Por “esterilización” se entiende el retiro de pesos sobrantes por parte de la autoridad monetaria. No es una decisión de los privados, sino del gobierno libertario y su equipo económico, los JP Morganitos, quienes creen saber cuántos pesos necesita la economía, como en esos juegos de la tele que había que acertar el número de confites en un frasco. 

Milei no ve en esto arrogancia alguna, ni se autoexige saber las “decisiones intertemporales de todos los agentes”. Se arremanga el saco austríaco para meter las dos manos, hasta en la metodología. Inventaron la “base monetaria ampliada” para incluir las LeFi, y se puso como regla que no podía ser mayor a la que hubo en un día del calendario gregoriano, el 30 de abril de 2024 de Nuestro Señor, es decir 47,7 billones de pesos. Cuesta ver esto como un apretón monetario, más bien es como comprarse ropa tres talles más grandes y en vez de hacer dieta, esperar a que se encoja con los sucesivos lavados mientras se va engordando hasta que calcen.

Ese era el plan. Llegado a ese punto se sacaría el cepo. Llevaría años. Milei suele aclarar que para el desarrollo debemos esperar 50 años, es tántrico el hombre. Pero con el cepo fue precoz. Lo sacó antes de tiempo. Claro que fue parcial, solo para las personas. En un mes y medio se evaporó casi la mitad del préstamo del FMI. En junio las personas compraron 4.328 millones de dólares, de los cuales la mitad fueron en billetes, mismo monto del desembolso a destrabar, a pesar de no haber cumplido la meta de reservas.

Para cumplir su regla autoimpuesta, tuvieron que migrar de golpe las LeFi, pensando que el excedente de liquidez iría a créditos. Pero los Reyes Magos no existen, y el punto Anker tampoco. Los préstamos pierden dinamismo por las tasas altas, en junio las tarjetas cayeron -2,6% mensual nominal.

Quirno dijo "nuestro mandato es claro, no queremos que sobren pesos excedentes en el mercado". "No vamos a liberar liquidez para que bajen las tasas”. Pobres los bancos que se toparon con la firme determinación del gobierno y tuvieron que irse con las manos llenas de tasa. Si en la última licitación de LeFi, la TNA había sido 29%, a los 15 días fue 55% en las Lecaps, y a los otros 15, 65%.

Así y todo, renovaron sólo 9 billones de los 12 que vencían. Ahora el gobierno ya no dice que irían a créditos, sino a la suba de encajes, una suerte de “punto encaje”. Pasaron del relato expansivo al contractivo. Pero volvieron a ir al dólar, cuyo precio en un día subió lo mismo que la tasa más alta de las Lecaps. Cada 15 días debe pagar tasas cada vez más altas, empeorando el déficit financiero. La esterilización es para que algo no se reproduzca, pero han creado una la bola de Lecaps. El mes que viene vencen 38 billones.

La esterilización sería más prolija si la hiciera el BCRA. Que el programa monetario haya mutado a un manejo de agregados monetarios, algo que el mundo abandonó hace medio siglo, vaya y pase. Lo delirante es pretender hacerlo desde la Secretaría de Finanzas.