¿Qué pasaría si fuera la selección de Messi la que jugara una semifinal de Copa América? ¿Qué cobertura tendría la prensa, qué espacio en noticieros y redes sociales? El lunes, la selección femenina disputó una semifinal vibrante contra Colombia en Ecuador, con un juego sólido ante una de las potencias de la región. Hoy definirá el tercer puesto, con chances de clasificar a los Juegos Olímpicos. Sin embargo, el torneo avanza casi en silencio.

Mientras en Europa la Eurocopa femenina rompió récords de asistencia, más de 623.000 personas en los estadios antes de la final y millones siguiendo cada partido por TV abierta, en Latinoamérica las jugadoras reclaman por condiciones básicas: la venta de entradas se habilitó recién una semana antes del inicio, la primera fase se jugó sin VAR y las selecciones tuvieron que entrar en calor en salas cerradas de 20 m² con olor a pintura.

“Seguimos diciendo que hay gente que todavía no está enterada de que estamos jugando una Copa América”, dijo Florencia Bonsegundo, referente de la selección, en una entrevista con FutFemGol, único medio argentino que viajó a cubrir el torneo. La chilena Yanara Aedo, tras el 2-1 de Argentina, fue crítica con la CONMEBOL ,ya que la falta de VAR impidió que se revisaran dos jugadas: “Es una falta de respeto gigante y una verguenza que no haya VAR. Una Copa América de mujeres debe ser igual que para los hombres”, dijo en una entrevista después del partido.

Bettina Soriano, jugadora de Belgrano de Córdoba, tuvo que pedir permiso en su trabajo para participar del torneo.


 Un retroceso político y mediático

El contraste con el Mundial Femenino 2023 es muy notorio, en nuestro país: afiches, transmisiones abiertas, campañas oficiales y una narrativa que impulsaba el crecimiento del fútbol femenino en todo el país. Hoy, con el vaciamiento de políticas públicas y la retirada de sponsors estatales como YPF, los partidos dejaron de emitirse por la TV Pública y sólo se transmiten por DirecTV, por lo que seguirla requiere de mucho esfuerzo por parte del público.

“El tratamiento de la disciplina en los medios no escapa a la crisis de los medios tradicionales: hay pocos recursos, pocos espacios, y ya no están los medios públicos como antes, cuando podías ver los partidos. Hoy depende de la voluntad de los clubes o de los dos partidos que transmite TNT”, señala Romina Sacher, periodista y conductora de El Manual del Fútbol Femenino, el primer videopodcast argentino que sistematiza la historia, la evolución y los desafíos del fútbol jugado por mujeres.

Para Mónica Santino, entrenadora de La Nuestra Fútbol Feminista, la invisibilización actual es consecuencia directa de un clima político adverso: “Después del avance del fútbol de mujeres de la mano de los feminismos post Ni Una Menos, estamos atravesando un tiempo en el que fuimos señaladas como enemigas. Se apagó la visibilidad, aunque la práctica no dejó de crecer. Hay avances de los cuales no vamos a retroceder, pero hoy los recursos son mucho más escasos”.

La brecha con el masculino es abismal, no solo por las condiciones en las que muchas jugadoras llegan al mundial, algunas teniendo que pedir licencias en su trabajo uno de los casos que se visibilizó durante este torneo es el de Bettina Soriano, jugadora de Belgrano de Córdoba, que es policía, tuvo que pedir permiso para participar del torneo: “Me encantaría dedicarme al fútbol”, lamenta durante una entrevista.

Una pionera: Mónica Santino con sus chicas en la 31.

Ni sponsors ni difusión ni nada

Además de la poca difusión, el premio para la selección campeona de esta Copa América será de 1,5 millones de dólares: catorce millones menos de lo que recibió Argentina por ganar la Copa América 2024 masculina. Se trata de un círculo vicioso: sin inversión ni difusión, el interés público no crece; sin interés, no llegan sponsors ni recursos; sin recursos, la profesionalización sigue siendo una promesa incumplida. Romina Sacher subraya que detrás del masculino “hay una promoción aceitada de un negocio que va más allá del partido. En el femenino, muchas veces se juega en canchas auxiliares sin condiciones para una transmisión de calidad”.

Marta, histórica jugadora brasileña que fue elegida en seis oportunidades como mejor jugadora del mundo, fue clara: “Si exigen un alto nivel de nosotras, también tenemos derecho a exigir un alto nivel de organización. Me entristecen estas situaciones”. El argumento de la Conmebol era que, como se juegan dos partidos al día sobre la misma cancha, el desgaste del césped durante el calentamiento sería demasiado. Tras las quejas de las jugadoras, que se volvieron vitales, los organizadores cambiaron esta disposición.

