Stranger Things, la aclamada serie de Netflix, atrajo al público no solo por su trama y personajes memorables, sino también por las estrictas normas que impuso a su elenco para garantizar el éxito del programa. Aunque algunas reglas pueden parecer entrañables o incluso divertidas, otras destacan el profesionalismo exigido en un set de grabación. 

Sin maquillaje: prioridad a la autenticidad

Desde el inicio, se estableció que los actores debían presentarse en el set sin maquillaje. Esta norma, derivada parcialmente de un incidente con Millie Bobby Brown en su primer día, cuando apareció cubierta de brillantina, buscaba facilitar el trabajo del equipo de maquillaje para recrear los estilos característicos de los años 80. Ross y Matt Duffer, los creadores de la serie, enfatizaron que el maquillaje debía ajustarse a la época, evitando distracciones y ahorrando tiempo durante el rodaje.

Esta regla no solo reforzó la autenticidad visual del programa, sino que también se alineó con uno de sus temas recurrentes: la importancia de encajar en un mundo que resulta extraño. El compromiso de los actores con este estándar contribuyó al realismo al revivir la estética de hace cuatro décadas.

Interpretando desde una perspectiva alienígena

Millie Bobby Brown, pese a su juventud, demostró gran capacidad para interpretar un papel complejo y diferente. Se le pidió que encarnara a su personaje, Eleven, como un ser extraño, similar al enfoque de E.T. La directora la guiaba en muchas tomas desde una perspectiva alienígena, fomentando una interpretación que consolidaba su peculiar relación con los demás personajes.

Esta sugerencia conecta con el tono nostálgico de Stranger Things, lleno de homenajes a películas de ciencia ficción y aventura de décadas pasadas, contribuyendo a la atmósfera misteriosa que define la producción. La habilidad de Brown para asimilar estas indicaciones enriqueció su interpretación y fortaleció la dinámica del grupo protagonista.

El cabello icónico de Joe Keery

Joe Keery se destacó gracias a la desenfadada melena de su personaje, Steve Harrington. Para preservar la integridad del personaje, se requería autorización previa para cualquier cambio capilar. Esto garantizaba la continuidad visual de la serie y subrayaba la autenticidad de los rasgos icónicos de cada figura en la historia.

El equipo de peluquería, liderado por Sarah Hindsgaul, empleó técnicas innovadoras para lograr el estilo exacto. Esta dedicación ejemplificó el nivel de detalle al que se comprometió todo el equipo de Stranger Things. Keery, en entrevistas, ha señalado cómo estas pautas cuidadosamente administradas ayudaron a mantener la esencia del personaje, reiterando el compromiso necesario para lograr su apariencia distintiva.

Prohibición de visitas: confidencialidad en el set

El control de acceso al set era estricto, con restricciones que limitaban las visitas a unos pocos privilegiados. Según Gaten Matarazzo, actor del elenco juvenil, esto evitaba distracciones durante las extensas jornadas de rodaje y protegía a la producción de posibles filtraciones. A pesar de ciertas inconsistencias sobre quiénes podían llevar visitas, la medida reflejaba la constante preocupación de la serie por salvaguardar sus secretos narrativos.

Estos procedimientos fomentaban un ambiente profesional al gestionar eficazmente los escurridizos spoilers, destacando la importancia de mantener la integridad de la narrativa para el disfrute de la audiencia global. A primera vista, estas reglas podrían parecer gravosas, pero al revelar lo que ocurre tras bambalinas del fenómeno televisivo, enfatizan el compromiso y el trabajo colectivo preciso que Stranger Things inspira tanto en el público como en la industria del entretenimiento.

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