La 14ª Crack Bang Boom está a días de celebrar su ritual, del 14 al 17 de agosto, en el CEC como sede habitual. A partir del trabajo mancomunado entre el estado municipal y el equipo que lidera el artista Eduardo Risso, Crack Bang Boom se ha situado como el festival internacional de historieta más importante del país. “La Crack” es el momento más esperado por lectores, editores, dibujantes; con días nutridos de talleres, paneles, libros, muestras y más, por delante. “Después de 14 ediciones, creo que logramos algo fundamental: construir un espacio de referencia para la historieta en Argentina y Latinoamérica. No sólo como un evento de entretenimiento, sino como un punto de encuentro donde artistas, editores y fans, dialogan, aprenden y crean redes”, comenta Eduardo Santillán Marcus, miembro organizador, a Rosario/12.
“Concretamente, logramos que se visibilice el talento local e internacional: Rosario se convirtió en un nodo clave para que artistas emergentes y consagrados muestren su trabajo. Hemos fomentado la industria de la historieta con talleres, charlas con editoriales y espacios de venta directa, que ayudaron a profesionalizar el sector. La Crack ya es un clásico, pero no queremos que sea sólo tradición: aspiramos a que siga siendo un motor de innovación para la cultura gráfica”, continúa el histórico organizador.
Por su parte, Mariano Abrach -organizador y director del sello Multiversal- agrega que “la mayor parte de las editoriales y autores preparan lo que van a presentar pensando especialmente en Crack Bang Boom. La Crack cumplió el objetivo planteado por Eduardo Risso desde un inicio, ser parte del resurgimiento de la edición de historietas de nuestro país. Hoy hay más editoriales que años atrás, aun cuando el devenir sea complicado. Por eso mismo, es fundamental sostener a Crack Bang Boom, porque no hay un evento del mismo calibre, que esté dedicado predominantemente a la historieta”.
-¿Cuál es el escenario actual de la historieta?
Eduardo Santillán Marcus: -La historieta vive un momento dual. Por un lado, hay un boom de consumo gracias a las adaptaciones al cine y las plataformas, pero por otro, los autores independientes y locales enfrentan desafíos grandes, como la competencia con otros medios, la distribución limitada y la situación económica del país. Sin embargo, hay una escena vibrante y autogestiva, tanto en Argentina como en toda Latinoamérica. Ferias y editoriales alternativas están rescatando narrativas locales; y el comic digital crece, aunque falte infraestructura para que sea rentable. Y como nunca antes, la historieta está funcionando como herramienta social, ya que se usa en educación, activismo y periodismo gráfico. Crack Bang Boom es un puente entre lo underground y lo masivo. Da visibilidad a artistas que no encajan en los circuitos comerciales tradicionales, y funciona como termómetro, ya que lo que se ve en la Crack en cuanto a estilos y temáticas, muchas veces anticipa tendencias. Es un espacio de resistencia que mantiene viva la cultura de la historieta nacional.
Mariano Abrach: -Creo que Crack Bang Boom ayudó a la formación y acompañamiento de nuevos talentos, muchos consiguieron trabajo a nivel internacional y eso potenció sus carreras, gracias a la posibilidad de estar en contacto con invitados internacionales, autores y editores. Pero poder vivir de la historieta es muy difícil, sigue siendo acotado, y está más vinculado a la producción para el extranjero. El autor que vive de la ilustración, por ahí está vinculado también a otras áreas del sector editorial; y en el caso de la gestión editorial, es difícil sin la asistencia de subsidios y aportes externos.
Santillán Marcus: -Falta un mayor apoyo estatal, en cuanto a becas y subsidios, para profesionalizar el oficio. La historieta es un arte viable, pero no siempre sostenible económicamente si no se trabaja en red. Ahí es donde la Crack marca la diferencia: no solo exhibe talento, sino que ayuda a construir caminos para que ese talento perdure.
Abrach: -A mi entender, el escenario es de una exitosa supervivencia, si se aprovechan eventos como éste, los medios tecnológicos y la impresión on demand, que permite tiradas de baja cantidad a un costo accesible. Además, la publicación digital permite la circulación a bajo costo o casi cero. La creatividad y la imaginación siguen activos, y son todavía más necesarios en estos contextos adversos.
-A propósito, ¿qué permite la participación del estado municipal?
Santillán Marcus: -La participación de la Secretaría de Cultura y Educación es fundamental. Con su apoyo se reconoce a la historieta como patrimonio artístico local y no solo como entretenimiento, lo que da al evento legitimidad cultural. Además, facilita espacios públicos -el Galpón 11, el Centro de Expresiones Contemporáneas, Puerto Joven-, seguridad, y permisos que hacen posible que la Crack sea un evento masivo y accesible. Sin este respaldo, tendríamos que reducir su escala o trasladar costos al público, lo que iría contra su esencia inclusiva.
Abrach: -La participación del estado es ya una sociedad establecida y por convenio a largo plazo, lo que permite planificar con más certezas de un año al otro. La participación público-privada habilita también a que otros aportantes privados o sponsors posibiliten algún espacio o invitado, como la presencia de David Lloyd, gracias al programa Cultura Circular del British Council.
Santillán Marcus: -La Crack es también un esfuerzo colectivo. Los artistas y editores independientes son el corazón del evento; muchos viajan desde otras provincias o países, incluso con recursos limitados. Tenemos voluntarios y voluntarias, que son estudiantes, fans y profesionales, que colaboran en asuntos de organización, montaje y atención al público. Hay sponsors y marcas locales, que van desde comiquerías hasta empresas de impresión, que apoyan con stands, premios o materiales. Hay medios y difusores del evento que amplifican el alcance. Y sobre todo está el público: rosarinos y visitantes que sostienen este festival con su asistencia fiel año tras año. Cada edición prueba que la cultura se hace entre todos y todas.
De lo mucho que la Crack prepara, Santillán Marcus destaca: “Tendremos desde talleres para las nuevas generaciones hasta la presencia de gigantes como David Lloyd -co-creador de V de Vendetta-, quien no sólo revoluciona el debate sobre cómics digitales sino que revisará carpetas de artistas emergentes, en un gesto raro en convenciones latinoamericanas. Estará también el mítico Atsushi Kaneko, cuyo estilo visceral redefine los límites del manga alternativo. Participarán tres editores internacionales: Frédéric Toutlemonde, Thomas Dassance y R.G. Llarena, que cazarán talentos en sesiones íntimas con los artistas que deseen mostrar sus trabajos. El público descubrirá los nuevos lanzamientos editoriales y las muestras son ventanas a la historia viva del medio: la avant premiere de Épico -con obras originales de Robin Wood y sus colaboradores- dialoga con el arte de Paula Andrade, el de Martín Coccolo o el de Rafael Albuquerque, y hasta con la icónica colección de Batimóviles. Pero lo que define a esta edición es su energía única: las conversaciones sinceras sobre los desafíos de la creación independiente contrastan con la celebración colectiva de los Premios Trillo, donde miles de asistentes confirman que la Crack no es solo un evento, sino el corazón palpitante de una escena que honra sus raíces mientras abraza la innovación global”.
El grupo organizador de Crack Bang Boom incluye los nombres de David Alabarcez, Guillermo Calichio, Daniela Copello, Germán Peralta, Kristian Rossi, Nicolás Risso, Tomás Risso, Juan Ángel Szama y Franco Zacarías.
Más información en crackbangboom.com.ar