Fernando Pequeño Ragone es investigador independiente, exestudiante de antropología de la Universidad Nacional de Salta (UNSa), y militante de derechos humanos con la Asociación Miguel Ragone. En el marco de la X Jornada de Filosofía, organizada por la Escuela de Filosofía de la Facultad de Humanidades de la UNSa, participó como expositor de la Mesa de Género y Ciencias Sociales, donde presentó una ponencia centrada en el abordaje crítico de las masculinidades.

Las jornadas contaron con la participación de estudiantes y docentes de toda la Facultad de Humanidades y estuvieron abiertas a investigadores locales. En la Mesa de Género se presentaron diez ponencias que abordaron la intersectorialidad desde diversas disciplinas. En diálogo con Salta/12, Ragone destacó el valor de las exposiciones que recuperaron la representación de mujeres en la prensa local de principios del siglo XX, donde se entrelazaban figuras de la élite con mujeres de clases populares, evidenciando mecanismos de disciplinamiento de género.

También se mencionó la lucha de Mirtha Sisnero, colectivera salteña discriminada por su identidad y rol laboral, como ejemplo de resistencia y transformación. “Esto, puesto en jóvenes que están dando sus primeros pasos en la licenciatura, es muy importante porque habla de la transmisión del conocimiento a generaciones nuevas”, subrayó Ragone.

En su propia ponencia,Sublimación, Subalternidad y Asedio: Herramientas Conceptuales para la Etnografía Disruptiva de las Masculinidades”. En un contexto donde los estudios de género suelen centrarse en las experiencias de las mujeres, Ragone propuso una epistemología de la incomodidad dirigida específicamente a los varones investigadores o aquellos que buscan participar en los debates feministas.

“Hay que incomodarse y mirar también las masculinidades hegemónicas, para investigarlas pero también para producir un diálogo que invite a los hombres a cambiar”, explicó. 

Pequeño sostiene que los estudios sobre masculinidades solo son posibles gracias a la incomodidad que las mujeres han sabido producir desde sus propias vivencias. “Eso es lo que falta que empiecen a caminar los varones (...) No para justificarse, sino para incomodarse”, consideró.

“Hay que producir teoría. Necesitamos teóricos varones que den cuenta de sus propias vivencias, que sean capaces de llevar la incomodidad en la que pueden vivir a la teoría. Así como hicieron las mujeres”, propuso. 

Estudiar las masculinidades: “Permite que varones que se sienten incómodos en los lugares que la sociedad les adjudica puedan deconstruirse, lo que reduce la discriminación y la violencia, incluyendo los crímenes de odio”, señaló.

Pequeño recalcó que faltan incentivos académicos para desarrollar estos estudios en Salta. Mientras cursa diplomaturas en masculinidades en universidades de Misiones y Tucumán, lamenta que la UNSa aún no ofrezca propuestas similares. “Todos los investigadores tienen que ser capaces de incomodarse, salir de su zona de confort de investigar solamente objetos de estudios con los que están de acuerdo ideológicamente y problematizar el campo”, insistió.

Desfinanciamiento y retroceso

El gobierno actual además viene desincentivando el desarrollo de este tipo de investigaciones. “Hoy los investigadores, si quieren acceder a alguna mínima financiación del CONICET, tienen que ocultar el género. No se puede utilizar la palabra género porque directamente no se financia”, denunció. Esta censura ideológica, según Ragone, tiene consecuencias graves: “Es un retroceso en los derechos y el avance de un discurso conservador y discriminativo que ha generado el aumento de violencias, femicidios y crímenes a personas trans”.

En Salta, la situación no es mejor. Tras la renuncia de Itatí Carrique a la Secretaría de Mujeres, Género y Diversidad, el cargo no fue cubierto. “Esto habla de un intento del gobierno de mandar un mensaje al Gobierno nacional de que el género no es importante”, advirtió Ragone. El ministro de Gobierno, Derechos Humanos y Trabajo de Salta, Ricardo Villada, según Ragone, se adjudicó la "conducción del área", "si él es el ministro y no tiene una secretaria técnica que pueda conducir y representar sobre todo los intereses del sector, entonces se debe asumir que él se siente capaz de representarlos, lo cual es terrible", expresó.

"Lo que te puedo decir es que mientras el Gobierno nacional siga mirando en los derechos de las mujeres y en la perspectiva de género, un enemigo, el Estado no va a poder avanzar en seguir profundizando y extendiendo derechos sobre el género.  Entonces se transforma en un espacio de resistencia, hasta el resurgimiento de un nuevo modelo popular", consideró Pequeño. 

