El consumo no repunta y la situación enciende alarmas entre los comerciantes de la ciudad. Desde el Centro Unión Almaceneros de Rosario advirtieron sobre la baja en las ventas y las dificultades que representa para el sector a la hora de afrontar los gastos fijos como la luz y el alquiler. “En la medida en que no haya aumentos en el ingreso de los trabajadores y jubilados, difícilmente la situación cambie”, reflexionó Juan Milito, referente de la organización. Los supermercadistas también alertan sobre las consecuencias del “amesetamiento” del consumo. “Estamos preocupados porque se empieza a afectar la rentabilidad”, expresó Sergio Cassinerio, titular de la Cámara de Supermercados y Autoservicios de Rosario (Casar). “La realidad marca que hay que aplicar una ingeniería muy precisa para tener una especie de supervivencia”, añadió.
La semana pasada el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Indec) informó un crecimiento interanual del 6,1% en las ventas de los supermercados durante el mes de mayo, que quedó matizada con la baja del 1,2% en comparación con abril. En las ventas promedios por habitantes, la provincia de Santa Fe se ubicó en la mitad del ránking con 28.391 pesos por habitante. El número marca una actividad comercial que quedó muy por debajo del promedio nacional, que se ubicó en 41.864 pesos por habitante. Según el informe, el medio de pago más utilizado en todo el país fueron las tarjetas de crédito (45,6%).
Las estadísticas se reflejan en la realidad de los comercios rosarinos. Según Milito, desde la asunción del gobierno de Javier Milei los almacenes registran una baja en los niveles de consumo que se fue acentuando en los últimos meses. “Estamos llegando a condiciones muy preocupantes para el sector, porque vemos que la gente achica los tickets de compra y cada vez se hace más temprano el fin de mes. A partir del día veinte bajan mucho las ventas sin importar los sectores geográficos, es algo que está pasando en todos lados”, describió en diálogo con Rosario/12.
Para los comerciantes, el contexto repercute a la hora de hacer frente a los costos fijos. “Desde la gestión de Milei las ventas se achicaron, pero los gastos fijos no bajan. Eso se siente sobre todo en el alquiler o la energía eléctrica, que tuvieron costos que no son acordes a nuestro nivel de ventas”, expresó y agregó: “Eso hace que los comercios estén resintiéndose día a día y muchos toman la decisión de no seguir porque no ven un panorama que, a corto plazo, permita recuperarse. En la medida en que no haya aumentos en el ingreso de los trabajadores y jubilados, difícilmente la situación cambie”.
Para el referente de los almaceneros rosarinos, esa situación tiende al “colapso” de muchos comercios de cercanía en la ciudad. Algo similar notan en los clientes, con un aumento notorio en las compras con tarjetas de créditos: “Vemos que muchas personas se están endeudando de esa manera y es algo que tiene un recorrido muy corto. Cada vez más se paga con tarjeta de crédito y es un último recurso que usa la gente como herramienta para comer”.
En los supermercados
Para los supermercadistas de Rosario, el panorama también enciende algunas alarmas vinculadas al bajo nivel de ventas. Según Cassinerio, el consumo se encuentra “amesetado” desde hace meses. “Antes veíamos que se daban algunos aumentos estacionales, entonces había cosas que por ahí se consumían un poco más. Hoy eso no se ve más. Hay un consumo que es el mismo, que está planchado porque la gente cuida más sus ingresos”, explicó el referente de Casar a Rosario/12.
La situación también genera cambios marcados en las modalidades de consumo. “Se compra para el corto plazo, ya no se compra para tener en la casa. Y notamos que la gente no tiene ningún problema en dejar de consumir marcas que consumieron toda la vida y pasarse a una más barata”, manifestó y agregó: “Hay ciertos productos que han salido del radar del consumo, como el caso de enlatados o conservas, que empiezan a tener menos lugar en las góndolas. Las gaseosas también bajaron muchísimos sus ventas, porque si no hay plata la gente lo reemplaza directamente con agua, que además es más saludable”.
Ante ese escenario, el sector empieza a advertir algunas señales de alerta por un repunte que nunca llega. “Estamos preocupados porque se empieza a afectar la rentabilidad, porque en el medio de eso también tenemos que la luz aumentó más del doble en un año, al igual que el gas o el agua”, evaluó. “Esto también lo observan los grandes comercios como Carrefour, que inició un proceso de venta. Lo mismo con Makro, que ya vendió su posición a otra empresa. Los grandes, cuando ven que la rentabilidad se empieza a comprometer, lo primero que buscan es salirse. Eso está pasando”, añadió.
Como contrapartida de eso, Cassinerio remarcó que los supermercados locales y regionales se las ingenian para subsistir ante los contextos desfavorables: “La mayoría de los que estamos en la Cámara de Supermercados de Rosario somos empresas familiares de toda la vida. Lamentablemente estamos un poco acostumbrados a remar en dulce de leche. La realidad marca que hay que aplicar una ingeniería muy precisa para tener una especie de supervivencia”.