El gobierno de Javier Milei avanza en conversaciones para obtener apoyo financiero del Tesoro de Estados Unidos, a propuesta del secretario de esa repartición, Scott Bessent, tras el acuerdo con el FMI en abril de este año. El funcionario comunicó que Estados Unidos podría dar un crédito especial a Argentina si se produjese un “shock externo, para que el país pudiera continuar con las reformas”.
El endeudamiento en dólares ordenado por Estados Unidos, asignado por el FMI y tomado por Milei y el ex jefe de Trading para América Latina de JP Morgan Luis Caputo somete el presente y futuro de la mayor parte de la sociedad argentina en cuanto a sus recursos naturales, estructuras productiva y social, niveles de empleo y salarios.
Facundo Gómez Minujin, CEO de JP Morgan en Argentina y presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham), sostiene “recomendaciones” de reformas estructurales desnacionalizadoras alineadas con las de Trump y el FMI.
Los “mercados” aguardan expectantes las elecciones de medio término y juegan para Milei, como lo hizo saber el próximo embajador estadounidense en Argentina, Peter Lamelas, quien busca asegurar la injusta prisión para Cristina Kirchner (“que reciba la justicia que bien merece”): “Debemos seguir apoyando la presidencia de Milei durante las elecciones de mitad de mandato y durante el próximo mandato para poder construir una mejor relación entre nuestros dos países”.
El 20 de agosto, junto al ministro de Defensa, Luis Petri, el jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, Alvin Holsey, advirtió que China es una “amenaza para los pueblos”. Representa a la nación que arrojó dos bombas atómicas hace 80 años, una sobre Hiroshima, el 6 de agosto de 1945, y otra en Nagasaki, el 9 del mismo mes. La lista de su “defensa” de los pueblos es muy vasta.
Tal como se ha reflejado en diversos artículos en este medio, el modelo de Milei disminuye salarios y jubilaciones, frena la actividad y genera desocupación y pobreza, aunque el Indec no lo registra adecuadamente y quizá por eso “renunciaron dos funcionarios clave encargados de medir la inflación y las condiciones de vida”.
Argentina no necesita más endeudamiento para continuar el carry trade ni hipotecar sus recursos naturales, requiere cambiar de modelo. El shock que padece Argentina no es exógeno, es endógeno, es la propia lógica del modelo lo que genera la crisis y las devaluaciones.
La cuarta devaluación
Tal como ocurrió en abril, el tipo de cambio sufrió algunas oscilaciones, pero lejos del pronóstico presidencial, no se estabilizó en torno al entonces piso de la banda (1.000 pesos) sino de la media (1.200 pesos), como puede observarse en el gráfico. Luego, comenzó una tendencia ascendente hacia la banda superior.
El crecimiento de las reservas brutas en abril se debió al nuevo endeudamiento con el FMI (12.000 millones de dólares), y contabilizando el último desembolso del organismo (2.000 de dólares), las netas continúan en el terreno negativo en torno a 6.000 millones. A pesar de la disminución de las retenciones a la soja y otros cultivos, no se esperan grandes liquidaciones. El blanqueo ya pasó. El levantamiento del cepo para personas físicas “es un monstruo grande y pisa fuerte” y el FMI lo reclama para las personas jurídicas.
Respecto al pronóstico del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), “puede fallar”, tal como advertía Tusam. Suele ocurrir: para julio se esperaba un tipo de cambio de 1.207 pesos, mientras que el promedio del mayorista fue de 1267 pesos, sin contar que la última jornada de ese mes ascendió a 1351 pesos.
Por estos motivos, nada mejor que un análisis fundamental: las reservas están estancadas y el tipo de cambio tiende a incrementarse.
Antes del salto de julio, para “calmar” al dólar, se potenció el carry trade mediante una duplicación de tasas en pesos respecto al nivel anterior. Pero la estabilización cambiaria mediante este dispositivo es tasa para hoy, deva para mañana porque, aunque a la deva la vistan de tasa, deva queda. Recordemos que J.P. Morgan recomendó desarmar posiciones en pesos y dolarizarse ¿Por qué se modificaría esta lógica?
A pesar de las medidas para fortalecer la sequía de pesos en circulación y, de este modo, que el dinero local no pueda cambiarse por dólares, los pequeños ahorristas continúan comprando billetes verdes de manera defensiva. La intervención del Tesoro para que no intervenga el BCRA (¿cuál es la diferencia sustancial?), alcanzará apenas para mitigar los dolores del parto.
Y, debido a que el carry trade siempre es transitorio y culmina en la compra de dólares, los campeones caputonenses picarán en punta.
La quinta
Ante la certeza de un incremento del tipo de cambio, en octubre se acelerará la dolarización de carteras. Si la cotización del dólar oficial llegara a la banda superior en octubre --en torno a los 1500 pesos-- como todo parece indicar, el BCRA deberá vender reservas para que no la supere. Así, habrá menos dólares y la nueva devaluación será inevitable.
Por esto, Ricardo Roa se preguntó en el diario de mayor tirada nacional el 3 de agosto: “¿Y si después del deme dos en Miami, nos toca otra vez el deme medio en Mar de Ajó?”.
En síntesis, la cuarta devaluación de Milei está incubándose, el tipo de cambio marchará hacia el techo de la banda en octubre y la quinta tiene su horizonte temporal luego de las elecciones nacionales del 26 del mismo mes.
Por último, solo resta dejar en claro que este escenario no es pesimista, porque no contempla un “shock exógeno” derivado de las tensiones geopolíticas en el plano internacional, que no podría ser llamado “cisne negro”.
* Economista UBA-UNDAV.
@Pablo_Ferrari77