Como es de público conocimiento, Milei, en un templo evangélico de Chaco, descalificó la justicia social y exaltó el individualismo y la indiferencia ante el sufrimiento ajeno. Rápidamente, la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas elaboró una declaración crítica al desatino presidencial bajo el título “¿No es Moisés…es como el Faraón”. La Pastora Viviana Pinto, que realiza su misión entre sectores populares desde la Iglesia Metodista de Constitución, frente a Plaza Garay, reflexiona en Las12

¿Qué opinión le merece el rotundo documento evangélico?

--Me parece muy buen documento, no por la doble pertenencia que tengo a los espacios que lo suscriben, sino, porque coincido completamente con su contenido que es muy claro y fruto de un consenso muy amplio. Respaldado, además, por nuestro trabajo constante con el pueblo que más sufre y de cuyos dolores se habla en ese texto. 

El lugar donde acciona Pinto aparenta tranquilidad, pero esa que se respira por la mañana deviene, en la noche, en un mal disimulado hormigueo de rufianes, niñas desamparadas, mujeres vulnerables, diversidades sexuales maltratadas, gente hambrienta, adicciones destructivas. No solo no tienen techo, tampoco derechos ni amor.

Agrega la misionera que miembros de la Pastoral Social Evangélica junto con los Curas de la Opción por los Pobres acompañan los reclamos de los jubilados y jubiladas los miércoles poniendo el cuerpo a sabiendas de la durísima realidad que sufren las personas desprotegidas. Ella siente una profunda indignación por las palabras del presidente y con el hecho de que las haya pronunciado en una Iglesia y desde el púlpito. Es completamente indigno.

No se habló -en el encuentro virtual que mantuve con la ministra evangélica- de las características sospechosas del “templo” en el que discurseó y -como de costumbre- escupió odio nuestro peculiar jefe de gobierno nacional.

Esta mujer, desde uno de los barrios más conflictivos de la Capital Federal, coordina una misión donde sobrevuelan miserabilidades catastróficas (frutos de la desregulación de los mercados y la desaparición de derechos, me permito agregar). Se enfrenta con situaciones tremendas. Trabaja con foco en mujeres y diversidades que sufren violencias, situaciones de prostitución y demás, que actualmente está retrocediendo muy mal. Es despertante, “como una guerra en cámara lenta” es su lograda metáfora.

Pinto cuenta con orgullo que la Pastoral Social Evangélica junto con los Curas de la Opción por los Pobres apoyan cada miércoles a lxs jubiladxs. 


Los grupos evangélicos que elaboraron el manifiesto contra los exabruptos presidenciales, ¿han tomado medidas para la difusión y discusión de la ofensa religiosa y ciudadana que representan las palabras y decisiones agresivas de Milei?

--El fin de semana posterior a la ofensa, las Iglesias que seguimos el leccionario común hemos predicado sobre el amor al prójimo desde el texto del Evangelio según Lucas 10:25-37 en el que Jesús pone como ejemplo a un buen hombre, extranjero, que seguramente fue muchas veces discriminando, pero que al ver a alguien que fue despojado y agraviado al costado del camino se compadece, se acerca, lo cura y cuida.

¿Y siguen trabajando sobre ese punto?

--Sí. Nuestra lucha contra la injusticia se está fortaleciendo con el apoyo de otras instituciones evangélicas, de otros credos y de laicos. Cada carta y declaración aporta, de manera respetuosa, más sustento a nuestra identidad cristiana plural, frente a un discurso que en lo personal considero violento, excluyente y absolutamente tergiversador de los valores del Evangelio, como el presidencial.

A continuación, la pastora ofrece más de una docena de citas del Nuevo y del Antiguo Testamento que contradicen de modo ostensible los improperios del presidente. Razones de espacio limitan su reproducción. (Me proveyó tantos testimonios históricos, religiosos y militantes que lamentablemente no tengo espacio para replicarlos). Pero retomo una cita proveniente de ambos testamentos: el judío y el cristiano que, comparados con las diatribas oficialistas, revelan la indigencia conceptual y religiosa del primer mandatario. He aquí el texto de Isaías cuya lectura Jesús hace suya: “El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha ungido para proclamar buenas noticias a los pobres; me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos, a dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos”. Nada que ver, por supuesto, con la libertad de mercado con la que el poder está destruyendo a la Argentina.

La Pastora Viviana Pinto.

Milei se inclina ostensiblemente ante el cristianismo del Papa -al que crítica- y ante el “cristianismo” de un bizarro pastor evangélico que nada tiene que ver con el apostolado auténtico de quienes se enfrentaron simbólicamente contra el jefe de Estado. Quien, de pronto, sin solución de continuidad, pasa de cualquier tipo de cristianismo al misticismo judío de ultraderecha. No obstante, en su accionar y en sus palabras contradice los valores éticos de ambas religiones. Un día le lleva regalos (de dudoso gusto) al Papa y al otro día llora desconsolado en el Muro de los Lamentos.

¿Considera que la pérdida de derechos sociales -ejecutada desde principios del año pasado- empeoró la situación?

--Dramáticamente. Nunca antes, desde que estoy en la actual misión, estuvimos tan mal, hace un año que vemos retrocesos que traspasan el alma. ¡Tantos derechos alcanzados y perdidos! Es tan grande la demanda de abrigo que no damos abasto a pesar de las ayudas no gubernamentales que nos brindan.

¿Qué medidas habría que instrumentar para poder robustecer la asistencia a las víctimas y lograr cambios en sus condiciones de existencia?

--Hay mucho que reconstruir y fortalecer urgente, porque estamos viviendo una realidad que parece una guerra en cámara lenta. No cae una bomba que mata a cien, pero cada día se roba cien años de vida repartidos entre personas que sufren frío, falta de alimentos, de techo, de acceso a la salud, consumo y violencia. Urgen subsidios habitacionales y terminar con los hostigamientos que impiden a las personas una mínima subsistencia. Se está ejerciendo una violencia institucional sin precedentes. Por el momento, personas religiosas y laicas solidarias tratan de suplir necesidades, de que los derechos conquistados no retrocedan, que encuentren un cumplimiento efectivo, que las mujeres y diversidades podamos vivir libres de violencia y que haya recursos reales puestos en juego para cuidar.

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El texto difundido por las principales iglesias evangélicas -enriquecido con el apoyo de subjetividades e instituciones religiosas y laicas con sensibilidad social- alude a Moisés porque Milei, sin el menor respeto, declara que es él. Pero el Moisés bíblico es el profeta que libera a su pueblo de la esclavitud a la que estaba sometido por el Faraón. En consecuencia, el pretendido Moisés libertario es en realidad el Faraón. Pues, en lugar de liberar a su pueblo lo esclaviza, lo despoja, lo agrede. ¿Quién entonces sería el actual Moisés? Cada persona que, como Viviana Pinto, se entrega día y noche (en horas robadas al sueño) para mitigar las necesidades de las personas vulnerables, alimentando cuerpos y almas mientras siembra esperanza y milita por la verdadera liberación, desde el barrio de Constitución.