Página/12. Recuerda todo lo vivido y hace foco en el momento en el que pudo descargar el peso. Fue después de conseguir pasajes de vuelta a Cisjordania para su padre, su madre y sus dos hermanos: “Después de más de cuatro días de viajes y aeropuertos, cuando supe que ya estaban en el avión, lloré durante horas en la ducha sin poder creer lo que había pasado”. Se enfermó y tuvo que ir al hospital por el estrés y el doEstuvieron retenidos durante 25 horas en las que, según denuncian, recibieron todo tipo de maltratosprivación de comida, frío y engaño al hacerles firmar sin traducción un documento que sellaba su salida del país.