Un informe global realizado por Nielsen Sports y PepsiCo , titulado “Undervalued to Unstoppable” (de infravalorado a imparable) proyecta que, para 2030, el fútbol femenino será la quinta disciplina más popular del mundo, con más de 800 millones de aficionados. Sin embargo, solo una mínima parte de la inversión publicitaria y de transmisión se destina a este deporte. El contraste con la realidad sudamericana es brutal: no faltan jugadoras, ni hinchas, ni talento. Faltan decisión política y recursos para que esas niñas que hoy entrenan en potreros puedan imaginar un futuro profesional en igualdad de condiciones.

En España, mientras tanto, se instalaron 80 pantallas gigantes para ver la final de la Eurocopa. La comparación, es injusta, porque las condiciones no son las mismas ni para las jugadoras, ni para los cuerpos técnicos, sin embargo es necesario hacernos la pregunta de ¿por qué es tan abismal la diferencia, cuando en nuestra región el fútbol femenino también arrasa?, ¿cuáles son las decisiones políticas que no se están tomando para que esa brecha, empiece a achicarse? ¿Será que no la estan viendo, o que no la quieren ver? 

“Para mí es la generación de las nenas que ahora tienen 10, 11 años, que van a ser las que rompan con esa regla que parece establecida, con ese techo de cristal. Desde la competencia hasta el consumo”, reflexiona Romina para quien es necesario también dar cuenta de la historia del futbol femenino, recordar que hoy estamos donde estamos por jugadoras como Betty por ejemplo. El impacto de las luchas colectivas es tan importante como invisible para las nuevas generaciones. Una jugadora de 15 o 16 años tal vez no entiende por qué hoy puede jugar sin que nadie le diga que no, comprarse el botín que quiere o elegir cómo poner su apellido en la camiseta. Si no se toma dimensión de que esas decisiones existen gracias a luchas colectivas, estamos perdidos. Recuperamos esas luchas y discusiones que se dieron en la calle y en los espacios donde se deciden las leyes, porque hay una respuesta directa en la cancha.”

El 21 de agosto se celebra en Argentina el Día de la Futbolista, una conquista lograda gracias a la lucha de jugadoras y activistas feministas. Foto: Jose Nico. 


Sin políticas públicas, con redes comunitarias


Frente a la escasa cobertura de los grandes medios, comunidades y clubes feministas sostienen el deporte desde abajo. Santino cuenta que para esta copa lo cuenta con claridad: El lugar que tenemos en las redes barriales y clubes feministas sigue siendo el de la resistencia. La visibilidad depende de compañeras con sitios propios, como Romina Sacher o FutFemGol. En Argentina organizamos pantallas comunitarias en clubes para ver los partidos.

La Nuestra sigue entrenando en la Villa 31 con muchísimas dificultades, pero convencidas de que no podemos regalar ni uno solo de esos espacios conquistados

”. Mónica Santino relata cómo tejieron redes para poder ver los partidos de esta Copa América, se organizaron con algunos clubes de barrio para poner pantallas. En el Club Oeste de Caballito, donde estuvieron familias de jugadoras, y en el Club Olimpia de Lomas de Zamora: “gracias a la gestión de Marina Lessig, vicepresidenta de la Unión Nacional de Clubes de Barrio. Son clubes que, pese a la crisis, siguen abiertos gracias a socios y socias que luchan por el deporte como un derecho, no como un negocio”.

Frente a la falta de políticas públicas, Santino resume: “El lugar que tenemos en estas redes, en estos espacios barriales y clubes feministas, es el de la resistencia. Nuestros cuerpos son los que garantizan que esa convicción política siga viva. En La Nuestra sostenemos el espacio con entrenadoras pluriempleadas y jugadoras que también tienen que hacer malabares. Pero no queremos dar ni un solo paso atrás. Ahora más que nunca. Porque entendemos que esos espacios dedicados al goce, al encuentro, a la alegría de jugar con otras, también son resistencia. El fútbol para nosotras es todo eso. Y por eso creemos que tenemos que jugar más que nunca”

El 21 de agosto se celebra en Argentina el Día de la Futbolista, una conquista lograda gracias a la lucha de jugadoras y activistas feministas. La fecha recuerda a la selección argentina que en 1971 goleó 4 a 1 a Inglaterra en el Estadio Azteca, un hito invisibilizado durante décadas. Santino insiste en que sostener estas efemérides es parte de la resistencia: “Celebrar y encontrarnos es una forma de conservar la visibilidad. Ese día homenajeamos a las que jugaron antes y abrimos camino para las que vendrán”. Mientras se prepara el viaje a Corrientes al Encuentro Plurinacional para noviembre, recalca que la memoria también se defiende dentro de la cancha.