El gobierno de Javier Milei debutó con una megadevaluación que duplicó el dólar oficial de 367 a 800 pesos, valorizando en cerca de 3,5 billones los 35,9 millones de toneladas de granos sin precio fijado. El beneficio, concentrado en grandes exportadoras y productores con capacidad de retener cosecha, se evaporó con la inflación y las minidevaluaciones. 

A mediados de 2024, el tipo de cambio real había perdido el 79% del poder ganado: así lo señala el informe “Análisis de las políticas económicas agropecuarias implementadas en 2024”, de Diego Fernández y Ariel Benavento, investigadores del Centro Interdisciplinario de Estudios Agrarios (FCE–UBA), que describe un agro más concentrado y con márgenes en caída para productores medianos, pequeños y trabajadores rurales.

La continuidad del esquema de tipo de cambio “blend” de 80% liquidado en el mercado oficial y 20% al contado con liquidación, distorsionó en su momento la relación entre el valor exportado y las divisas ingresadas al país. En 2024, las exportaciones del complejo oleaginoso-cerealero alcanzaron 34.034 millones de dólares según INDEC, pero la liquidación en el mercado oficial fue de 24.457 millones de dólares, una diferencia de 9.577 millones de dólares. Incluso considerando el 20% autorizado al CCL, persistió una brecha de 3.085 millones de dólares frente a lo exportado.

El excedente

La evolución de los precios internacionales de los principales cultivos fue negativa: la soja cayó 26%, el maíz 17% y el trigo 15% en comparación con el mes previo al cambio de gobierno. Ponderado por volúmenes, el descenso promedio fue del 20,4%. Esto impactó directamente en la rentabilidad interna, ya que las retenciones se mantuvieron sin cambios del 33% para soja, 12% para cereales, 7,5% para girasol hasta mediados de 2025, cuando se aplicaron reducciones que beneficiaron principalmente a grandes jugadores.

El CIEA construyó simulaciones para explotaciones agrícolas en la región pampeana y el NOA, considerando distintos tamaños. La conclusión es clara: en diciembre de 2024, el excedente económico era inferior al de noviembre de 2023 en todos los cultivos analizados

En soja, único cultivo con margen bruto positivo para un pequeño productor en 2024, el excedente “capitalista” se volvió negativo una vez descontada la renta. En maíz, los márgenes fueron negativos incluso para productores propietarios de 150 ha, y casi nulos para explotaciones de 2.500 ha. En trigo, las pérdidas se generalizaron, con pequeños productores con resultados inviables incluso en tierras propias.

El ajuste

El ajuste fiscal golpeó con especial dureza a los organismos vinculados al agro. Mientras el gasto público total real cayó 26% en 2024, la reducción en la Secretaría de Agricultura, el INTA, el SENASA y el INASE fue del 51%. 

La Secretaría de Agricultura perdió el 75% de su presupuesto real y se eliminaron programas de apoyo a la agricultura familiar, incluyendo el cierre del Instituto Nacional de Agricultura Familiar. El INTA redujo en un 20% su presupuesto operativo y el SENASA en un 27%, mientras que el INASE fue el único que aumentó sus fondos, aunque bajo conducción vinculada a empresas semilleras.

En el plano laboral, el informe del CIEA analiza que la reforma introdujo el período de prueba en el trabajo agrario, hasta 12 meses en algunos casos, flexibilizó la contratación transitoria y promovió figuras como la del “colaborador” sin vínculo de dependencia. El salario real de los trabajadores rurales en cereales y oleaginosas cayó bruscamente tras la devaluación, con una pérdida acumulada equivalente a 2.526 dólares por obrero, aunque hubo cierta recuperación hacia mediados de año.

Estas medidas se inscriben en una agenda más amplia de liberalización que incluye el intento de derogación de la Ley de Tierras, bloqueado por la Justicia y el Senado, y propuesta de adhesión al convenio UPOV 91, que restringiría el uso propio de semillas. En paralelo, el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) excluye a la agricultura de sus beneficios, mientras avanza sobre otros sectores estratégicos.

El informe del CIEA muestra que los resultados en el sector agropecuario de la política económica del gobierno de La Libertad Avanza en su primer año de gestión fue de retroceso para el agro argentino. 

Los precios en baja, los márgenes en rojo para la mayoría de las explotaciones, la concentración productiva y el desmantelamiento de organismos de apoyo conforman un escenario donde las grandes empresas logran sostenerse y expandirse, mientras la mayoría de los productores y trabajadores rurales ven deterioradas sus condiciones económicas y laborales. El primer año de Milei en el campo deja un agro más concentrado, más vulnerable y con menos Estado para equilibrar las reglas del juego.

*Comunicador social, Universidad Nacional de La Plata (UNLP).