A una semana de haber sufrido un ACV isquémico, el estado de Alejandra "Locomotora" Oliveras continúa siendo crítico, con pronóstico reservado. Desde el Hospital José María Cullen de Santa Fe, donde está internada la exboxeadora, aseguran que su estado puede cambiar en cualquier momento y que es muy pronto para hablar de plazos de recuperación y posibles secuelas.
El estado de salud de Alejandra "Locomotora" Oliveras
“Alejandra Oliveras se encuentra estable clínicamente con evaluaciones neurológicas permanentes y el monitoreo permanente de lo neurológico. Después, todos los otros parámetros de la presión, de cuestiones vinculadas a lo clínico, se encuentran estables. Pero lo trascendental son las evaluaciones neurológicas permanentes que se van haciendo”, declaró Bruno Moroni, director del hospital, a los medios allí presentes.
El doctor advirtió que la estabilidad no necesariamente es signo de algo positivo, sino que "significa que mantiene parámetros que son controlados y que hay que evaluar permanentemente cómo va evolucionando".
"Permanentemente surgen modificaciones y con base a eso se toman decisiones", agregó Moroni, que ante la consulta de una periodista, aseguró que "la situación es muy dinámica" y que el estado de la paciente podría cambiar en 15 minutos.
Moroni aseguró que "no hay un tiempo de evolución estimado", sino que "a cada paciente hay que evaluarlo personalmente e ir viendo la respuesta que va teniendo”. En esa línea, añadió que es muy temprano para hablar de posibles secuelas. "Sigue siendo una paciente crítica con pronóstico reservado", advirtió.
¿Qué es un ACV isquémico?
El ACV isquémico se produce cuando el flujo sanguíneo se interrumpe o se reduce drásticamente, impidiendo que el tejido cerebral reciba suficiente oxígeno y nutrientes. Los síntomas más comunes son:
- Entumecimiento o debilidad repentina de la cara, brazo o pierna (especialmente en un lado del cuerpo).
- Confusión repentina, dificultad para hablar o entender el lenguaje.
- Dificultad repentina para ver con uno o ambos ojos.
- Problemas repentinos para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación.
- Dolor de cabeza severo repentino sin causa conocida.
Los profesionales que tratan a Oliveras evitaron asociar directamente el ACV con su carrera deportiva: “Lo único que constatamos fue la obstrucción de una arteria, que hizo que no le puede llegar el flujo sanguíneo”.
Cada año, cerca de 15 millones de personas sufren un ACV en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De ese total, cinco millones fallecen y más de cuatro millones quedan con secuelas permanentes, lo que convierte al ACV en la primera causa de discapacidad y en la cuarta de muerte a nivel global. En Argentina, se registra un caso cada 9 minutos —alrededor de 126.000 por año— y representa la principal causa de discapacidad permanente en personas adultas.