La cantidad de personas con VIH en las cárceles del Servicio Penitenciario Federal (SPF) es casi siete veces superior a la de la población en general, según un estudio realizado por el Ministerio de Salud en seis prisiones del país, con apoyo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

El estudio de “Prevalencia de VIH, sífilis, hepatitis virales y tuberculosis en personas en contextos de encierro” muestra que el 2,7 por ciento de los internos en unidades del SPF vive con VIH, mientras que en la población general ese índice es del 0,4 por ciento.

Los casos de sífilis llegan al 6,8 por ciento entre los reclusos y el porcentaje entre las mujeres casi duplica al de los varones (11,2 y 6,4, respectivamente); mientras que en la población en general oscilan en torno del 0,7 por ciento.

Además, al momento de la investigación el 0,51 por ciento de los detenidos tenía hepatitis B crónica y el 3,3 hepatitis C, un resultado similar al que arrojan los bancos de sangre a nivel general.

Respecto de la tuberculosis, frente a una tasa de la población general del país de 20 casos cada 100.000 personas, en las unidades del SPF se detectó una incidencia de 29,6, casi un 50 por ciento más.