El libre acceso al CPCT (Centro Psicoanalítico de Consultas y Tratamiento) tiene el efecto de llevar a consulta a pacientes en situación de precariedad subjetiva y/o social. Si todo parlêtre (ser hablante o hablanteser) se enfrenta a la soledad de sus síntomas, los que sufren de precariedad viven un aislamiento radical. 

Ahora bien, lo único que devuelve el orden a la soledad del goce es estar atrapado en un discurso y, por lo tanto, en un vínculo social. Este es, por tanto, el reto del CPCT: acoger el goce del síntoma para que un poco de la inversión libidinal que supone la queja del sujeto y su sufrimiento mute en una exigencia. Además, la mayoría de las veces, la queja se refiere a la otra persona: cónyuge, hijo, empleador, enfermedad, instituciones, etc.

Queja en mutación: Al orientarse menos por lo que se dice que por lo real del goce del síntoma que aísla al sujeto y dificulta su relación con el otro, el consultante trabaja para transformar esta queja en una pregunta. Incluso decir que no puede tener un efecto sobre la fijación de la libido. 

Este fue el caso de esta joven desempleada que se quejaba de las excesivas exigencias de su pareja. Ella admite, durante la entrevista inicial, que no le da nada y se pregunta por qué. Su enfoque de un centro de consulta gratuito se basa en lo mismo; por lo tanto, entrar en tratamiento en estas condiciones podría alimentar su síntoma. 

"Entonces, al consultar en el CPCT, ¿no pagarías nada, al igual que no le das nada a tu pareja? Creo que eso apoyaría más bien tu inclinación”. Ante estas palabras, cuestiona su anorexia, la otra cara de la idea de no dar nada al otro que procede de lo mismo. Este es el nombre de una fijación de la libido de uno. Admite fácilmente las campanas de su andar. 

Unos meses más tarde, se reencontró felizmente: había encontrado un trabajo en el que estaba obligada a dar la información que le pedían. Ella no se cura de su síntoma, pero al hacerse responsable de su goce, tiene acceso a un no dar nada. Habiendo pasado de quejarse de los demás a una búsqueda de un saber-hacer con su enredo, su síntoma es menos feroz.

La parte que tomó en su malestar: Esta viñeta pone de relieve el objetivo de la CPCT: hacer que el sujeto se sienta responsable de lo que lo impulsa, condición esencial para el comercio con los demás y para la inclusión en los lazos sociales. Más allá de la queja, la demanda tarda en formularse, un tiempo necesario para el desplazamiento de la libido condensada en lo dicho.

La brevedad del tratamiento y su finalización anunciada en el momento de la entrada crea una urgencia: para el consultante, el tiempo para ver se reduce, sobre todo porque el paciente espera una respuesta. Así, cada sesión se convierte en una apuesta. ¿Las sesiones son cada vez más largas? No, porque lejos de ahogarse en el hilo narrativo, los consultores priorizan los efectos de la sorpresa para que el parlêtre encuentre o redescubra el punto de apoyo que le falta en su relación con los demás.

Es una observación: los efectos del tratamiento son siempre impredecibles ya que son el producto del deseo del consultante y del eco que encuentra en el paciente. Esto es lo que determina el inicio del tratamiento y la necesidad de una entrevista previa: ¿está el sujeto en condiciones de cuestionar la parte que está tomando en su malestar?

El Centro Psicoanalítico de Consultas y Tratamiento (CPCT), es una práctica psicoanalítica que se enfoca en el tratamiento de diversas problemáticas, utilizando el psicoanálisis aplicado al campo de la salud mental (definición de la Inteligencia Artificial). 

*Del blog de Psicoanálisis Lacaniano. Publicado el 6 de julio de 2025.