Puedo escribir sobre mi ayer y pensar(me) en el hoy. La memoria vuelve a mí cuando algo cercano me la trae. He visto en forma reservada una película que intenta ser lejana, la de otro Pablo que se desenvuelve hoy, pero que en sus entrañas tiene la historia secreta de mi memoria. “La mujer de la fila”, película que se estrenará pronto, nos invocará a lo mismo: entrar en lo desconocido pero que nos atraviesa en lo cotidiano. Podrá ir nuestra madre corriendo a visitarnos a la cárcel pensando en que cometimos un error, o tal vez, podrá correr sin pensar en lo que hicimos. Recordé estando en la cárcel, en la Unidad 9 de la ciudad de La Plata, cómo impactaban en mi sus visitas de cada domingo. No pensé lo que podía ser la requisa a la que era sometida para llegar a verme, y tampoco reflexionaba su verdadero dolor por estar yo ahí ¿Qué hacía cuando salía de ahí? Pensar qué haría mi madre en la calle, en el barrio, pisando sus veredas, con su vida cotidiana. La mujer de la fila fue mi madre esperando verme, y yo esperándola para verla. Nunca hablé con ella sobre las visitas y ese mundo. Hoy, mirando la película tengo la fantasía de pedirle perdón por su coraje de madre, de mártir que aguantó mi vida. Sí, mi vida. Pienso que los pibes o jóvenes que hoy están en la cárcel puedan ver esta pieza cinematográfica, como también a quienes no tiñe esta historia estando afuera en “libertad”, porque tal vez, en la mirada de la película veamos a Andrea, como a nuestra propia madre. Veamos a la persona que nos da de comer, nos abraza por las noches para no tener frío; quien nos dice que volvamos temprano por las noches. La mía fue durante cinco años a verme a la cárcel, y guardamos silencio sobre sus visitas, sus requisas, y su larga espera en la fila. Perdón, ella ya no está. Se me fue, y hoy después de participar en esta película, quisiera decirle gracias.

Hice este poema en la cárcel:

Domingo.

La visita es una larga hilera

de vida.

Distintas edades.

La requisa. Un sacarse todo

Para mostrar la piel.

La espera. Hasta que lo traen.

Me traen

Urgente los guardias

Locutorio. Un vidrio

Cuantas tentaciones

Una mirada limpia

Minutos y palabras. Apuradas y miles.

Listo

Final y basta.

Te veo. Te vas.

Adiós. Mama te amo

Hasta el domingo.

Pablo Díaz es sobreviviente de La Noche de los Lápices.