La serie En el barro, spin-off de El Marginal, llegó este año a Netflix con un nuevo enfoque: una cárcel de mujeres como escenario central. En diálogo con la 750, su guionista, Omar Quiroga, repasó el proceso creativo y reveló detalles de la producción, marcada por la construcción de un espacio narrativo propio y por la intensidad de las actuaciones.
“Lo que más me motiva de la serie es el vínculo que se genera entre los personajes”, contó Quiroga, y destacó que el gran desafío fue pasar “de haber hecho El Marginal a un universo donde prevalece la figura femenina”.
El escritor reconoció que nunca entró a un penal argentino, ni siquiera mientras trabajaba en El Marginal. “Lo cual parece un fallo o un defecto, pero la realidad es que me sobró muchísima información”, señaló. “Tuvimos un colaborador de lujo que fue Roberto Palacios, que conoce, y además muchos videos y mensajes de chicas que están en la cárcel y así supimos cómo viven”.
Al recordar su desembarco en El Marginal, Quiroga explicó: “Yo empecé a trabajar a partir de la temporada 3, y lo primero que percibí es que la serie no estaba contando lo que sucede en las cárceles, sino el imaginario que todos los que estamos afuera tenemos sobre lo que pasa adentro”.
Sobre el trabajo de las actrices, fue contundente: “Es impresionante el trabajo de las más expuestas. Hacer esos roles donde hay una especie de exposición enorme, desde los vínculos amorosos con el mismo sexo y desde ya los desnudos. Y, por lo menos, la mitad lo hicieron en pleno invierno”.
La ficción, que muestra una cárcel como personaje en sí mismo, requirió un gran despliegue de producción. “La cárcel se hizo desde cero. Son muy pocas las oportunidades que uno tiene de trabajar en decorados así”, valoró.
En cuanto a lo que significa escribir para una plataforma global como Netflix, Quiroga describió: “Esto es una gran fauna y los criterios varían de empresa en empresa. Nosotros trabajamos con el guión y el libro está al servicio de la gente que viene a trabajar. Pero cuando comienza la producción, la adecuación es tan grande que seguimos trabajando el libro para que quepa en los estándares de producción que podemos pagar”.
Más allá de los ajustes técnicos, sostuvo que la prioridad sigue siendo lo narrativo: “Nosotros solo pensamos en el drama, en que funcione la escena. Si vas a cambiar la locación, que funcione igual”.
Por último, dejó una confirmación para los fanáticos: “Hay una segunda temporada ya hecha”.