Yo no soy marinero
En 1987, la película La bamba se convirtió en un mega éxito de taquilla sin precedentes. En ella el director Luis Valdez, pionero del cine chicano, contaba la historia de Ritchie Valens, el primer ídolo latino del rock, cuya cortísima pero influyente vida cambió la historia de la música. Con un elenco y un equipo latino, una banda sonora original y el gigante Columbia Pictures como respaldo, la película superó todas las expectativas de ventas, desmintiendo la creencia de que los proyectos enfocados en los latinos no podían atraer al público. Es más, logró un triplete ganador en el verano de su estreno: fue la película número 1 en taquilla, el álbum más vendido del país y el single número 1 en la radio. Por estos días, la editorial angelina Hat & Beard Press está lanzando La bamba: una historia visual, un libro con edición limitada de tres mil ejemplares que recopila las fotos del rodaje de la película tomadas por un joven Merrick Morton, fotógrafo que desde entonces ha trabajado para películas como El gran Lebowsky y El club de la pelea. El libro además incluye textos del periodista del New York Times Carlos Aguilar, una biografía de Ritchie Valens por el crítico de música RJ Smith y entrevistas con los realizadores y el elenco de la película. Por su parte, los editores se sumergieron en un archivo de más de 2500 fotos para dar con una selección íntima e inédita que, según cuentan “ilustran por qué esta sincera exploración de la familia y la cultura sigue siendo tan querida casi 40 años después de su lanzamiento”. En efecto, La bamba sigue siendo una película favorita de la cultura pop y en 2017 se incorporó al Registro Nacional de Cine de la Biblioteca del Congreso.
La radiación en tus manos
Los expertos calculan que para lograr lo que la temeraria Marie Curie hizo por la ciencia, hoy tendría que pasar por una serie de protocolos muy complejos. Pero en ese entonces, claro, aún no se conocían los efectos de la radiación. La cosa es que hasta su muerte, Curie trabajó manipulando elementos radiactivos sin protección alguna y luego transfirió esos rastros a todo lo que tocó, convirtiendo su laboratorio en un epicentro peligroso. En el siglo XX, el lugar se convirtió en un museo que la honra. Y por eso, luego de una gran limpieza inicial, pero también con cada nueva tecnología disponible, ha sido necesario renovar las pruebas para garantizar su seguridad. “Estos rastros históricos de radiactividad son tan importantes porque muestran las condiciones de trabajo de Marie Curie en aquella época. Deben preservarse a toda costa”, afirmó Thomas Beaufils, director del museo de la Universidad de Lille. Así es como, desde 2019 expertos han testeado noventa mil objetos con la angustiante tarea de decidir si pueden ser conservados, si deben enviarse a los residuos nucleares o lo peor: derechamente destruidos. En el camino, claro, descubrieron cosas increíbles ¡Las manos de Marie Curie grabadas con radiación en una mesa! Pero lo más importante: confirmaron que en este momento los rastros son tan débiles que ya se puede considerar un lugar seguro.
Dar el salto
Bautizado en sus tiempos como la gran "meca del skate en Nueva Yok" al paso nivel conocido como Brooklyn Banks peregrinaron patinadores de todo el mundo. Algunas marcas top como Nike se pelearon por filmar ahí sus comerciales e incluso fue el escenario del juego de Tony Hawk que tanto moldeó a la generación playstation. Eso fue antes de que el lugar fuese cerrado, con grandísimo luto de sus seguidores, como parte de un proyecto de rehabilitación del puente que une a Brooklyn con la gran manzana en 2010. Y así permaneció los siguientes quince años. Pero ahora, es el mismo Tony Haw, que tanto disfrutó de aquella plaza, quien ha salido en su defensa. Es que gracias a un proyecto que su fundación The Skatepark Project está financiando, y en conjunto con la reapertura de varios espacios públicos motivados por la post pandemia en Nueva York, el lugar acaba de reabrir con gran expectativa de los fans históricos y los nuevos skaters. “The Banks era un lugar que fomentaba conexiones que trascendían la raza, la clase y la edad. Era un lugar donde podías encontrarte con tu gente y con vos mismo. Era mágico. Necesitamos ese tipo de magia en Nueva York, ahora más que nunca”, dijo un skater veterano que se acercó a la reapertura de aquel parque, que con su arbolado discreto, sus desniveles, escaleras y banquitos, es perfecto para la práctica.
Sexo para qué
Hace tiempo que varios investigadores vienen señalando que la Generación Z –es decir, la nacida entre 1997 y 2012 ya conectada a internet– es menos activa sexualmente. Muchísimo menos que sus antecesoras. Pero por estos días, se viene confirmando realmente a qué nivel ha escalado la situación. Es que según una encuesta del Instituto Kinsey y Lovehoney, uno de cada cuatro adultos de esta generación confiesa no haber tenido nunca relaciones sexuales. Y el 31 por ciento dijo que lo más cerca que han estado de un encuentro sexual es el sexting. Los medios norteamericanos se han llenado de explicaciones de especialistas y de ensayos en primera persona que buscan explicar la situación. Y las razones, aparentemente, podrían ser muchas: adicciones a la tecnología, aumento del estrés, problemas de salud mental y retraso en el desarrollo social por el covid. Algunos comentaristas culpan a la pornografía o a las redes sociales, y otros culpan al feminismo o la diversidad sexual en la conversación pública. Por ejemplo, el vicepresidente de Estados Unidos J. D. Vance acusa a las “childless cat ladies”, o sea, a las mujeres que tienen gatos en vez de hijos, de arruinar el país. Pero muchos dicen que la Generación Z simplemente podría estar redefiniendo lo que significa el sexo para esta gente. “Cuando los adultos jóvenes dicen que no tienen relaciones sexuales, esto no significa que no tengan experiencia sexual; más bien, muchos de ellos parecen estar expresando su sexualidad de una manera diferente, y cada vez más, es a través de una conexión a internet”, escribió el investigador sexual Justin Lehmiller. Por otro lado, la sexualidad como valor omnipresente de autoafirmación y sus diversas posibilidades también tienen sus bemoles. “Si bien ampliar las etiquetas tenía como objetivo ser inclusivo, muchos de mis pacientes de la Generación Z sienten la presión de elegir una desde el principio y quedarse con ella en lugar de explorar realmente quiénes son y qué quieren”, dijo el terapeuta Torri Efron. Hay otra explicación interesante en el orden de la materialidad y la supervivencia: muchos dicen que la Generación Z está posponiendo otras decisiones de la vida como comprar una casa o desarrollar relaciones a largo plazo. Así que uno de los factores que conduce a un menor deseo sexual podría ser simplemente las menores oportunidades económicas.