La biblioteca que el artista Ataulfo Pérez Aznar tiene en su casa de La Plata atesora una monumental colección fotográfica en la cual su propia obra ocupa un lugar considerable. Del suelo hasta el techo, se observan libros, copias originales y bocetos de una decena de publicaciones que están en proceso de edición. El ordenamiento de esta constelación fotográfica es un enigma, pero cuenta mejor que nadie la vida de uno de los fotógrafos más prolíficos de la Argentina, que dedicó su carrera a definir la imagen como un medio de expresión necesario para pensar el país. En “Introspectiva: solamente fotos”, su más reciente publicación, el artista platense se propone aunar esta colosal obra, y ofrecer una ventana a su extensa trayectoria, a partir de una reflexión sobre América Latina.
Editado por el Centro de Fotografía Contemporánea de La Plata, el nuevo libro de Pérez Aznar presenta una selección de 121 fotografías que el artista expuso en 2022, en las cuatro salas del Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano de la ciudad. Allí articuló por primera vez su obra realizada en la Argentina desde 1966 junto a una serie de imágenes inéditas que tomó a lo largo de los años en distintos países de Latinoamérica.
“Esta es mi historia en imágenes. Una retrospectiva casi siempre es una selección de lo que un fotógrafo considera sus mejores fotos, lo que da como resultado una secuencia de imágenes aisladas. En Introspectiva busqué hacer algo que venía pensando hace años: articular con absoluta libertad un discurso sobre la totalidad de mi trabajo”, dice Pérez Aznar, que presentará el libro este viernes a las 18 horas, en la sede de ADULP de la ciudad de La Plata.
Sujetos del tiempo
La imagen que abre “Introspectiva” es de 1966 y se la sacó Pérez Aznar a su madre cuando era niño, en Mar del Plata. Es la primera fotografía que hizo en su vida, pero su inclusión en el libro excede este detalle biográfico. Se trata, más bien, de la constatación de una ética de la mirada que se ha mantenido consecuente a lo largo del tiempo. “Todo se reduce a cómo uno se vincula con lo fotografiado. Más allá de las teorías y de las técnicas, hay algo visceral que responde a mi personalidad”, dice Pérez Aznar.
Veinte años después de esta primera imagen, el artista platense volvió a registrar a su madre del mismo modo. Pero también a una mujer mapuche en la provincia de Chubut, a los pacientes del Neuropsiquiátrico Melchor Romero de La Plata, a los templos de Tiwanaku en Bolivia o a los circos ignotos de la provincia de Buenos Aires. Al interior de sus encuadres, que se presentan siempre en formato medio, los sujetos fotografiados forman parte de un proceso histórico que los trasciende. De ahí, su majestuosidad, de ese tiempo ensanchado que los tiene a ellos como fugaces protagonistas.
Más allá de las fronteras
Las imágenes de Pérez Aznar carecen de lugares comunes. No importa si se trata de fotografías de su familia, de la ciudad de La Plata o de la comunidad Kuetuvy en el interior del Paraguay, todas registran modos de vivir que desbordan las fórmulas preconcebidas, los discursos esencialistas y las jerarquías culturales.
Ya en su primer libro, el premiado “Mar del Plata ¿Infierno o paraíso?” de 1988, el fotógrafo se dedicó al descanso, muchas veces sufrido, de la clase media en esta ciudad bonaerense apodada publicitariamente como “La feliz”. Desde entonces, registró el encuentro, las celebraciones, las tragedias y la vida, entendida en toda su complejidad, de los habitantes de La Plata, Berisso, Punta Lara, Misiones, Brasil, Paraguay, Perú, Bolivia, Nicaragua y El Salvador, entre otros.
La lista de sus proyectos es extensa. Sus publicaciones y exhibiciones, innumerables. Pero todas comparten un punto en común: su mirada. “La fotografía para mí es una anécdota”, afirma provocativamente Pérez Aznar, que en su juventud estudió las carreras de Geografía, Historia y Antropología cultural. “Lo importante es tener algo para expresar. Podría haberme dedicado a la investigación, pero la magia de la fotografía es que te permite vincular con múltiples públicos, interpelar a la gente y no quedarse en un espacio cerrado”, agrega.
En la particularidad de su mirada, lo latinoamericano existe como un horizonte indispensable para pensar la identidad visual bonaerense y argentina. En la historia compartida del continente, pero también en su presente enmarañado, el fotógrafo reconoce vínculos que desbordan las fronteras nacionales. “Hay mucho exotismo en la fotografía. Se va al Alto Perú, por ejemplo, para fotografíar mercados y ponchos. Yo creo que la vida es otra cosa. A mí lo que me interesa son los procesos de aculturación, los sincretismos culturales”, dice Pérez Aznar, que desde la década del ochenta intercala sus proyectos en el país con viajes por el continente.
Leer las imágenes
En un contexto marcado por la proliferación de las imágenes y por lo visual entendido meramente como estímulo e información, Pérez Aznar defiende la necesidad de leer las fotografías como obras de arte pero también como documentos históricos. Así, “Introspectiva” funciona, fundamentalmente, en el diálogo que el espectador establece entre sus páginas.
“En una novela, nadie salta a la última página para ver quién es el asesino, sino que se acepta la complicidad de viajar de la mano del escritor. La fotografía requiere el mismo involucramiento”, dice Pérez Aznar. “Un discurso sostiene una idea latente, pero también permite contener imágenes que no se corresponden del todo y obligan al espectador a explorar el posible vínculo”, agrega el fotógrafo.
A partir de su familia, y de la ciudad de La Plata, Pérez Aznar establece en su libro una constelación de intercambios que exceden la contingencia del hecho fotográfico. El ordenamiento del libro, su curaduría, no responde a lógicas cronológicas o espaciales, sino más bien a la unidad de un discurso que contiene una serie de temáticas subyacentes, como la muerte, el encierro, la situación de los pueblos originarios o los golpes de estado a lo largo y ancho del continente. Así, “Introspectiva” se ofrece como una particular ventana a su mirada, como un discurso que ordena esa monumental biblioteca que es su obra.
La presentación de “Introspectiva: solamente fotos” será con entrada libre y gratuita. Contará con la presencia del fotógrafo y tendrá lugar en la sede de la Asociación de Docentes Universitarios de La Plata (ADULP), en la calle 6 al 592.