Masculinidades mileistas: "crueldad y  cinismo"

"Me parece que el uso que hacen de la violencia y la degradación del discurso habla de un profundo problema identitario que tienen los varones de La Libertad Avanza", respondió Ragone a la consulta sobre el uso que hace el gobierno de Javier Milei de la violencia discursiva y política. 

"Primero, en la adopción de la crueldad y el cinismo, cuando se refieren a las vidas de varones que no constituyen su propio núcleo, pero que se les vuelve un problema en sí mismo, y en Salta es importante mirar lo que fue el desenlace del concejal Pablo López", resaltó refiriéndose al edil denunciado por una mujer del propio partido por acoso sexual y otras situaciones de violencia de género. 

"Yo creo que al concejal se le pidió la renuncia y eso implicaba que la justicia actúe como cualquier ciudadano que tiene derecho a la defensa. Pero aquí ocurrió que además se pidió el juicio político y desde Buenos Aires dirigentes nacionales lo condenaron rápidamente en una una estrategia de preservarse políticamente. Y esto habla de la condición violenta del varón libertario. Otro ejemplo que se puede analizar, que de hecho yo lo analicé, es el del (ex) diputado nacional de la pornografía infantil Germán Kiczka", sostuvo.

Los varones del contexto rural

Uno de los aportes más originales de Ragone es su análisis de las masculinidades rurales. “Los varones del contexto rural en general ocupan una posición subordinada respecto de otros varones”, explicó. Aunque es una investigación en la que se encuentra trabajando, ha construido una tipología que va desde los CEOs de empresas agroexportadoras hasta los peones de campo, pasando por finqueros de distintos capitales. Consideró que esta tipología revela relaciones de poder que deben ser investigadas. En este sentido, estimó que no es casual que no haya una política pública de conservación del ambiente efectiva en Salta.

Pequeño vincula esta problemática con el dominio masculino. “Así como no se puede pegar a una mujer, insultarla o violarla, tampoco se debería poder arrasar 100.000 hectáreas para producir más soja. Pero nadie condena en su masculinidad a quienes degradan el ambiente”, sostuvo. El investigador señaló que el problema de fondo es la ontología con la que se concibe la naturaleza. “Están iniciando los estudios sobre ontologías de la naturaleza, que incorporan otra visión. Suena romántico, pero está presente en la bibliografía”, indicó.

También aborda la intersección entre masculinidades, etnias, sexualidad y clase. “Tiene que ser un componente más para dar cuenta de la subordinación, la discriminación y el racismo”, explicó. En este sentido, los varones rurales no hegemónicos, los subalternos, los dominados, son los sujetos que deben ser visibilizados y estudiados.

Pequeño advirtió que no debe confundirse al varón "subalterno" con el de identidades sexo-genéricas diversas: “Hay muchos estudios que se toman como estudios de masculinidades y que hablan de la discriminación gay, o de las formas en que el hombre no va a los consultorios porque no se interesa por su salud. Pero el varón subalterno es mucho más complejo que eso dentro de la estructura de poder social".

Salud sexual y recortes

En este punto, la conversación se desplazó también hacia la salud sexual masculina, en un contexto de retroceso estatal. Este año se conocieron datos preocupantes sobre el aumento de vih y sífilis entre varones, mientras se recortan las políticas públicas en salud sexual. “Desde el campo de las masculinidades, el problema del aumento del HIV y las ETS tiene que ver con la concepción que los jóvenes tienen de su propia masculinidad. Se ha relajado el temor a la enfermedad que se volvió crónica. Ya nadie se muere de sida. Los chicos no ven que alguien se muere de sida. Y tampoco hay campañas, porque el Estado retrocedió", subrayó.

Pequeño consideró que este vacío institucional, sumado a los avances tecnológicos y a una cultura de consumo, ha incentivado un rasgo omnipotente e individualista en los jóvenes. "El neoliberalismo ha hecho de los jóvenes seres omnipotentes que identifican la sexualidad como un insumo descartable (...). El cuerpo del otro o de la otra es un objeto que se consume y se descarta en el mismo acto. Esos jóvenes tienen que ser capaces de ser reflexivos de cómo están construyendo su masculinidad", manifestó.

En ese escenario, insistió en que los estudios sobre masculinidades deben incorporar una mirada crítica sobre las transformaciones culturales y económicas que afectan la construcción de subjetividades.

Por otro lado, respecto a la incorporación de este tema en los contenidos escolares, señaló que en Salta "no hay técnicos ni profesionales capacitados para trabajar con varones en contextos escolares". "Me gustaría que desde la Asociación Miguel Ragone podamos construir un dispositivo que llegue a los colegios, con talleres de reflexión para chicos de tercero, cuarto y quinto año. Pero para eso necesitamos cuadros técnicos y voluntad política”, expresó.